El periodista Vladimir Villegas expresó a un camarada que me escribe, que Chávez no es la respuesta que necesita Venezuela. Yo respeto al citado compatriota por su dilatada trayectoria en las luchas de la izquierda contra la derecha fascista (valga la redundancia) adecopeyana. Intuyo que su permanencia en el alto gobierno lo acercó a realidades poco alentadoras para continuar apoyando al líder presidente. Eso es humanamente comprensible. Pero no justificable. He conversado con muchas personas que fueron y son afectas al proceso de cambio que propone el presidente Chávez y una pequeña parte adolece de lo que llamaríamos “El Síndrome Vladimir V.” Son compatriotas sinceros, de buenas intenciones para con el destino del país, cansados de tanto bandido(a) cuarto republicano que, además de haber saqueado al país desde 1958 a 1998, han hecho nidos en nuestra muy incipiente revolución, son los que yo llamo “rojitos en guanábana”. Pero esos compatriotas desencantados como Vladimir, olvidan que los ministerios y demás instituciones públicas siguen “entrampados” por mucha gente derechista que añoran el regreso de gobiernos adecos pues según su lastimosa ignorancia, “con AD se vive mejor”. Qué bolas. ¿Será que un puñado de corruptos podrá acabar con el país? No lo creo.
No creo que el señor V. Villegas sienta nostalgia de esos gobiernos asesinos y lacayos pero ha sido atrapado por un síndrome de desilusión que obedece a una causa singular: falta de conciencia revolucionaria y socialista, así de simple. ¿Qué hay corrupción en el alto gobierno? Negarlo sería estúpido. ¿Qué muchos militares en altos mandos gerenciales han puesto la torta? Claro que sí. ¿Qué hemos avanzado lento en algunas áreas importantes? Cierto, pero no hemos llegado a ciclos de crisis no manejables, por el contrario, vencimos al analfabetismo, retomamos la instalación de redes ferroviarias, la salud pública mejoró notablemente y quien no está estudiando, en cualquier nivel, es porque no quiere, por flojera. El señor presidente ha retomado el problema de la vivienda donde veníamos con un fuerte atraso pero hemos combatido el latifundio y los bandidos comerciantes que nos roban a diario con sus precios inflacionarios ya saben a qué atenerse. Somos autónomos en política petrolera y ya el Banco Central es del soberano. No es poca cosa lo que se ha hecho, amigo Vladimir. Si colocamos en una balanza el debe y el haber, ganamos de calle con los logros obtenidos
Todo se reduce, amigo Vladimir, a la CONCIENCIA SOCIALISTA que cada uno de nosotros ha despertado en determinado porcentaje. A mayor porcentaje, mayor conocimiento de la realidad palpitante y así no nos dejamos engañar por espejismos y espejitos. Nadie convence a nadie, cada quien se convence de acuerdo al valor de conciencia que tenga. Estamos de acuerdo, camarada Villegas, en no desear el regreso de los tenebrosos adecopeyanos pero aquí y ahora, el líder indispensable es Hugo Chávez. ¿Por qué? Porque ese compatriota encarna la esperanza de todo un pueblo y nos ha demostrado su apego infinito en tratar de lograr la mayor suma de felicidad posible para el país. ¿Tú crees, compatriota, que en la actual coyuntura política que vivimos con pasión, hay un pichón de líder que se monte en Miraflores y tome decisiones radicales contra el latifundio y que por ejemplo, expropie a un comercio delincuente como la cadena Éxito, que nos encadenaba a la especulación y al maltrato laboral? ¿Verdad que no? No hay cojones para eso y Chávez los tiene, con todos sus errores y a veces latosas cadenas, con todo y sus amigos del alma que le tiran la burra pal monte pero por lo menos escucha a su pueblo y rectifica en muchas ocasiones. Si por alguna tenebrosa desgracia de la vida tuviésemos un gobierno adeco, camarada Vladimir, el río de sangre sería infinito y muchos de tus amigos y colegas pasarían a ser sembrados en el cementerio del olvido. Medita en eso. Queremos una patria soberana y con buena calidad de vida pero debemos conquistarlo con paciencia, trabajo y perseverancia, y sobre todo, con las ideas muy claras.
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