Burocratismo y "pudor mortis" contra la Revolución Bolivariana

Decía Marx que la revolución es “una bacanal de la verdad donde nadie queda sobrio”. Eso, si no sucede como en México donde, explicaba un general “Pos aquí lo que pasó fue que la revolución degeneró en gobierno”... Porque la primera víctima del burocratismo es la verdad.

Cada vez hay más revolucionarios en los altos cargos del Estado, pero cada vez la oposición parece más fuerte en la administración pública, porque muchos camaradas en vez de demostrar que a pesar de ser ministros o viceministros siguen siendo buenos revolucionarios, se empeñan en demostrar que a pesar de revolucionarios son buenos ministros y viceministros. Algunos hasta sostienen que el tiempo de oficina es sagrado y no puede utilizarse para la política, el debate de ideas o, mejor aún, las noticias y los asuntos cotidianos que interesan al personal. Son os mismos que sostienen que “hace falta ideología” y “concientizar al pueblo”´, y satisfechos con la “producción” de su despacho, no se dan cuenta que crían los cuervos que nos sacarán los ojos.

Me consta la imposibilidad de mantener grupos de discusión o de estudio en la administración pública (que comienza por negar el espacio para reunirse durante y después de las horas de trabajo) debido a la dificultades de transporte, tener que buscar a los hijos a la escuela, la inseguridad en algunas parroquias, etc. Entonces aparece una Directora de Recursos Humanos (¿Por qué casi siempre son mujeres?) que comienza a botar chavistas hasta reducirlos a una minoría acosada, como ocurrió no hace mucho en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, con una ministra que tenía un asombroso currículum académico y una insuperable mala saña contra la revolución.

PUDOR MORTIS

El otro punto es el “Pudor Mortis” según el cual yo no debería estar diciendo lo que pasó en Ciencia y Tecnología porque eso es “dar armas al enemigo”. O según el cual hice mal ante un auditorio extranjero al referirme a la importancia de los medios comunitarios citando el caso de la compatriota torturada en la DISIP, finalmente bien librada gracias a que Aporrea publicó la denuncia de los familiares, a los medios comunitarios de su parroquia, y a otros “imprudentes” que expresamos la indignación y la alarma del caso. Mueven la cabeza y critican que uno ande diciendo por ahí que “en Venezuela se tortura”…

En Venezuela no se tortura pero, ya se sabe, Venezuela es la regla de la excepción. La muchacha fue “sobreseída” y el caso se volvió tabú. Los medios públicos no averiguarán jamás lo qué sucedió, aunque sus directivos tengan claro que esos mismos policías impunes los torturarán a ellos, en el supuesto negado que la tortilla se voltee y en el supuesto negado que el Comandante en Jefe, en un gesto de desprendida magnanimidad, haga lo que Perón y Allende: cuide su lugar en la historia y no acepte que su país repita la guerra civil española. Es decir, nos niegue el derecho a una muerte digna, se entregue y nos entregue a la ignominia de los verdugos (a Víctor Jara con un fusil en la mano lo hubieran matado de un tiro y no de 44).Confiemos en que, llegado el caso, Chávez acertará en el dilema entre Benefactor de la Nación o Héroe del Pueblo, entre el Miranda que propuso la capitulación al Congreso y el Bolívar que se resteó ordenando las 800 ejecuciones de la Guaria y dirigió las 200 de Caracas.

ESO NO SE DICE

El enemigo dice tantas mentiras que cuando, por accidente, le sale una verdad, la tendencia oficial es a callarla o negarla. Eso pasó recientemente con los apagones, con otros problemas que no son de la oposición sino nuestros; somos nosotros quienes podemos y debemos resolverlos. El caso del ministro de la corbata, por ejemplo, que no tiene nada que ver con las infames calumnias sobre un mítico yate de Aristóbulo, un Reverón de Jesse o una mansión en Miami de Andrés Izarra. El ministro de la corbata que luego repitió, con una fiesta de quince años, que resumió en una noche 40 años de infamia adeca, la peor manera de escupir sobre los mártires de la revolución venezolana. Ojala salte la talanquera o se ahorque con su corbata cara.

LA IDEOLOGÍA PERDIDA

Los que claman por la necesidad de “más ideología” no necesitan ir más lejos que a la cuestión práctica de esos ministerios donde hacer política es privilegio de los súper funcionarios. Y al “Pudor Mortis” de los medios públicos, especialmente los informativos, sobre las contradicciones internas del Proceso. ¿Cuánto le costaron a la Revolución los camaradas bienintencionados de los medios públicos que taparon con un velo de silencio las críticas de los usuarios del Banco Industrial? Aceptar esas críticas hubiera sonado la alarma y hubieran conducido a desenmascarar al presidente de ese banco y a sus 75 vicepresidentes… y quizás hasta hubiera reducido la cantidad de 123 millones de dólares que se robaron. ¿Dónde está el trabajo de investigación, el reportaje sobre lo que pasó en el Banco Industrial? Y sobre tantas cosas que los compatriotas denuncian día a día.

Si “La crítica y la autocrítica son el pan nuestro de cada día”, estamos mal porque aquí las panaderías son privadas, y malas.

rotheeduardo@hotmail.com


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Eduardo Rothe


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