Una de nuestras primeras necesidades

Conciencia de la responsabilidad social

· ¿Impide la naturaleza humana la práctica de la igualdad?
· ¿Podrá la humanidad construir una sociedad de equidad, igualdad y justicia?
· ¿Serán suficientes las conquistas técnico-científicas para garantizar una sociedad mejor?
· ¿Qué debe hacerse para alcanzar el ejercicio del bien social en el conjunto de la sociedad?
· ¿Cómo puede cooperar el sistema educativo en la posible realización de estos logros?
· ¿Qué problemas deberá enfrentar y resolver el ser humano para alcanzar esos objetivos?

El anterior cuestionario formaba parte de un texto (pag. 97) que produje el año1990 para alumnos y alumnas del último año de educación media y que abordaba el -ignorado por los programas oficiales- urgente problema de la Ética y la Responsabilidad Social. Hoy el cuestionario tiene plena vigencia en el marco de un proceso revolucionario humanista y socialista como el que se intenta construir en Venezuela.

En tanto más transito por estos caminos en la búsqueda del socialismo perdido más me persuado de que el tema es profundamente espiritual y por tanto inmanentemente unido a la respuesta que la naturaleza humana pueda darle al mismo y no sólo un problema de transformación de las reglas en los modos de producción, distribución y consumo de bienes, por más que sin esto último todo sería imposible. No importa cuanto se logre en el ámbito de estas transformaciones materiales el proyecto naufragaría si además de anidar con firmeza en el seno de las relaciones económicas no es acogido con ternura y compromiso en el corazón del ser humano.

En la sociedad actual capitalista-consumista, no sólo en las relaciones de producción sino en los valores éticos, existen unos factores estructurales que la hacen refractaria a la conciencia de la responsabilidad social imprescindible valor para una sociedad socialista. Capitalismo y conciencia de la responsabilidad social se excluyen mutuamente. Se puede decir sin temor que el capitalismo es un sistema que provoca y requiere de un cierto grado de amoralidad. Entre los mecanismos por los cuales el capitalismo-consumista lleva a cabo esa función amoralizadora permeando profundamente las costumbres y normas de convivencia podríamos destacar los siguientes:

· La creación de un nuevo tipo de ser humano: el hombre-consumidor, el hombre-alienado.
· La desintegración de las relaciones humanas.
· La función manipuladora de la palabra y la imagen.
· La degradación del amor.
· La violencia como forma de relación interhumana.
· El empobrecimiento del espíritu humano.

La sociedad capitalista ha habituado al ser humano a dejarse interpretar por los maestros de la sospecha. Todo es mentira, todo está en duda, nada es estable. La crisis actual del sistema es fundamentalmente una crisis moral. La exacerbación de la mentira ha hundido al ser humano en una permanente sospecha. Se duda de todos los valores que de alguna forma sostuvieron el edificio moral de la humanidad. Es mentira la moral burguesa, la moral convencional, la moral política, la moral religiosa hasta herir gravemente la facultad estimativa del ser humano. Ese es el saldo ético que nos deja esa plaga llamada capitalismo y sobre la cual se ha de ir al salvamento y rescate del ser humano. Es con este ser humano que deberá construirse el socialismo. Equivocarse en esta percepción podría resultar suicida.

Se está entonces ante un ser humano natural y esencialmente hundido en la contradicción pero necesitado de resolver esas contradicciones mediante la búsqueda del bien. Es en el egoísmo en el que encuentra satisfacción inmediata a sus instintos pero es en la conducta social virtuosa y en el ejercicio solidario de la responsabilidad social en las que encuentra plena satisfacción.

Ha de convertirse en tarea de todos la construcción de una civilización en la cual encuentren plena expresión los valores positivos de la espiritualidad humana. Conscientes del deplorable punto de partida pero no menos convencidos de que la siempre presente espiritualidad humana obra en beneficio de la tarea, se ha de emprender con resolución, pasión y amor la búsqueda del socialismo perdido. Es tarea urgente para el apostolado socialista, tarea para la vanguardia, tarea para quienes asuman este compromiso con la humanidad...hasta la muerte...hasta la vida... hasta siempre. Tiempo de vanguardias, tiempo de la ciencia del ejemplo, tiempo de la coherencia, tiempo de entrega sin reservas y sacrificio.

martinguedez@gmail.com


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Martín Guédez


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