Resulta poco menos que
incomodo pero a la vez fascinante asumir o tratar el asunto del poder
Popular; no tanto por lo difícil o complejo del tema en cuestión,
sino, por la trascendencia del mismo en la presente fase de la revolución
Bolivariana y por la diversidad en la calidad política e ideológica
de los sujetos actores y destinatarios de este modelo cuya instrumentación
o implementación empieza a generar naturalmente, nuevas relaciones
sociales de poder y cambios sustanciales que se expresan en muchos ámbitos
de la vida política, social, económica, ética, cultural y cotidiana
de los sujetos de la revolución.
En el ámbito político
son inocultables los avances que abarcan el nacimiento de una nueva
institucionalidad cuya eslabón básico lo conforman los consejos comunales
y en perspectiva las formas superiores de organización y/o agregación;
la designación por la base de los candidatos a cargos de elección
popular; en lo social, la generación de nuevas formas de
organización que vienen suplantando hasta la misma vieja institucionalidad
constituida como lo son las misiones sociales, mesas técnicas de agua,
energía, comunicaciones; en búsqueda de la aspiración de la
mayor suma de felicidad para el pueblo; en lo económico, la diversificación
de la propiedad sobre los medios de producción, cooperativas comunitarias,
empresas de producción social, unidades de producción socialista.
Lejos estamos
de la pretensión arrogante de atribuirnos el protagonismo en el conocimiento
e impulso del Poder Popular; pero no podemos tampoco ser indiferentes
y pasar agachados ante un planteamiento del cual hemos sido precursores
en el movimiento popular organizado Venezolano y que hemos asumido desde
hace varios años como objetivo estratégico de nuestra línea política
para la edificación de una nueva sociedad. Precedentes que no solo
se han manifestado a partir de aportes en el diseño teórico en el
campo de las bases populares; sino también, con un denotado esfuerzo
de acompañamiento político y social en la construcción de referencias
o experiencias embrionarias concretas de poder Popular en los espacios
geosociales donde tenemos alguna influencia.
Desde esa perspectiva,
como movimiento político-social y como bases del pueblo que somos,
hemos trabajado sin tregua para contribuir a la definición de instrumentos
organizativos que apunten a la búsqueda de caminos que nos conduzcan
a la posibilidad real de encontrarnos con las aspiraciones de las mayorías
excluidas, los de a pie, los de abajo para revertir esas relaciones
de poder excluyentes y alcanzar por los medios a nuestro alcance nuestro
propio destino. En ese trajinar y para la búsqueda de ese encuentro
con el Poder del Pueblo, con el poder del colectivo, es que hemos
amasado al calor de las bases populares organizaciones político-sociales
comprometidas con el desarrollo y materialización de estas ideas; primero
con el Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora FNCEZ, luego con el
Movimiento de Base Popular MBP, Unión de fuerzas Independientes U.F.I
y hoy conjuntamente con el Frente Nacional Comunal Simón Bolívar FNCSB;
cuyos senos han servido de fuente y síntesis de la actividad
creadora del pueblo y cuya concepción del Poder Popular aquí se expone.
En medio de este cruce
histórico que venimos transitando con un horizonte a cada paso mas
claro que nunca, de construir una sociedad alternativa a la capitalista.
Desde abajo y con la complicidad de la historia hemos resistido
junto a nuestros pueblos a lo largo del continente el embate de la hegemonía
del capital y en consecuencia del individualismo y la miseria como hijos
primogénitos del primero. Desde abajo y con la fuerza de la dignidad
intacta asistimos al parto de estos nuevos tiempos. Tiempos en que por
todos los rincones fueron insurgiendo experiencias potentes y creativos
que nos han llevado a comprender que el Poder Popular es un Proceso
histórico dialéctico que se fundamenta por un lado ciertamente en
elementos teóricos, pero que por otro, adquiere bases sólidas y raíces
propias en el quehacer cotidiano del pueblo.
Partiendo del supuesto
cierto que el poder político es una función social que consiste en
tomar decisiones soberanamente para el conjunto de la sociedad global
y de asegurar su ejecución por medio de la autoridad legítima y que
el mismo se convierte en la sociedad capitalista en un instrumento para
imponer la dominación de una clase sobre otra, debemos comprender que
el Poder Popular marcha tanto en su esencia como en su forma en una
dirección totalmente distinta y que se construye a partir de la voluntad
colectiva como un “proceso histórico, político, social, económico,
militar y cultural mediante cual el pueblo como sujeto de la participación
protagónica, asume
la toma de decisiones en asuntos de su interés, con la potestad
de hacer ejecutar esas decisiones por medios idóneos”.
De las ideas anteriores podemos en principio y a manera de resumen extraer algunos elementos para conceptualizar el asunto:
I. Que el Poder Popular surge de la capacidad de actuar colectivamente, pues la acción colectiva es fuente potenciadora de poder.
II. Que el número de los oprimidos, excluidos y marginados se traduce en poder popular socialista sólo cuando éstos coordinan entre sí, actúan conciente y colectivamente rechazando la lógica del poder-dominación que tiende al centralismo y la verticalidad; de otro modo, por más extrema que sea nuestra acción, sólo volverá a reinstaurar la lógica de la dominación.
III. Que el Poder se sustenta y reproduce en todas las esferas y niveles de la acción humana, tanto individual como colectiva. Existe la microfísica del poder, así se refleja en las relaciones de padres e hijos, en las relaciones de pareja, en el entorno laboral. El poder es intrínsico al ser humano, y debe tender a configurarse como algo positivo y creador.
IV. Que las relaciones horizontales, democráticas, protagónicas y participativas, socializan y multiplican el Poder Popular.
V. Que la autonomía política-ideológica -autodecisión- consolida el Poder Popular.
Pero hemos dicho antes, que el Poder Popular es inicialmente o primero que nada un proceso histórico, de tal manera que seriamos mezquinos con la historia y con el desarrollo de ese proceso si abordamos el tema solamente desde el contexto coyuntural en que vivimos, por muy interesante y estelar que este sea, por lo que se hace necesario abordar también sus referencias históricas universales, aunque poniendo siempre por delante los antecedentes indo americanos donde seguramente conseguiremos elementos valiosos que contribuyan decididamente a la comprensión y formulación transformadora para la construcción del Socialismo Bolivariano, lo que nos debe llevar al entendimiento que lo que hoy estamos viviendo es consecuencia y resultado de siglos de luchas y resistencia, donde el protagonista ha sido mas que ninguno nuestro pueblo en sus diversas formas de organización y acción.
Vistas así las cosas, nos aproximaremos a develar a las nuevas y ni tan nuevas generaciones de compatriotas que siguen de cerca y con preocupación por el futuro, los avatares de la Revolución Bolivariana para desentrañar efectos y causas que produzcan definitivamente el parto del Poder Popular y la consolidación Socialismo Bolivariano.
En este sentido es obligatorio pasearnos por los antecedentes de nuestra propuesta estratégica, empezando por la época de la resistencia Indígena y la no menos epopéyica gesta de la negritud americana en suelo patrio. Las luchas de independencia, sus aportes y consecuencias. El nacimiento o formación del pensamiento Bolivariano. El Árbol de las tres raíces. El pensamiento de Simon Rodrigues. Pensamiento, acción y luchas de Ezequiel Zamora, General del Pueblo Soberano. El poder Popular, la Revolución Rusa y la crítica al Capitalismo. Tres concepciones sobre el poder. El Socialismo Bolivariano, nuestra Concepción de Construcción del Poder Popular Socialista. Cinco ejes estratégicos en la Construcción del poder popular; político-jurídico, social-organizativo, económico productivo, seguridad integral y defensa, ético-cultural. La organización del Partido Revolucionario. Ética Socialista. Liderazgo Revolucionario y Poder Popular.
I.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL SOCIALISMO BOLIVARIANO.
1.- La Resistencia Indígena.
El profano llega a tierras libres.
Con la llegada del
europeo, llegan también todos los males y vicios. Además de las enfermedades
que menguan principalmente la existencia de los pueblos originarios,
su cultura, cosmovisión, y antivalores como: La desigualdad, la avaricia,
el egoísmo, el individualismo, la corrupción, la inmoralidad, la propiedad
privada, la explotación entre otros y el germen contaminante del capitalismo.
Nace la Resistencia.
Contra esto el pueblo
indómito, ha sido instrumento propio de su resistencia desde aquel
1499 cuando el roñoso invasor choca con la dignidad de un pueblo que
desde un principio mostró su determinación a ser libre. Puerto Flechado,
hoy puerto de Tucacas, se convierte en el escenario del primer encuentro
armado (resistencia) que tuvieron los españoles con los pueblos originarios
de América, ocurrió en las costas venezolanas. A los protagonistas
extranjeros de este hecho, al mando de Alonso Ojeda, les propinaron
21 bajas militares y varios heridos. Nuestros pueblos originarios los
obligaron a huir a la isla de Curazao. Posteriormente los navegantes
Cristóbal Guerra y Pedro Alonso Niño, reciben resistencia total en
las costas falconianas y el primero fue enfrentado por casi 2.000 indígenas
(guerreros-armados) y a ambos los forzaron a marcharse.
La resistencia histórica
contra la dominación esta presente en los albores de las luchas de
nuestros pueblos, pues estos se han reconocido a sí mismos como
dueños y sujetos de sus propios destinos y determinación, condición
sine quanon para inspirar la lucha revolucionaria. Es así como en 1532
los Jirajaras, asumen la total resistencia atrincherándose en las cierras
de Coro desarrollando una estrategia de lucha irregular contra los Alemanes
Welser quienes gobernaban la provincia de Venezuela que consistió en
el asedio a caminos y poblaciones. Estas luchas originarias son tempraneras
en nuestro territorio y asumidas por casi todos nuestros pueblos originarios.
Seguidamente los Caquetíos en 1535 asumen la resistencia y enfrentan
ferozmente al invasor. Así como en los Andes los Timotes y Cuicas emplearon
la estrategia de confederarse con otras etnias para hacer frente a los
españoles, de la misma manera los Zarapas logran impedir durante tres
años la penetración española en las costas norte del lago de Maracaibo
(Coquivacoa); es de esta manera, que se van levantando irreconciliablemente
nuestros pueblos originarios. Convirtiendo el territorio nacional en
un escenario de lucha popular de resistencia. Los caribes resaltan por
su heroicidad y su inquebrantable volunta de ser libres, no doblegan
la identidad cultural y su libertad a merced del imperio español
asumiendo consigo el exterminio antes que la esclavitud.
Dentro de esta amplia
gama de líderes indígenas el que destaca es Guaicaipuro como insigne
caudillo de la liberación en la oscura década de 1560, quien
se hizo temible a los conquistadores. Su fecundo concepto de libertad
le llevo a organizar la resistencia, confederando las tribus hasta
hacerse el caudillo indispensable de las etnias del centro donde llego
a liderizar hasta catorce mil hombres de sus iguales. Seguido de otros
como Sorocaima, Tamanaco, Manaure Maracay, Paramaconi, Pariaguán entre
otros tantos mártires de la resistencia.
De nuestros pueblos
originarios tomamos su visión del mundo, la relación de respeto a
la naturaleza y el medio. El sentido de reciprocidad en el trabajo y
la ayuda mutua. La búsqueda del bien colectivo sea mediante la satisfacción
de sus necesidades básicas como individuos pero también como comunidades.
Quizás un aporte fundamental al socialismo bolivariano sea el sentido
de propiedad comunitaria ajena de todo tipo de parcelamientos individualistas
que llegaron con la colonia.
2.- La Resistencia Negra.
Pero también uno
de los principales antecedentes históricos en el cual se enraíza nuestro
socialismo bolivariano es la resistencia cimarrronera. Somos herederos
de las luchas de este pueblo, del grito de libertad del negro Miguel
en 1532, cuando a orillas del río San Pedro en Nirgua construye su
reino de pueblos libres, en cuya capital “Curdubare” convergen,
la unidad entre el originario pueblo de los Jirajaras y las cimarroneras
rebeldes. Líder de la insurrección de negros y zambos desarrollada
en la serranía de Coro en 1795. No totalmente en paz vive el invasor
en las usufructuadas tierras, pues sus predios ya se convierten
en hervideros también de revueltas y cimarroneras, los palenque son
ya una muestra de lo que se le anticipa al imperio.
Nuestra historia
se impregna del loable espíritu de los conjurados pueblos negros, aborígenes
y patriotas que mestizan la guerra para prolongar la resistencia por
más de quinientos años.
Venezuela, en los
preludios del siglo 19, era un hervidero de ideas libertarias y emancipadoras
debido a la influencia de la Revolución francesa. Ya en 1770 negros
libertos como Cocofío recorrían los campos pregonando la existencia
de una cédula real que concedía la libertad de los esclavos.
En 1792, muerto
Cocofío, las prédicas contra la esclavitud fueron continuadas y profundizadas
por esclavos cimarrones escapados de las colonias holandesas, francesas
e inglesas y por José Leonardo Chirino y José Caridad González, influidos
por principios de la revolución democrático burguesa en Francia e
inspirados en las realizaciones de los jacobinos negros en Haití.
Eso represento, la
digna gesta, que por la libertad de sus semejantes emprende magistralmente
este mulato José Leonardo Chirinos en 1790. Quien precede las revueltas
del negro Andresote (1730) contra la Guicuzpuana, pero ahora ya no era
por el derecho a comerciar con los holandeses, sino por la independencia
de una patria, que garantizara a todos: libertad, Igualdad y fraternidad.
Con un proyecto propio, Chirinos organizo su ejército, trazó una estrategia
colectiva y avanzo en la lucha dando una importante victoria al movimiento
Popular, que luego fue arrebatada por el imperio español.
Así pues se tiñe
la historia patria, con una antología de matices libertarios de nuestros
héroes y mártires que se inmolaron en esta osada tierra. Somos
un pueblo que se determino a ser libre por sus propios medios y luchas
pero por sobre todas las cosas siempre fue indómito y rebelde, siempre
busco el monte y allí con la complicidad de la madre naturaleza construyo
sus repúblicas libres con sus propios cantos y creencias. Nuestra visión
de construcción del poder popular se nutre precisamente de ese espíritu
creador de la rebeldía que por fuera de los marcos del poder opresor,
en este caso colonial, desarrollo su propia institucionalidad, normas
y cultura preñadas de dignidad.
Continua…
oscarc13@gmail.com