Siempre hemos valorado el fulminante histórico que ha sido el "POR
AHORA" expresado en momentos de la derrota militar de la rebelión del
4 de febrero de 1.992 por el líder prisionero del movimiento,
constituyéndose esa corta frase de dos palabras en un icono de la
revolución bolivariana.
Sin embargo es la línea final de la declaración, la que le da
sustancia y contenido al "por ahora", cuando luego de reconocer la
derrota y pedir a sus compañeros que depongan las armas asume
plenamente la responsabilidad tanto de la rebelión como del fracaso de
la misma, cuando dice:
"Primero que nada, quiero dar los buenos días a todo el pueblo de
Venezuela, y este mensaje bolivariano va dirigido a los valientes
soldados que se encuentran en el Regimiento de Paracaidistas de Aragua
y en la Brigada Blindada de Valencia:"
"Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos
planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros
acá en Caracas no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy
bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de
sangre. Ya es tiempo de reflexionar, y vendrán nuevas situaciones, y
el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor.
Así que oigan mi palabra, oigan al Comandante Chávez, quien les lanza
este mensaje para que, por favor, reflexionen y depongan las armas,
porque ya en verdad los objetivos que nos hemos trazado a nivel
nacional es imposible que los logremos. Compañeros, oigan este mensaje
solidario. Les agradezco su lealtad, les agradezco su valentía, su
desprendimiento, y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la
responsabilidad de este movimiento militar bolivariano. Muchas
gracias."
Es en esta línea final donde el comandante le pone la firma al
movimiento que encabeza. Por primera vez en más de 60 años de historia
contemporánea de Venezuela, alguien se hace responsable de algo y más
aun de una derrota. Este sentido de la responsabilidad, de la dignidad
y de la valentía de Hugo Chávez marcó la diferencia profunda entre los
dirigentes mentirosos, irresponsables y chapuceros de la 4ta
republica, con el estilo franco y directo del Líder de la revolución
bolivariana.
Esta y solo esta deben ser la conducta y la línea de acción de los
funcionarios del gobierno, de los dirigentes y autoridades de P.S.U.V
y de todo revolucionario. La política de escurrir el bulto, eludir
responsabilidades, hacerse los locos, achacar culpas a otros, criticar
sin fundamento es contraria a la ética revolucionaria. En esta fase
del proceso, tales prácticas dilatorias y desorganizadoras tienen que
ser consideradas como traición al pueblo venezolano. Nuestros
camaradas deben hacerse responsables de las tareas que asumen y
hacerse la autocrítica necesaria cuando no puede cumplir los
objetivos, corregir las fallas, buscar soluciones y resolver el,
problema, si no puede con la responsabilidad debe poner el cargo que
ocupa a la orden del colectivo y permitir que otro camarada tal vez
con mejor disposición, preparación o tiempo asuma la responsabilidad.
El revolucionario debe hacer de la ética revolucionaria una forma de
vida, una manera de ser. Una ética que le obliga a realizar grandes
sacrificios, que antepone el bien colectivo al individual egoísta, que
obliga a la recta conducta y a vivir en la verdad cueste lo que esta
cueste. Una conducta distinta obliga a pensar en traiciones, intereses
oscuros y por supuesto a la labor de quinta columna tarifado por el
enemigo de la revolución.
rafaelurdanet@gmail.com