En las sociedades burguesas para satisfacer las necesidades básicas y
suntuarias debe irse al mercado. En este los compradores deber estar
solventes. Para ser solvente debe disponerse de ingresos, y en la sociedad
burguesa estos son obtenibles hora mediante la explotación de asalariados,
mediante la renta de la tierra, mediante limosnas, mediante robos,
mediante impune corrupción burocrática, ora mediante el trabajo asalariado
o artesanal privado. También se puede ser solvente mediante figuras
sucesorales.
En las sociedades capitalistas hay varios tipos de explotadores: 1.-
Quienes viven del trabajo de sus asalariados, 2.- quienes viven del Estado
con fachadas y personalidad de empresarios, 3.- quienes viven del Estado
como becarios contraproducentes, estudiantes crónicos, y otros ciudadanos
inmorales que optan por la miseria en lugar de ser útiles de alguna manera.
Además, están los rentistas latifundistas.
En una sociedad capitalista, como la venezolana, en la cual el Estado cubre
la mayor parte de las necesidades de la mayoría de sus habitantes, resulta
muy temible cualquier atisbo de medidas socialistas. Es difícil negar que
el grueso de la población activa y no activa de Venezuela vive
parasitariamente del Estado, desde empresarios hasta estudiantes, pasando
por gente desempleada y por una ingente plantilla burocrática que
inútilmente pesa cual fardo lastroso en el Presupuesto Nacional. Estos
funcionarios públicos, amparados en un sindicalismo político, ignaro y
corrupto, inexplicablemente gozan de inamovilidad, de prestaciones
sociales, etc., aunque su aporte al PTB deja mucho que desear, pero mucho
ofrecen en materia del retardo cumplido en la prestación de los servicios
públicos.
En una sociedad socialista se iría paulatinamente reduciendo la propiedad
privada de los medios de producción más importantes y de mayor adelanto
técnico. Esta consigna ha sido la más divulgada en la sociedad capitalista.
Con ella se alude directamente al sector empresarial de alto giro, a la
oligarquía burguesa. Y esto pareciera ser el coco con que se amedrenta al
inversor privado y a los ciudadanos ya adaptados al consumismo burgués, muy
conformes con su estado económico. Pero bien miradas las cosas la
expropiación o socialización de los medios de producción va aparejada
necesariamente con la eliminación del parasitismo ciudadano.
Para cuando se instale un Socialismo verdadero ya no habría desempleo ni
subempleo porque sencillamente en esa sociedad para ir al mercado socialista
habrá que trabajar y aportar algo al PTB. Se comerá según aportemos como
valor agregado. Será principio socialista "recibir de la sociedad según se
trabaje".
La figura de funcionarios públicos ociosos en plantillas inscritas en
organismos públicos que no las necesitan desaparecería. Igualmente
desaparecería el becado crónico, el contratista que subcontrata, el
empresario moroso y mala paga. Desaparecerían muchos comerciantes al
menudeo, como vendedores de cerveza, de comidas baratonas, de revistas y
afines, vendedores de terminales, muchos publicistas de porno y de
mendacidades periodísticas.
Obsérvese que en las sociedades capitalistas sólo una exigua minoría tiene
un elevado poder económico que le permite controlar los principales medios
de producción. La ingente mayoría son asalariados pobres y miserables.
¿Acaso la gente autollamada clase media no vive en casa propia porque la
adquirieron al crédito con onerosos y anatocistas interese? Sólo que su
infatuidad le impide ver y reconocer su propia pobreza.
En fin, que al Socialismo se le teme básicamente porque el trabajo sería
obligatorio para la gente floja y viviana que suele vivir sin trabajar en
estas sociedades no acuciadas por la necesidad de incrementar su industria
porque, como en el caso venezolano, se vive de la Renta Petrolera, es decir
de los 4 gatos. que operan en esta dadivosa industria.
Por el contrario, aquellas sociedades capitalistas donde los Ingresos
Fiscales manufacturados son casi el único integrante del Presupuesto
Nacional serían muy proclives a la instauración del Socialismo. Cierto
que eso ocurrió con la URSS. Pero el la Europa Occidental por ser esta la
sede de los grandes explotadores imperialistas se da la curiosa
circunstancia de que sus asalariados coexplotan a los asalariados del
resto del mundo.
En esa Europa ultracapitalizada es hoy por hoy mentira que sus
asalariados dejan plusvalor. Por el contrario, sus patronos suplen su
baja productividad con las extracciones de valor que les permite el saqueo
practicado a países asiáticos, africanos y americanos, práctica que ya lleva
más de 500 años. Por eso los países de Europa Occidental le temen al
Socialismo, y los países como Venezuela le temen porque acabaría con tanto
parásito que hoy por hoy vive del Estado.
marmac@cantv.net