No se debe negar que ha habido avances en los asuntos relacionados con la administración publica durante estos diez años transcurridos. Pero no son suficientes, es necesario hacer un esfuerzo mayor y deslastrarse de esa carroñera comparsa indeseable, que como maldición, se heredó de una triste etapa de entreguismo, desnacionalización, miseria; que representó lo que se dio en llamar “la cuarta República”. Pero pecamos de ingenuos y distraídos, al creer que esa etapa cambió con la llegada de la “quinta República”. Nos olvidamos que permanecen dentro del la administración publica, muchos y vivientes carroñas, que por agradecimiento a quienes de manera fraudulenta y por acatamiento de las líneas partidistas de AD o COPEY, eran colocados en puestos de trabajo, como pago a un activismo político, dirigido más a mantener a una mafia en el poder, que para servirle a la nación. Mientras esos estorbos estén allí y mientras no se les sancione su ineficiencia e incumplimiento del deber, el mal seguirá activo y obstaculizando los cambios necesarios. Es más: sacarlos forma parte del cambio necesario; esto es valido también para esos sindicaleros, que valiéndose de beneficios innobles. Obtenidos a la sombra del trafico de influencia, se le imponen a los trabajadores para que los mantengan en esas posiciones, desde donde negocian puestos de trabajo y sueldos en empresas privadas y publicas. Todo este panorama ha de ser atacado fuertemente, si queremos avances rápidos en la revolución.
Otra gangrena de la ineficiencia, es la actitud de funcionarios itinerantes y efectistas, que se empeñan en presentar apariencias absurdas como logros definitivos. Se pasean por todo el país acompañados por personajes (con ídem conducta), haciendo alharaca publicitaria por cualquier pequeñez hecha, que a los pocos días se disuelve en la nada improductiva, de la cual salió. Pero algo si es cierto: esa marramuncia, cuesta dinero del pueblo, dinero que se derrocha a la sombra de una apariencia inútil. Algo no provechoso para un proceso de cambio, el discurso en el cual se dice, que se es, o se quiere hacer, las cosas diferentes. Pero solo en el discurso, en la practica se sigue haciendo la misma demagogia cuarta republicana. ¿De que vale notificar o decir a las denuncias y quejas, que se ha tomado nota del reclamo, si todo sigue siendo igual?
Si en verdad se quiere hacer un cambio en la sociedad y en el gobierno, es tiempo que se cambie la mentalidad de los funcionarios. Aparecer en un periódico, radio o televisión diciendo cosas a nombre de la revolución, pero haciendo lo contrario, es tan perjudicial o más, que lo que el enemigo abierto, hace o dice. ¿que valor tiene proclamar a los cuatro vientos la existencia de proyectos tales o cuales, si a las chiquitas, son solo propaganda de mal gusto y poco resultado?.
Sigo insistiendo ¿Cuántos proyectos y planes agrícolas se han planteado en nuestra revolución? ojo, no estoy ni pretendo atacar lo que defiendo -la revolución popular verdadera- pero si estoy alertando de lo peligroso de seguir ofreciendo soluciones y actuando a la vez con practicas ineficaces y que se caen por su incongruencia y falta de seriedad. Estoy y, me desenvuelvo en el campo. Puedo dar testimonio de cómo las promesas de implementación de proyectos agrícolas se vuelven una mentira cansona que mata las esperanzas y la fe del hombre del campo, de cómo se actúa sin planificación ni interés en que permanezcan en el tiempo los proyectos y se acompañen hasta su consolidación. Tal vez en otros estados o regiones si se hayan consolidado proyectos agrícolas, pero en Yaracuy: de tantos, solo dos o tres han tenido éxito, lo demás es fracaso. Lo ultimo el de “todas las manos a la siembra”. Una charada, con lo cual se pretendió hacer ver que la soberanía alimentaria de un estado, se solucionó con la siembra de 4 (cuatro) hectáreas, de un total de mas de 2000(dos mil). Como dije en otro escrito: se hizo la alharaca, pasó el efecto mediático y todo quedó igual en el abandono. Unos turistas pagados con dinero del estado venezolano, se pasearon por unas tierras en caos, saludaron la bandera y se fueron pal` carajo, dejando todo igual o peor. ¡ASI, ASI, ASI NO SE GOBIERNA! No le estoy echando la culpa al camarada presidente. Se la hecho a los funcionarios pantalleros y derrochadores del presupuesto nacional en mariqueras improductivas, ¡QUE LOS HAY!.
Hoy en el sector de los cañizos, municipio Veroes, del Estado Yaracuy. Por ejemplo Mas de 2000 hectáreas de tierra recuperadas de la terrofagia; a sangre, fuego y dolor, están en mengua y precariedad, no existe ningún organismo oficial, que haciendo valer la potestad de la tierra, se atreva a proponer e impulsar un proyecto agrícola, viable, rentable y productivo, que esté cónsono con el proyecto de independencia y soberanía alimentaria propuesto por el camarada presidente Chávez; y que sea capaz de acompañarlo desde el nacimiento hasta la consolidación. ¿Será que el único que se conduele y quiere revolución en el campo, es Hugo Chávez frías y una cuerda de locos soñadores, como nos catalogan? Aah, por favor si llega a haber respuesta positiva a esta centésima queja, que no sea dada a través de los inútiles funcionarios anteriores, o que los funcionaros eficientes, no los despidan luego y nos dejen en la estacada. Ya esto es monótono. Tampoco quiero aquí decir que no hay funcionarios eficientes y diligentes en la solución de los asuntos que les compete, lo que pasa, es que una minoría inepta, sobresale mas que la mayoría eficiente.
La crisis que se da (artificialmente) en el mundo capitalista actualmente, tiene como única forma de protección para los pueblos, el fortaleciendo la agricultura.
La ineficiencia también es corrupción.
javiermonagasmaita@yahoo.es