Muchos han sido los aportes organizacionales y de creación de un “tejido socio-político” que le de coherencia a los programas y acciones del gobierno revolucionario y que a la vez conduzcan a la sociedad venezolana al establecimiento del un modelo socialista de producción, que de al traste con el caduco e injusto orden de cosas imperante, según el cual solo unos pocos tienen derechos y privilegios mientras la mayoría muere de mengua.
Sin embargo al experiencia nos dice que las formas creadas en función de la construcción socialista (consejos, uves; comandos, círculos, cooperativas, batallones etc.) muchas veces han perdido el norte para el que han nacido, convirtiéndose paulatinamente en entes anárquicos, cuya actividad se mantiene gracias a la acción de unas pocas individualidades.
De acuerdo al camarada Jaime Corena en su análisis aparecido en la comunicación virtual “Construcción Socialista Nº 18, Febrero 25 De 2009.” “estas formas de organización pronto pierden su vitalidad de origen y terminan por reclamar critica y autocráticamente su reorientación; algo debe suceder en la conducción del proceso a nivel operativo para que ello ocurra: quizá escasez de conciencia socialista, expresada en mirar estas creaciones políticas y económicas (Consejos, batallones y cooperativas y empresas) solo como herramientas para obtener éxitos electorales inmediatos para beneficios grupales, sin darle la continuidad y la sustentabilidad que se requiere para que se constituyan en elementos clave de la construcción o transición socialista. No vaya a ser que ahora con la irrupción de las comunas ocurra lo mismo.
Creemos entonces que hay una falla estructural en la organización del trabajo revolucionario que en nuestro concepto obedece a falta de consolidación del brazo político de la revolución, el PSUV. Aspecto que tiene su origen en que esta organización, llamada a ser la vanguardia de la construcción del Poder Popular Socialista, no culminó su génesis (discusión de sus tesis programáticas, ética, forma de organización, disciplina interna, comisiones de enlaces con el gobierno revolucionario etc.) Aun no existen canales cercanos de comunicación entre los batallones y las direcciones regionales y nacional del partido. Caminamos sobre supuestos números de militantes, sin que hasta ahora y desde el llamado a la primera inscripción sean verificados esos datos.
Es al PSUV a quien le corresponde apuntalar las políticas del gobierno revolucionario y asegurar que estas lleguen a los que realmente las necesitan, la revolución tiene que “tocar” a cada hogar a cada ciudadano de manera directa y franca
En las bases se respira un deseo de ser verdaderamente llamados a protagonizar sus procesos, a ser convocados para aportar soluciones reales a los problemas de su comunidad, a recibir el apoyo incondicional de la dirección política del PSUV y de las instituciones del estado en la conformación del PODER COMUNAL, la reactivación de los Batallones y los Consejos Comunales.
El PSUV debe entonces convertirse en el “propulsor” de las Comunas Socialistas,
Canalizar las inquietudes de sus militantes y de los demás miembros de las comunidades.
Articular con el gobierno revolucionario y las empresas e instituciones del estado el apalancamiento de la creación de Comunas y de los proyectos socio-productivos de esas comunas.
Promover la organización y reorganización de las cooperativas, empresas de producción socialista, empresas familiares, desarrollos productivos colectivos, empresas comunitarias etc.
Mantener una política de apoyo constante al proceso de descentralización hasta lograr la transferencia al, Poder Comunal de las instancias educativas, de ciencia y tecnología, de producción y distribución de bienes, de la cultura, el deporte, la seguridad y los servicios públicos y el establecimiento de la Milicia Popular Bolivariana en el territorio comunal.
Mantener un programa permanente de seguimiento y aseguramiento del desarrollo y cumplimiento de las metas establecidas.
rafaelurdanet@gmail.com