“Yo necesito compañeros, pero compañeros vivos; no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya”.
Friedrich Nietzsche….
Se ve muy enredado el escenario político venezolano, y resulta cuesta arriba y difícil escribir al respecto. Pero sin embargo, resulta más difícil dejar de hacerlo. El cambio de marea planteado por el método de las encuestas en las filas opositoras, para la escogencia de candidaturas unitarias para las alcaldías y gobernaciones, en un intento de retornar otra vez al poder, ha desatado las pasiones encontradas que generan la controversia indispensable para el desfortalecimiento de la dialéctica y el pragmatismo, para el análisis y la solución de problemas complejos.
En medio del enmarañado cielo opositor, han aparecido conspicuas las arrugadas figuras de otroras dirigentes que ya creíamos depositados en las chiveras de la política.
Son los propios Bagres de la política de la misma familia que tienen su hábitat natural como el Lago de Valencia, que se han trasladado a la geografía de Anzoátegui en busca de la “caca” que fue lo que dejaron en las arcas cuando estuvieron en el poder, y que les sirvió de alimentación a sus asquerosos bolsillos. Ya envejecidos por el paso del tiempo en el campo opositor, ahora se echan dentelladas entre ellos mismos, como fieras atacan a sus financistas escudados en los parapetos que les sirven de partidos, y como candidatos independientes de proyectos particulares de carácter hamponil, para la negociación final de candidaturas vía la extorsión y el chantaje es el modus operandi de estas mafias de la política.
Bajo sus luces tenebrosas se opaca la visión de un pueblo que los monitorea como verdaderos delincuentes políticos.
Las criticas de cómo actúan no se han hecho esperar; y que bueno que así sea. Sin embargo, es notoria y legitima la aversión de los sectores populares hacia estos Bagres/candidatos, sin pretender justificar el manejo truculento de publicidad engañosa y el manejo de dineros de dudosa procedencia. Ya que por ninguna parte cuando se apega a la legalidad, de esos recursos que gastan no se ven luces de claridad prístina.
Estos Bagres caminan descalzos sobre el filo de una espada, por un lado sus estigmas de corruptos y mercenarios los condenan al rechazo perpetuo del pueblo soberano. Quiérase o no, más que jugadores regulares estos Bagres son árbitros y accionistas de sus respectivos equipos. Siguen sin entender que las cosas en política actualmente se resuelven con el cerebro, y no con el alimento de los Bagres. Por otra lado, sus practicas políticas los obligan a mantener relaciones cercanas con sus compinches los Bagres mayores: Ledezmas, Salas, Ramos, Mujicas etc. Quienes ciertamente han demostrado su voluntad de volver a esquilmar a este noble pueblo si logran su retorno al poder.
El Gobierno Nacional Bolivariano tiene entre sus manos el sagrado deber, de conducir la Revolución socialista a puerto seguro.
Se debe cabildear con una Asamblea Nacional constituida por diputados que, con marcadas excepciones, han colocado sus intereses políticos y personales muy por encima del bien común. La Asamblea Nacional en estas alturas del juego debe dejar de ser la instancia legislativa prevista, debe constituirse en el campo de batalla de la revolución para intentar logra la tan anhelada justicia social.
Es difícil actuar apegado a derecho cuando las leyes se han creado y manejado con discrecionalidad y a conveniencia de las clases dominantes. Hay que ver con sumo cuidado que las mayorías de las medidas económicas en los últimos años han afectado enormemente a los humildes y ni siquiera rozan a los poderosos que cada día se hacen más ricos.
La inversión social resulta infame ante la ausencia de medidas estrictas contra la corrupción, la aplicación de la Lista Russian es correcta en la intención de luchar contra este flagelo. Este procedimiento administrativo de la Contraloría ha puesto de manifiesto la sensatez para convencerse que, en aras del bien colectivo, bien vale la pena cercenar un poquito la institucionalidad y la legalidad.
Los Bagres políticos han tenido que convertirse a la cristiandad, para hacer su campaña política. Y se comunican con Dios a través de emisarios de dudosa reputación. ¡Como si Dios no tuviera anuente a charlar directamente con sus hijos! No queremos que se vuelva a reafirmar, una vez más, la fina y quebradiza frontera que separa el pragmatismo del cinismo.
Esperamos que la democracia participativa y protagónica prometida llegue a materializarse, y las reformas estructurales revolucionarias sean implementadas sobre bases filantrópicas carentes de mezquindad e ignominia, para que no sea necesario manipular las leyes en lugar de implementarlas.
Hay una vieja máxima de un europeo que decía, satisfecho de la forma en que su gobierno garantizaba el futuro de sus seis hijos: “Nuestra suerte es haber tenido padres sabios que crearon una constitución robusta y magnánima”; ojala llegue el día en que los venezolanos podamos afirmar lo mismo. Tomás Moro acuño el termino “utopía” pensando en una isla desconocida donde pudiera establecerse la organización de la sociedad ideal, esa isla puede estar en cualquier parte, incluyendo a nuestra querida Venezuela.
Percasita11@yahoo.es