Qué está pasando en Venezuela, es nuestra economía socialista o neoliberal, hay distorsiones en el orden social, cultural y económico. Nos encontramos inmersos en un proceso de transición donde no hay una adecuada planificación del país que vamos a construir. El proceso de las tres erres se olvido. Entonces se hace necesario cambiar nuestra mentalidad y si no fundamos una nueva cultura vamos a seguir con estas profundas desviaciones. Tenemos que hacer profundas reflexiones y los aportes que hagamos para perfeccionar y sincerar el proceso revolucionario; las estructuras capitalistas y neoliberales están presente en lo económico, cultural y en lo social, en lo político hemos avanzado. Es por todo conocido las grandes contradicciones del proceso revolucionario, presente una economía de mercado, el capitalismo salvaje que especula y encarece los productos de consumo masivo, una economía de puerto que nos hace tanto daño, porque no hemos logrado una producción agrícola para liberarnos y tener seguridad alimentaria. La especulación es galopante y uno de los elementos que elevan la inflación. Un pueblo que desea de una vez por toda la profundización del proceso revolucionario y bolivariano. Otra gran preocupación es la ineficacia y la corrupción administrativa, flagelos que los tenemos presente y nos hace vulnerables y debilita la capacidad del gobierno de dar repuestas efectiva a la población. Debemos recordar a nuestro libertador Simón Bolívar y su pensamiento: “El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”
Es conocida la diferencia de los sueldos en Venezuela, entre el salario mínimo nacional y los sueldos que devengan los presidentes y gerentes de las empresas del Estado. Lo sueldos se deben establecer con la mayor sinceridad, hoy una familia venezolana no puede comer con un salario mínimo, se necesita más de tres salarios mínimos para satisfacer sus necesidades básicas, el que diga lo contrario es un lunático y carece de sensibilidad humana y no le tiene amor al prójimo. Entonces hay que buscar formulas para mejorar el poder adquisitivos de los trabajadores y hacer inversiones en empresas productivas para bajar los niveles de desempleo.
Las relaciones de trabajo son capitalista, donde el trabajo es calificado como mercancía y en todas las instituciones del estado nos guiamos por las teorías de Fayol y Taylor; que se convirtió en el fundamento que todos los rectores del trabajo han seguido como libro de cabecera. No habrá cambio posible si no cambiamos todas las estructuras del Estado y cerramos los manuales y tutoriales neoliberales. Los estadios de Fayol y Taylor u otra teoría parecida son aplicados en toda la administración nacional.
Debemos cambiar el paradigma de la organización productiva que está basada conceptualmente de que el trabajo es una mercancía; en el capitalismo se ha universalizado la producción de mercancías de tal manera que la misma fuerza de trabajo del obrero se convierte en una mercancía más. Se hace imprescindible adelantar el modelo de productividad centralizándose en el desarrollo endógeno. Las empresas del Estado deben abandonar su carácter capitalista y neoliberal. Y dar el salto hacia, las empresas de producción social (EPS) y las empresas productivas comunitarias (EPC), las cooperativas deben ir conformando la columna vertebral del nuevo modelo productivo en el país. Pero para este salto es muy importante que los dirigentes tengan una elevada conciencia de clase, realizar una reforma moral e intelectual capaz de transformar la sociedad. Asumiendo la política y la vida con una nueva conducta. Practicando unos valores capaces de cuestionar radicalmente y cambiar las viejas prácticas políticas y las instituciones mediante las cuales se ejercen los poderes constituidos. Solidaridad y sentido comunitario de la vida, antes que el individualismo egoísta. Honestidad antes que corrupción. Humildad antes que arrogancia. Trabajo sistemático antes que “viveza criolla”. Bienestar Colectivo antes que lujo individual. Austeridad antes que despilfarro. Constancia u dedicación antes que indisciplina. Estas son algunas claves del cambio moral que urge realizar la sociedad venezolana. Pero cambiar moralmente requiere una enorme fuerza de voluntad. Y la voluntad requiere una guía intelectual: la conciencia política. La voluntad sin conciencia es una fuerza ciega. Es caminar con los ojos cerrados. La conciencia sin voluntad, es puro deseo. Y los deseos no cambian la sociedad. La voluntad requiere convicciones y pasiones firmes para enfrentar los halagos, los chantajes, los sobornos, as amenazas y la violencia del poder burgués imperialista.
El primer paso para hacer los cambios necesarios y enrumbar el proceso hacia el socialismo es pensar en la Asamblea Nacional Constituyente para darnos una nueva Constitución socialista y revolucionaria, porque no podemos concebir un proceso con una economía neoliberal y capitalista, donde empresarios inescrupulosos especulen con los precios de los productos de consumo masivo, pero este proceso debe pasar por una verdadera revolución cultural para erradicar y minimizar la ineficacia, la corrupción y la burocracia, pero debemos cambiar nuestros sistema judicial que es causante de los muchos hechos de corrupción y delincuencial. Ni es un secreto para nadie y menos para el presidente Chávez “que ha señalado y denunciado casos de corrupción y nos ha hecho llamado para enfrentar este flagelo”. Sabemos los niveles de impunidad que propician los organismos cuando no actúan y mantienen una inercia ante la corrupción, la ineficacia y la burocracia, tenemos que señalar que los organismos llamado para desenmascarar estas plagas son en primer lugar la Controlaría General de la República, Fiscalía General de la República, el Tribunal Supremo de Justicia, nuestro PSUV, los consejos comunales y los trabajadores. Hay que cambiar las leyes porque tienen que ser implacable para los que se roban los dineros para construir una escuela, un hospital, viviendas. Unos centrales azucareros, soyeros, pesqueros, yuqueros para estos delitos deben existir la condena de la cadena perpetua. Hay que plantearse una Asamblea Nacional Constituyente es la única vía para enrumbar este proceso hacia el socialismo. ¡Presidente Chávez tiene la palabra!
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