La estructura capitalista que hay que derrumbar...

La batalla ideológica se acentúa, en la misma no se puede descuartizar las cosas y separarlas como que no tuvieran una relación directa; lo económico, lo político, lo social y lo cultural están intrínsecamente vinculados entre si, cuando esto ocurre se pueden cometer cualquier cantidad de errores, pero, el error que no se debe cometer jamás es el error de confundir el perfil, inventar salidas cómodas, adecuadas al prejuicio social y los traumas que nos invade como una ventosa heredada de la vieja sociedad que "todavía no termina de morir". Lo económico se mueve de acuerdo a las definiciones políticas, es decir, si la decisión política es errónea, su incidencia inmediata en el resto de las áreas es inmediata y las consecuencias terribles. El sistema capitalista y sus adláteres andan por el mundo pregonando las bondades de su sistema, cualquiera se preguntaría ¿Cómo es que un sistema pregona? Ya lo verán más adelante. Las costumbres de los hombres le hace el trabajo más sencillo y fácil a los capitalistas, porque todos, con las viejas costumbres nos convertimos en defensores del capitalismo, a veces sin quererlo o creerlo que es lo más triste. Si aplicamos este criterio debemos suponer que un país en revolución no puede dejarse arrastrar por la fuerza de la costumbre, por el contrario, debe experimentar cada día, con un mapa de ruta profundamente definido, el socialismo; con pleno y absoluto conocimiento de la tarea a desempeñar por cada quien. La revolución bolivariana ha experimentado un conjunto de acciones y también ha vivido un conjunto de situaciones que a la postre han representado un avance cualitativo en la profundización del socialismo, pero al legar a la cima de cada caso nos damos cuenta que hace falta más. Sostenemos prácticamente en casi su totalidad coincidencias con lo propuesto en la columna Un Grano de Maíz, no es la primera vez que opinamos sobre la misma ni tampoco será la última y lo hacemos convencidos del aprovechamiento de cualquier herramienta para empujar en el sentido del avance de LA ZONA SOCIALISTA, magistralmente definida desde esa trinchera llamada UN GRANO DE MAIZ.

La revolución bolivariana atraviesa un momento importante, sobretodo porque del camino que se siga depende el futuro de la esperanza y eso no es poca cosa. El presidente Chávez desde hace rato viene tomando acciones, lanzando lineamientos y luces sobre el camino a seguir, el camino al socialismo. Obviamente que no puede ser otro, es el líder y a el le corresponde trasmitir los mensajes que la población debe digerir y asumir como la mejor herramienta de lucha, las ideas. Ahora bien, el alimento del espíritu va acompañado de un conjunto de cosas que requerimos todos para vivir. Todo ser humano necesita tomar agua, comer, vestir, estudiar, etcétera; en el capitalismo toda actividad humana se convierte en mercancía, en acto de compra-venta pero el socialismo es totalmente lo contrario, radicalmente opuesto, por lo tanto al no producirse igualmente un cambio radical en el comportamiento de los seres humanos, el sistema capitalista termina enajenando al mas pintao y radical de los revolucionarios y el sistema se termina apoderando de toda acción contaminándola hasta destruirla. En esas etapas, en esos lapsos históricos donde "lo que esta a punto de morir no termina de morir y lo que está a punto de nacer no termina de hacerlo", palabras más, palabras menos, para intentar interpretar a Gramnsci, la tarea se hace compleja y dura de cumplir.

Ejemplo, el camarada Aponte, el de UN GRANO DE MAIZ, con la claridad política que lo caracteriza, mañana lo nombran ministro del gobierno revolucionario, o sale electo gobernador, o lo nombran magistrado, presidente de PDVSA o cualquier otro cargo de importancia nacional; el camarada Aponte llega con su bullicio de ideas en la cabeza, con absoluta claridad de la vía a tomar e intenta desde el mismo momento de su arribo al importante cargo, aplicar lo que teóricamente ha diseñado en su columna. Llega al ministerio, o al cargo que sea y le sugiere a la secretaria, a sus asesores y asistentes que viene dispuesto a aplicar las ideas escritas en UN GRANO DE MAIZ...La cara de sorpresa seguramente será tan evidente que ni siquiera podrán disimular el asombro, a pesar de "la adaptación mecánica" de los funcionarios "al nuevo jefe", práctica hecha por cierto en años con la fórmula que no cambia, pero que es efectiva. "el jefe debe estar cómodo", "el jefe no debe ser molestado", "el jefe debe decirnos sus gustos", "el jefe", el jefe, el jefe... Antonio Aponte, comunista consumado, con claridad absoluta de la tarea a cumplir, rechaza todo tipo de halagos, le dice a sus funcionarios que viene a trabajar y pretende atender a todo el mundo, que quiere acabar con los tramites burocráticos, que quiere seguir siendo un hombre que come donde mismo, se afeita con la misma peluquera y que quiere hacer el socialismo, reúne a su personal de confianza, lo pone al tanto de la situación y les preguntan que si lo han leído en UN GRANO DE MAIZ, que si conocen la obra de El Che, etcétera y todos esos ñangaras que nos han metido estas ideas en la cabeza; algunos dirán que conocen a Marx, es un señor chivudo, dirán algunos, es el padre del socialismo científico, dirán otros, total, una somera evaluación del camarada Aponte le permitirá rápidamente esbozar una estrategia para ver como echa adelante el mono que le dejó el funcionario anterior, los problemas, las malas costumbres, ineficiencia e ineficacia arraigada, entre otras mañas muy comunes en la administración pública. Sin embargo, a pesar de la sorpresa de los funcionarios que ven en el nuevo jefe, con el temor reflejado en sus ojos, en las primeras de cambio, a una especie de bicho raro, el camarada Aponte se muestra imperturbable y dispuesto a llevar a cabo su plan. Por la mente de los funcionarios se amontonan viejos recuerdos de otros jefes anteriores, inmediatamente al estar a resguardos comentarán: "es igual que fulano", "se parece más a perencejo", no, "a ese le va a pasar lo mismo que a sutanejo" y cosas por el estilo. Pasa el tiempo y Antonio Aponte comienza a echar la bilis ante tanta realidad distinta a lo lógico del socialismo, a la vía que pregonamos, al camino para salvar a la humanidad, a lo que nos lleva la vida. Al personaje en cuestión, al personaje que nos inspira a intentar plasmar con ejemplos sencillos que la estructura del estado burgués termina consumiendo las buenas intenciones y los actos de buena fe o convicción, por lo cual, para un revolucionario es un reto, es ¡necesario derrumbar la estructura piramidal capitalista en su esencia para sustituirla por una estructura distinta y donde el colectivo tenga incidencia. Lo que queremos hacer ver es que con las viejas estructuras del capitalismo, es decir, "con las armas melladas del capitalismo", para citar a El Che, es imposible parir la nueva sociedad socialista porque la propia estructura burguesa termina enajenando al funcionario y abstrayéndolo de la realidad circundante.

Aclaramos, hablamos de esta forma manejando algo hipotético, y esperamos que el autor de UN GRANO DE MAIZ nos perdone el atrevimiento, pero es menester que esas ideas plasmadas allí agarren calle y representen nuestro fusil en la trinchera que sea, pero debemos estar claros, bajo esta estructura cuartorrepublicana aún vigente en muchos sitios, para no entrar en detalles, se hace prácticamente imposible aplicar la sobre marcha al socialismo, la estructura del estado burgués termina dejando caer las cosas en la dinámica de "la fuerza de la costumbre". Este cuadro supone la necesidad de una transformación a fondo y una lucha frontal contra el modelo capitalista que es completamente antagónico al modelo socialista y para lograrlo es menester desmontar ese viejo estado con creatividad, ciencia y consciencia. El modelo capitalista muta como el virus que consume a toda una sociedad, se convierte en pandemia que atenta contra la humanidad; la causa de todos los males es el sistema capitalista, su modelo y la inercia que genera a su alrededor son devastadores, erradicar esa inercia, significa hacer la revolución y construir el modelo socialista.

Esta batalla hay que darla en todos los frentes y para que la población perciba esos cambios lo que plantea Aponte es una absoluta realidad, el funcionario socialista, el funcionario revolucionario no puede dejarse arrastrar por la inercia, por la fuerza de la costumbre, sin embargo, esto no puede ser un acto individual, sin coordinación ni planificación; debe ser un acto con el impulso transformador del pueblo y con la concepción clara de que una revolución supone un cambio estructural del sistema capitalista para abrirle paso al socialista, a eso nos llama el comandante Chávez, llamado que muchas veces no entendemos o ignoramos, porque, uno de los más terribles pesos muertos que conspira contra el despegue definitivo hacia el rumbo socialista es la ignorancia y eso se resuelve con la sabiduría del pueblo. La revolución bolivariana cuenta en su haber con un líder de las características de Hugo Chávez, con el ejemplo de Bolívar, de Fabricio, de Sucre, de Zamora, y sobretodo con el arrojo de este pueblo que ha sido capaz de derrotar conspiraciones de la derecha, golpes de estado y sobretodo que soporta estoicamente la batalla del día a día con la paciencia de nuestros ancestros aborígenes.

Sin duda que desmontar la estructura burguesa no será "soplar y hacer botella", pero tampoco puede ser considerada como una utopía, para ello hay que tener fe en la vía socialista, única vía; tener fe en los ensayos socialistas y sobretodo tener plena conciencia de lo que somos capaces de hacer. El 27 de Febrero de 1989, el 13 de Abril de 2002, Diciembre-Enero 2002-2003, 15 de Marzo de 2004, son fechas estas que están grabadas en el imaginario popular como fechas de gestas trascendentes...las circunstancias de esos momentos encendieron la mecha, esa mecha no puede apagarse jamás y en este sentido la vanguardia revolucionaria debe tener absoluta consciencia. Ahora bien, este tema no puede enclaustrarse en los cenáculos de intelectuales y pensadores, deben ser "un acto de creación heroica" como nos lo señaló Mariátegui, esa creación debe y tiene que ser un acto colectivo, en ella estamos obligados a tomar en cuenta que la estructura en lo político, lo económico, social y cultural tiene que ser transformada de raíz..., de esta forma, cualquiera podría ser el ministro, el gobernador, etcétera y el rumbo al socialismo será inexorable...


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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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