Las Clases Sociales no dialogan

Clases sociales es una de las categorías sociológicas más difíciles de definir. Ni siquiera los padres de la Economía científica y de la moderna Sociología lo hicieron con la pedagogía que ellas exigen. Apenas tenemos un esbozo al final del 3r. Libro de Das Kapital, de Karl Marx, recopilado y terminado por Federico o Engels. Allí se señala lo siguiente:

"Los propietarios de simple fuerza de trabajo, los propietarios de capital
y los propietarios de tierra, cuyas respectivas fuentes de ingreso son el
salario, la ganancia y la renta del suelo, es decir, los obreros
asalariados, los capitalistas y los terratenientes, forman las tres grandes
clases de la sociedad moderna, basada en el régimen capitalista de
producción."

Como quiera que las clases sociales no llegaran a observarse en toda su pureza ni siquiera en Inglaterra que fue el país donde más se desarrolló la forma clásica de la sociedad moderna, el deslinde entre aquellas sigue siendo dificultoso. Subsisten trabajadores dueños de los medios de producción, de sus herramientas y demás condiciones externas del trabajo. Coexisten diferentes tipos de propietarios particulares, artesanos de libre ejercicio, campesinos trabajadores de su propia parcela y profesionales. Estos tipos se caracterizan por ser trabajadores, por explotar su propia fuerza de trabajo, por no vivir del trabajo ajeno. Todos ellos subsisten al lado de simples asalariados, carentes de toda propiedad particular de medios de producción; al lado de dueños de medios de producción o de capital y de los propietarios de tierra de labrantío y edificaciones varias. Esta mescolanza social oscurece el deslinde clasista de la sociedad burguesa.

Ahora bien, la cualidad de propietarios, por su parte, debemos buscarla en la disolución de la propiedad colectiva, cuando los instrumentos y las otras condiciones exteriores del trabajo empezaron a pertenecer a particulares. Digamos que cuando se practicó la *propiedad* colectiva no existía el concepto de propiedad.

Como quiera que las clases sociales en el sistema capitalista son agrupaciones difusas, como q. potencialmente cualquier ciudadano puede ingresar o salir de ellas, y como q. que la relación establecida entre ambas clases aparentemente se reduce a un contrato bilateral entre asalariados y patronos, entre inquilinos y caseros, entonces es perfectamente viable atribuir diálogos entre los sujetos del contrato laboral o de inquilinato, como si dichas clases no existieran.

Pero la propiedad privada apareció cuando las condiciones externas del trabajo dejaron de pertenecer al colectivo, y las clases sociales lo hicieron cuando los trabajadores fueron expropiados de esa propiedad particular. Esta disolución de la propiedad privada basada en el trabajo personal termina perfeccionándose en la presente sociedad moderna cuando el trabajador se convierte en un potencial trabajador *libre* o asalariado y el dueño de las condiciones externas del trabajo lo hace en capitalista, y con ello la propiedad privada pasó a basarse en la explotación del *trabajo ajeno*, en el *trabajo asalariado*, y no en el trabajo personal.

Ahora empezamos a inferir que entre trabajadores y patronos, entre las clases sociales de asalariados y capitalistas resulta inviable cualquier conato de diálogo tendente a limar asperezas entre sus correspondientes factores porque sencillamente esa relación no es contractual, es una sui géneris relación de explotación. leonina. Se lleva a cabo entre un hambriento y un rico, entre una persona que sólo dispone de su fuerza de trabajo para venderla al mejor postor, y un patrono que la comprará a su
entera conveniencia. Cualquier concesión que este hace y ha hecho ha sido sólo con miras a mantener su condición de explotador y evitar la rebelión masiva a la que potencialmente el mismo sistema clasista va conduciendo al trabajador.

Por eso nos resulta capciosa la insistencia del presente gobierno, en la persona de su ex Ministro de la Defensa y ex Vicepresidente, en un diálogo entre la derecha y la izquierda, entre trabajadores y gobierno, entre trabajadores y patronos, entre oligarcas y pendejos.

marmac@cantv.net


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Manuel C. Martínez M.


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