Apuntes para la elaboración de una estrategia revolucionaria, bolivariana y socialista en tiempos de traición

En defensa del proceso revolucionario en Venezuela (XXII)

Esto es lo que un científico y filósofo radical debe identificar, debe erradicar. Miles de millones no pueden ser explotados para siempre. Los indígenas de América advirtieron: El tiempo es más largo que una cuerda. Ahora parece que incluso el tiempo se está desvaneciendo en el olvido. El Titanic se hunde en el tiempo y el espacio. El tiempo para salvar a la humanidad se está agotando. Los nanobots y robots clonados, con una interfaz humana, no son seres humanos, no son salvadores; también perecerán, igual que las personas, 'después de las personas'. ¿Es esto lo que estamos salvando? O, en realidad, ¿estamos rescatando las víctimas del capitalismo? Pero esto, los Estados Unidos de América, que son capitalistas y dominantes, nunca tenían en mente.

Los millones de víctimas del comercio de esclavos trasatlántico y árabe, del descubrimiento, de la cristianización y la militarización europea, del colonialismo, de la extinción y eliminación de 'indígenas', ... de los "Indios Rojos", los gitanos, los comunistas, los 'Bosquimanos', los negros', los palestinos y los judíos ... los centenares de millones de víctimas de las guerras mundiales, del Apartheid y el estalinismo, de los gulags y los campos de concentración, de Nagasaki e Hiroshima, de Faluya y de Gaza, ... todos ellos, estos 'miserables' (Hugo), los "condenados de la tierra" (Fanón) y la "carga del hombre blanco" (Kipling) hoy por hoy siguen apelando por 'derechos humanos1 y por 'reparaciones' (al igual que los grandes bancos y corporaciones, que están recibiendo miles de millones de dólares en este momento). Todos ellos siguen enterrados en la "sangre y la suciedad" (Marx) del capital agresivo, de la amnesia social; son olvidados, están cubiertos con polvo de las estrellas y no tienen prensa mundial, ní libertad de pensamiento, ni libertad de prensa. Le sirvieron a sus patrias de muías, de carne de cañón y de carne electoral.

¿Para qué murieron? ¿Para tratar de rescatar el capitalismo? Esto, las clases dominantes lo hacen mucho mejor. De hecho, los esclavos, siervos, mujeres y niños pobres nunca conocían ninguna libertad de prensa ni de expresión (sus únicas 'presiones' eran la opresión, la supresión, la depresión y la represión), pero, sin embargo, ellos poseen la clave revolucionaria y anticapitalista para una posible emancipación humana. No el Club de Roma, y tampoco el Grupo Bilderberg, ni el G8, ni menos aún, el 'Family Club' democrático podrían ofrecer solución duradera alguna a la actual gran depresión del capitalismo mundial. A menos que, por supuesto, Jehová, o nuestros 'sangomas' sudafricanos, o nuestros 'brujos' de Kenia llegaran a asesorar y a convencer a Obama a deshacerse del capitalismo. En este caso, sería el primer milagro jamás visto en la Vía Láctea.

En consecuencia, sólo aquellas víctimas de la arrogancia y la ignorancia de la clase dominante, que transhistóricamente ya no sienten temor por el terrorismo de Estado o de clases son las que pueden aún enseñarnos cómo resolver la "crisis económica mundial" sistémica mediante la lucha de clases anti-capitalista. Dejemos por los momentos a un lado las doctrinas, los dogmas, las Escrituras y las profecías religiosas, porque no pertenecen realmente a la literatura nocturna clásica de los gobernantes, los presidentes, generales, personalidades importantes y ejecutivos contemporáneos; éstos prefieren leer y estudiar a 'El Capital' de Marx, antes de escabullirse hacia el país de las maravillas democráticas de Hillary. 
 

Como debemos saber, desde hace mucho tiempo Karl Marx nos ha explicado científicamente a los trabajadores, que no hay tal cosa como un "buen capitalismo" (Adam Smith); que la jerga política acerca del 'humanismo militar', los empresarios con 'moral' y los especuladores "malvados" (de Wall Street) es parte intrínseca del nuevo lenguaje (newspeak) orweliano, del control físico y mental, del "dominio de espectro completo" (Rumsfeld) y de un mito ideológico antisocialista.

Por lo tanto, racionalmente hablando, ¿cómo llegó a existir el capital en el planeta Tierra, pacíficamente, en traje dominical, como un don, como el néctar y el maná para los 'elegidos', como pecado original, como una bendición disfrazada? Una cosa es cierta, de igual manera como nació y como vive, igual el capital en sí va a decidir de perecer junto con sus acérrimos seguidores en un agujero negro de “la nada” (Sartre).

En una nota de pie de (E1 Capital' (Capítulo 31), Marx manifestó inequívocamente que, si según Marie Augier (en "Del Crédito Público", París, 1842) el dinero “entra al mundo, con una mancha de sangre congénita en una mejilla1, entonces el capital viene chorreando de la cabeza a los pies, de cada poro, con sangre y

Suciedad.”

Con toda probabilidad científica, y desde una larga vista histórica, la llamada 'crisis económica mundial' parece ser la última fase de disipación del capitalismo como modo de producción y destrucción dominante en la Tierra. En realidad, la perversa relación unilateral entre la sociedad y la naturaleza cobra su tributo, la producción está dando paso a la creatividad y la creación humana. El capitalismo es el último modo de producción de carácter explotador en la tierra. Esta es la contradicción actual: la barbarie productiva contra la emancipación creativa. Esta es la "crisis económica mundial". Por razones obvias, en las noticias mundiales, en los principales medios de comunicación se encuentra muy poca información con respecto al verdadero capital y capitalismo moderno "que chorrea de la cabeza a los pies, de cada poro, con sangre y suciedad."

¿Quién realmente todavía ve la 'sangre y la suciedad' de Irak, de Afganistán, de Gaza, de Sri Lanka, de Zimbabwe, de Venezuela, de los EE.UU., de Nepal, en relación directa con la denominada "crisis económica mundial", y la decadencia del capitalismo?

Las apariencias aisladas se pueden encontrar en todas las noticias mundiales, incluido su censura ideológica y sus maltratos. Como diría Kant, ya se han desarrollado hasta su pleno reconocimiento. Es muy fácil saber qué es el capitalismo, todos los datos y la información están ahí, están globalizados.

Lo que realmente puede ver totalidades y procesos, son cerebros humanos sanos y saludables, pero a lo largo de las décadas la mayoría de ellos han sido engañados, manipulados y adoctrinados por todo tipo de sistemas de "creencia" o que "hacen-creer"; por supersticiones, religiones, prácticas indebidas e ideologías. Por supuesto, muy pocos de ellos serán capaces de comprender científicamente la esencia de la venidera Gran Depresión de 2010. La mayoría de nosotros seguimos creyendo que son los grandes dioses, las grandes ideas, los grandes hombres y las grandes razas los que hacen la historia. Con esa cosmovisión nebulosa, que supera a la razón (Adorno y Horkheimer), y a la realidad capitalista, como especie, apenas podremos sobrevivir al actual cataclismo del imperialismo mundial.

Definitivamente, la especie del hombre es un experimento, es parte del experimentum mundi (Bloch); como tal, podría tener éxito, fracasar o causar cosas "no soñadas en nuestra filosofía" (Hamlet). Sin embargo, como dijo Anaximandro de Müeto: quién no espera lo inesperado nunca lo encontrará. Dentro de la 'crisis mundial', vamos a ejemplificar estos esfuerzos intelectuales complejos. 


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José Antonio Velásquez Montaño


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