Querido Comandante Fidel, guía infinito de la especie humana: he leído tu mensaje de ayer y se me apretó la garganta. Creo sentir lo que sientes. No tendrás que avergonzarte de nada. Deja ese sentimiento para quienes no han cumplido su papel en la vida. Para todos nosotros eres el mismo joven líder con el que jugamos baloncesto en la noche hasta la madrugada o a quien tratamos de imitar cuando cortabas cientos de arrobas de caña en el trabajo voluntario. ¡De cuántas cosas debes escribir que ni Beto, ni Miná, ni Ramonet te han hecho recordar!
Eres dignidad viviente, eres la vergüenza bendita de Nuestra América. Sólo la naturaleza podrá decir la última palabra, y hasta ahora ha reciprocado lo que tu desde hace años vienes haciendo por ella. Has luchado con toda tu inteligencia, con todo tu valor y con toda tu decisión para que los pueblos detengan, frenen, paren, obstaculicen o arrasen con la locura del capitalismo. No sólo por el propio bien de emancipación de los pueblos sino por el bien de toda la humanidad, incluido el de los capitalistas y sus familiares que no podrán escapar de ese Apocalipsis descrito por ti, tantas veces, en esas "toneladas de papel y sonido" que nos mencionas en las recientes reflexiones del "Compañero Fidel".
De los imperialistas no se pude esperar sentimientos humanos porque ellos no los tienen. No se avergüenzan porque ellos no tienen vergüenza. Es decir, los imperialistas son sinvergüenzas.
En la realidad de esta vida, tu palabra sincera avergüenza a muchos y los hace reflexionar. Tu no tendrás que avergonzarte de nada. Deja eso para otros. Para los que no han cumplido. Tu haz hecho reflexionar a mucha gente honesta que ha vivido confundida y tus ideas revolucionarias las aprecian, porque se dan cuenta que los pueden traer de vuelta al camino de la dignidad y el honor por la humanidad. Al menos eso también lo esperaba nuestro José Martí.
Tu sabes que muchos adversarios honestos han reconocido, a la larga, que tu tienes razón en las ocasiones que has alertado al mundo. Tus "toneladas de papel y de sonido" dedicadas a impulsar la Revolución Social en América Latina, desde 1959, en que iniciaste aquellos viajes por Venezuela, Brasil, Argentina y Uruguay, y luego a Estados Unidos, más tarde a Chile con Allende, a los países socialistas, a Africa y a Viet Nam, han tenido y tendrán sus efectos positivos en bien de la humanidad. Hoy vemos como andan las cosas por Nuestra América, por las sendas construidas con tu valioso aporte. También observamos como todos los candidatos a presidente de la mayor potencia imperialista del mundo, contra la cual tu has luchado tanto, se devanean los sesos al tratar el tema de la Cuba Socialista, la querida Cuba fidelista. ¡ Por alguna razón es!.
Tus "toneladas de papel y de sonido" cautivaron hasta al Papa quien llegó a respaldar tu posición, en el movimiento que lograste echar a andar desde la década de los 80 contra la deuda externa, y luego les apreciamos juntos en el Vaticano o en la histórica y admirada Plaza de la Revolución bajo la mirada penetrante del Che. Hasta un adversario inteligente y audaz, como Carter, ex presidente de Estados Unidos, vino a recorrer las calles de Cuba para tener la oportunidad de beber de tu sabia experiencia en tu compañía y tu le complaciste, porque tu eres el gran martiano, y eres el principal cumplidor de ese deseo plasmado al inicio de la Constitución cubana: "el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre". Y ello es lo que te hace invencible frente al adversario, quien se siente desarmado cuando es tratado como a una persona digna. Es el instrumento más preciado de un revolucionario constructor de una nueva sociedad, quien debe convencer a muchos, hacer reflexionar a muchos y consolidar la unidad de todos.
Esas "toneladas de papel y de sonido", donde el culto a la dignidad plena del hombre es el principio y el eje motor de todo tu pensamiento, ha abierto nuevas sendas y creado nuevas alternativas en todo el mundo. Influyó mucho en la vía pacífica al socialismo en Nuestra América. Tu prédica abierta, no dogmática, y convincente, animó mucho a las izquierdas en nuestros países; incluso, a los propios curas de base agrupados en "Sacerdotes por el Socialismo" en Chile. El propio gran luchador y tu gran amigo Salvador Allende así lo apreció. El general Juan José Torres sintió vergüenza –y así seguramente te lo hizo saber- por no haber podido evitar el asesinato del Che e inició un proceso digno en Bolivia, antecedente importante en las influencias sociales sobre los jóvenes bolivianos que como Evo Morales están cambiando la historia de América.
Más tarde, esas "toneladas de papel y sonido", llevadas al éter por Radio Habana Cuba influyeron en el colapso de la dictadura somocista a manos de los sandinistas y en la victoria de otro gran hijo caribeño que con su Movimiento la Nueva Joya reanimó al Caribe de los Manley, de los Bosh y de los Camaños. ¿Quién puede negar la influencia tuya en los movimientos sociales ecuatorianos que han llevado a tantos cambios en esa nación hermana o en las propias fuerzas sociales brasileñas que apreciaron siempre la cercanía de Lula contigo?. ¿Quién puede negar la luz y el ánimo que tu prédica y ejemplo causaron en el prisionero Mandela? ¿Podría negarse el afecto que Agostinho Neto, Amilcar Cabral o Samora Machel te tuvieron y que volcaron sobre sus seguidores en Angola, Guinea Bissau o Mozambique?. ¿Quién no recuerda a Torrijos? cuando exclamó entusiastamente, ante cientos de miles de personas y frente a decenas de medios de comunicación: "yo consulté a Fidel…" y aquella Plaza de la Revolución se abarrotó de amor.
¿A cuántos millones en este mundo no has hecho vivir más y hasta revivir en varias ocasiones, o has posibilitado no dejarles morir ? ¿cuántas vidas se han salvado en este continente y en África como consecuencia de aplicar tu filosofía de vida? ¿Cuánto beneficio no has producido al movimiento progresista y revolucionario mundial? Hasta Confucio y Aristóteles se hubieran sentido honrados de haber podido leer tus "toneladas de papel" o escuchar tus "toneladas de sonido". Rosseau se hubiera sentido muy reconfortado al conocer tus ideas y hasta Marat o Robespierre te hubieran pedido consejos, como lo han hecho tantos líderes del mundo del Sur que han estado al frente de millones y millones de almas. Marx, Engels y Lenin te abrazarían con afecto y admiración como lo hizo Nikita o Brezhnev en su momento. Gramsci se sentiría halagado por tu trato a los intelectuales y tu amplitud al preparar al Partido para la construcción socialista. ¡Cuántas vidas pudieran haber salvado los europeos si un estadista como tu les hubiera alertado del peligro de los Hitlers y los Mussolinis como lo haces hoy ante el peligro que significa la camarilla de Bush-Chenney!.
Para nosotros, como para el Che en su momento, quien en su última carta confiesa haber querido confiar más en ti y ello también te hizo más grande, tus reflexiones de ahora y las "toneladas de papel y de sonido" que han pasado por nuestras mentes son un estímulo, son un dicha, son una esperanza. Semejante a la generada en los corazones de muchos venezolanos, aún en aquellos que no comprendieron en su momento la oportunidad histórica de la lucha armada, o de los que día tras día pegaban su oído al dial de Radio Habana, para escucharte, en las selvas lacandonas, en las fabelas brasileñas, en las montañas zapatistas o en los rincones más apartados de los indios seris o siux, en los barrios de Caracas o en los propios cuarteles militares de Venezuela, buscando cómo vencer la hipocresía, la desidia y la entrega al imperialismo de los gobernantes.
Estoy seguro que más de un venezolano patriota pensó en tus enseñanzas prestos a levantarse en armas el 4 de febrero de 1992, como también estoy seguro de que muchos combatientes cubanos cayeron peleando contra el imperialismo en Angola escribiendo en la tierra el mismo nombre que el escrito por aquel joven moribundo en la agresión imperialista de 1961 cuando antes de morir plasmó sobre una pared, con su sangre: Fidel.¿ Y qué decir de los que heridos del Caracazo recibieron el plasma cubano que enviastes en un avión la noche del 28 de febrero de 1989?.
Fidel: sigue reflexionando y seguiremos viviendo. Sigue vivo y juntos veremos el entierro del imperio que se acerca cada vez a un mayor ritmo. Todos esos "perros de la guerra" que escriben sandeces y estupideces para ignorantes, contra ti, contra el pueblo cubano o contra Raúl, quedarán barridos por los pueblos y por tanto, por la historia. Los once millones de Cuba y los millones y millones en el mundo que esperamos leer todos los días tus reflexiones, nos encargamos de emitir, segundo tras segundo, las energías necesarias y suficientes para castigar a los indignos que escriben tantas mentiras contra tí y contra la Revolución Cubana.
Todos esos absurdos y asquerosos intentos imperiales por tratar de horadar la coraza revolucionaria de la dignidad cubana se volverán contra sus protagonistas, como también se va a volver contra ellos la operación Kosovo y veremos más tarde o más temprano la batalla entre aspirantes a la Presidencia de nuevos países como Texas, California, Florida o Wyoming surgidos al desintegrarse el imperio estadounidense.
Tu sabes, Comandante Fidel, que si bien han sido y serán importantes esas "toneladas de papel y sonido", muy importante y decisivo ha sido tu práctica revolucionaria, tu ejemplo, con que tu has demostrado y legitimado tus ideas. Tu imperecedero modelo de revolucionario y de líder quedará grabado en nuestras mentes, tu aguda inteligencia y perseverancia nos dará razones, tu imborrable imagen en la cima del Turquino con el fusil al hombro será una símbolo perenne de luz, y tu Patria o Muerte siempre será el motor que haga vivir y vibrar nuestros corazones.
Junto al Comandante Chávez te decimos: ¡ Venceremos ¡ ¡ Hasta la Victoria Siempre !
Batallón de Comunidades Hermanas Residentes en Venezuela