El contraste con el capitalismo...

Lo plantea Antonio Aponte en UN GRANO DE MAIZ, sin duda esta columna destaca y descolla como una trinchera de conciencia y, nadie que siga el camino de la revolución puede pasar por alto lo plasmado allí. Sin duda cuando interpretamos lo que está ocurriendo en la sociedad como parte de la lucha de clases, entendemos que las contradicciones afloran y el contraste resalta, esto se enmarca dentro de lo que proponía El Che, su sugerencia en torno a desechar "las armas melladas del capitalismo" para proponerse construir un mundo distinto, un mundo humano, alejado y contrastante con el mundo capitalista de la propiedad privada sobre los medios de producción, el mismo, lleno de mezquindad y envidia, plagado de lo perverso e inhumano que establece un abismo entre las condiciones e intenciones de humanidad de cada ser para lanzarlo en una selva de contradicciones, de diferencias que termina por convertir al ser en un oportunista, pendiente del fracaso de los demás para surgir de las cenizas de sus propios congéneres. Plantearse una sociedad distinta, una sociedad socialista no es un capricho o simple deseo, pasa a ser un compromiso en el cual estamos todos imbuidos y que solo la conciencia de la necesidad de hacerlo nos lleva a buscar la fórmula que nos permita contrastar con el modelo capitalista con acciones socialistas, veamos: En el capitalismo se promueve el concepto de la individualidad, se llena al hombre de vanidades e intenciones hacia lo superfluo, todo lo convierte en mercancía, todo está sujeto al mercado y los vaivenes de la oferta y la demanda; el socialismo por el contrario, se propone rescatar la espiritualidad y esencia de cada quien, promover el crecimiento individual pero con un concepto colectivo, erradicar de la mente de las personas el convertir en mercancía todo, eliminar categorías y frases que contradicen al ser como: "nada es gratis", "todo tiene su precio", "nadie hace nada sin ningún interés". Esta idea sembrada en la mente de las personas configuran la actuación enajenada a un sistema que pervierte, el capitalista, que atenta contra el ser humano hasta convertirlo en un simple instrumento arrastrado por la vorágine de la sociedad de consumo hasta hacer de él un ser insensible. El socialismo está obligado a contrastar todas esas actuaciones y por ello se requiere de consolidar el sistema socialista que permita zafarnos de la marcha hacia la pérdida de toda conciencia del deber social, estrategia propiamente capitalista y para difundirla tiene poderosos mecanismos de alienación.

Los capitalistas y defensores del capitalismo solo remontan sus actuaciones en la vida hacia "la felicidad" individual, poco o nada le importan los demás, si el está bien, el mundo está bien, según su óptica. El hombre captado por el sistema capitalista se llena de miedos y temores, es presa de la inseguridad, termina por no saber lo que quiere, se entretiene en asuntos subalternos; su familia, sus amigos y su entorno; por el contrario, el hombre socialista poco le importa su seguridad individual, le importa la seguridad del colectivo, poco lo entretiene lo subalterno e intrascendente, le importa lo que represente un salto hacia el máximo estadio del ser humano, el socialismo, y eso no se logra sino con la formación, el estudio, la reflexión y el análisis para llegar a tener conciencia del deber social.

El capitalismo, en medio de los temores que le siembra a los seres humanos está, la incertidumbre por el futuro, no son pocos entonces los que se refugian en cuestiones esotéricas y buscan explicaciones en el más allá, cuando la causa está en el sistema capitalista y sus mecanismos de esclavización. En este orden de ideas nos debemos proponer a romper con esos paradigmas e ir a la búsqueda de un mundo mejor, y el tránsito para construirlo se hace sobre el lomo de toda la carga de ideas torcidas que gracias al marketing capitalista y a la cultura de consumo, el sacrosanto capitalismo lo convierte en "algo vital". Es común ver en tirios y troyanos lo que son capaces de hacer para tener "su casa", "su carro", etcétera. Desde cualquier punto de vista lógico ¿Quien puede negar una casa, un medio de transporte, entre otros, como algo necesario? Nadie, sin embargo, el capitalismo te construye la casa, te fabrica el carro y desde ese momento que son construidos y fabricados lo que es una necesidad lo convierte en una simple y mera mercancía sujeta al mercado y sus altibajos. Asimismo pasa con los alimentos y otros servicios. La propaganda capitalista entonces ataca duro por la parte débil de los individuos sin conciencia, es así como una regulación en el suministro de agua lo convierten en una catástrofe que atenta contra “la libertad” del ser, libertad a que, libertad a satisfacer sus vanidades con el despilfarro, tan obvio en el capitalismo pero que debe ser combatido a muerte en el socialismo, las recomendaciones de ahorrar energía son objeto de burlas y exacerbación de la mentalidad consumista en que nos han sumido, pero una mentalidad estúpida, sin lógica y razón de ser.

Los capitalistas juegan con la ignorancia de las personas, se afincan en las debilidades del gobierno y magnifican las promesas incumplidas, no las justificamos, pero si pedimos que cada tema se analice desde la raíz para tener conciencia de las causas que originan los males, no nos remitamos meramente a los efectos. Como el socialismo lo construimos cada uno de nosotros como miembros de una sociedad, a la vanguardia socialista le toca una responsabilidad mayor y esa responsabilidad mayor pasa por el ejemplo, "predicar con el ejemplo". En este sentido caemos en situaciones que nos aleja de una práctica revolucionaria, sobretodo tomando en cuenta que ésta no es algo lineal, es un andar con altibajos; el problema está en que puedes dar dos pasos adelante y retroceder medio paso o un paso, pero lo que no se debe hacer es dar dos pasos adelante y tres hacia atrás.

Como señalamos anteriormente, la falta de conciencia socialista incluso en personas que se vinculan al proceso, su actuación y comportamiento degenera y es vista por el pueblo, analizada y percibida de una u otra manera donde la ausencia de contraste con el capitalismo se hace evidente, es allí en donde se comienza a perder la confianza en aquel dirigente, ejemplo, un gobernador que se identifique con la revolución pero la comunidad de su estado lo cataloga de defensor de acciones alejadas de los principios socialistas, produce un daño mayor a la revolución que el adversario declarado, fácilmente ubicado y catalogado por la gente.

Lo antes señalado nos indica que lo acertado es producir los contrastes con la sociedad que vamos a superar, es decir, toda actuación y esfuerzo de los socialistas deben ir dirigidos a consolidar los espacios socialistas y eso pasa por todos los ámbitos; la empresa, la fábrica, la oficina de gobierno, la comunidad e incluso hasta el partido. El partido como vanguardia está obligado a actuar y generar los mecanismos necesarios que hagan posible el reflejo de la nueva sociedad en los ámbitos de construcción del socialismo dentro del partido, y en ese sentido, el partido como herramienta fundamental para la construcción de la estructura organizativa y política necesaria para avanzar. Desde hace rato se viene señalando el tema de las patrullas, sin duda una ingeniosa e inédita idea, no obstante, el marco teórico, acertado, no puede quedarse allí, se requiere de llevar a la práctica una estructura política distinta y que contrastante con el modelo capitalista, asimismo la estructura de gobierno, etcétera. ¡Que no es fácil!...Quien lo dijo, es lo más difícil y complicado de hacer, sobretodo porque estamos envenenados de capitalismo y para superar el percance y encaminarse a la nueva vida se requiere de tratamientos drásticos para crear las condiciones subjetivas necesarias para avanzar en este sentido.

Cristo lo que tocó lo convirtió en humanidad, el socialismo lo que toque debe convertirlo en lo más humano posible, de esta forma no caeremos en la reversión a la que juega el capitalismo. Los capitalistas menosprecian los ensayos socialistas, las trabas se multiplican cuando se trata de ejecutar actos socialistas, la campaña capitalista dirige sus cañones hacia la mente de las personas, la abundancia de dinero y la mentalidad de lo fácil hacen lo demás. Es allí donde la acción socialista tiene que armarse de valor, es por ello que se debe cultivar y promover en todas las instancias acciones de desprendimiento individual con un alto concepto de lo colectivo...un joven médico que dedique su vida a prestarle servicio a los pobres es un acto socialista que contrasta con un joven médico recién graduado que lo que tiene en la cabeza es un carro nuevo, eso solo por citar un ejemplo, hay muchos en otras áreas de la actividad humana. Así como el capitalismo resalta su filosofía de odio y desprecio por lo colectivo y promueve lo mezquino e individualista, los socialistas debemos destacar los ejemplos de la humildad de miles y miles de hombres y mujeres que todos los días se sacrifican por lo colectivo, muchas veces en las más precarias condiciones, con miles de obstáculos y la mirada recelosa de los colonizados por la ideología capitalista que está basada en lo más inhumano de toda actuación.

latojeda@gmail.com


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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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