Últimamente, se ha estado corriendo el rumor de que, Las librerías del Sur están confrontando problemas, que podrían inducir al Ministerio de la Cultura, a tomar una aberrante decisión que no es otra, que ordenar el cierre de dichas librerías, aduciendo para ello que estas Librerías están arrojando una falta de auto-sustentabilidad, o simplemente no están cubriendo sus gastos o costos.
Haremos un paréntesis para informar en que consisten Las Librerías del Sur – sí acaso algunos no las conocen-. Estas librerías son lo que podríamos definir como un programa social, creado por el presidente Chávez, para brindarle al pueblo venezolano acceso masivo, a la cultura mediante la posibilidad de acceder a la adquisición, de libros a precios solidarios y accesibles. Para ello se han establecido muchas librerías a lo ancho y largo del país. Realizada ésta concisa explicación; continuamos.
De llegar a tomar esta decisión, por las razones eminentemente capitalistas antes descritas, estaríamos desvirtuando, la motivación de esta decisión del presidente Chávez, o como se dice en lenguaje coloquial "estaríamos orinando fuera del perol”. Esas motivaciones no encajan, o no se integran en el socialismo del siglo 21, que estamos empeñados en implantar en nuestro país; motivación ésta, en la que se nos va la vida.
De manera tal, estaríamos obviando el carácter revolucionario y socialista del programa, lo cual debe fundamentar la existencia de tales librerías.
Explicaremos esto de la mejor manera posible: El presidente Chávez, decidió crear las librerías del sur, antes llamadas “Cuaimare”. Basado en las premisas legadas a la humanidad, pero sobretodo a los latinoamericanos, por nuestros próceres: Simón Bolívar, Simón Rodríguez, José Martí, entre otros. Quienes preconizaron que los conocimientos y la cultura contribuirían a nuestra liberación y, a dificultar los intentos de esclavizarnos, por parte de los imperios colonizadores.
Como sea, que los libros han venido convirtiéndose en objeto de negocio y lucro, este hecho en consecuencia, los pone fuera del alcance del resto de la comunidad venezolana.
Por ello el presidente impulsa ese programa, ahora bien, siendo este un programa de interés social. ¿Qué sentido tiene considerar que las librerías sean o no rentables? Desde el mismo momento de su creación estas pasan a ser objeto de primera necesidad, entonces en lugar de cerrarlas o buscarle un interés economicista, se hace, mas bien necesario conseguirle una forma mas expedita para cubrir sus costos.
Dar accesibilidad a la población para adquirir, todo libro que coadyuve a construir una moralidad y personalidad proba y culta para el pueblo venezolano, sin distingos de ninguna índole y a precios de definitiva y total posibilidad. De manera tal que el pueblo pueda acceder con eficiencia a un alto nivel de conciencia socialista y logre ganar una cultura liberadora.
En la gama de posibilidades que se le presentan al estado, para mantener en funcionamiento las librearías, se destaca una, que es de las más acertadas, por su lógica, como es, la que emana de la característica inherente a la revolución socialista. Esa que ordena al estado, distribuir entre el pueblo, -único objeto y fin de las formas de gobierno y organización- equitativamente y sin discriminación, la riqueza del país.
En nuestro caso específico, el estado debe hacer ó realizar todo lo necesario para que el pueblo no sea victima de las artimañas que elabora el capitalismo y la oligarquía para evitar el acceso a la cultura y el conocimiento encerrado en los libros. Al fin y al cabo los gastos van a ser cubiertos con los dineros del pueblo.
Entonces, lo que se plantea, es distribuir esos dineros de manera más justa y eficiente, para que llegue en forma más expedita al sujeto de cultura y conocimiento, quien es el pueblo venezolano.
¿Cómo se lograría eso? – con la cobertura pecuniaria de los gastos del sistema de librerías, con leyes que permitan al estado a través del ministerio de la Cultura, de las gobernaciones, las alcaldías, las empresa del estado, las empresas de producción social, las cooperativas, las empresas privadas en su totalidad.
Al fin y al cabo todos esos dinero involucrados en esta recaudación son propiedad del pueblo venezolano porque provienen de la explotación de los recursos naturales del país venezolano, los impuestos, y la explotación de negocios particulares, a los cuales acceden estos inversionistas particulares, a través de preferenciales ingresos económicos por las vías del crédito, y el comercio natural y consecuente de todos los rubros que se fabrican, importan y exportan en el país y fuera del país. En suma ese es el dinero del pueblo. Que será, de esta manera conducido, hacia su propietario original: el pueblo venezolano. En suma y resumen el estado debe comprar y distribuir la cultura para el pueblo.
De ésta manera, podremos
decir en voz alta, clara e inteligible: ¡La cultura es del pueblo venezolano!
¡PATRIA SOCIALISMO O MUERTE! ¡ESTAMOS VENCIENDO!