Un tétrico culillo recorre a Venezuela: el de las postulaciones a la Asamblea Nacional

La cosa no es sólo en la oligarquía putidantesca sino también en la llamada izquierda rocambolesca. Qué de chorreaderas, temblores, agites, temblorosas solicitudes de contactos, reverberantes palancas, coaligados apoyos, acuerdos sancocheros, pactos a la melcocha…

La derecha tiene su gran cacareo, todos quieren ser reinas de belleza: se acicalan, se colocan franelitas chéveres, se ponen airadas gorras deportivas, hablan dulcemente, sesean,… repiten como perros de Pavlov el guioncito de Globovisión: inseguridad-apagones-libertad de expresión-regaladera-patuque a la cubana; unos sufren yeyos repentinos y otros corren a lanzarse solos como locos o como locas; con los pechos silbantes salen a besar a cuantas viejitas se les atraviesa; los que mueven más plata montan luminosos templetes en plena vías, y la mayoría entra en pánicos dearreicos: ven competencia y sombras burlescas en cada befa; muchos ya ven cerradas sus aspiraciones y se desesperan, y amenazan con denunciar robos, estafas, injusticias, tramas y trácalas entre sus propios grupos. No hay tantos huesos para unos diez mil perros. Ayer unos cuantos adecos y copeyanos de Primero Justicia se contorsionaban con sofocos y mareos porque los llamados “estudiantes” y los “presos políticos” pretendían cogerse nada menos que el 80% de las postulaciones de los centros más apetecibles. Cabeza e’ Motor, Carlos Ortega, Didalco Bolívar, Eduardo Lapi, Nixon Moreno, Manuel Rosales y Megaterio Gómez (éste como enlace entre Caracas y Lima), enviaron un grasiento documento lleno de mocos y manchas de alubias negras con matanza, a la Mesa de la Desunidad: un gemebundo alarido rogando que no los dejasen por fuera.

Bobolongo ha dicho que esta vaina se la llevó el Pirata Morgan y que él también va a asilarse porque está claro que la oposición va derecha al matadero.

En el PSUV, el caos es más o menos el mismo porque son multitudes los que se están haciendo ilusiones de que serán elegidos porque se han sacrificado en las batallas revolucionarias tanto como Chávez (o muchísimo más) e incluso hasta más significativamente que el mismísimo Che Guevara. Qué portento de líderes tenemos esparcidos a lo largo de toda la geografía de la patria del gran Bolívar: ¡que de hombres más humildes y más entregados a las causas sociales!; al amor desinteresado por el pueblo, entregados con devoción genuina y patriótica a todo lo que requiera una mano un servicio; todos ellos dignos de ocupar un lugar en el procerato de los nuevos tiempos.

En Mérida, cual adecos en campaña, algunos “camaradas” como galgos con pulgas cojoneras, se despepitan entregando plata a los consejos comunales y salen prácticamente a decir que son ellos los que la han conseguido, “por sus grandes esfuerzos revolucionarios”. A mí eso me produce además de pena una arrechera indecible. Pelan por las zancadillas, brotan los codazos, las trompetas ensordecen,… y por eso el último Aló Presidente el acto fue tan gris y tan opaco. Qué viva la unidad. Jamás seríamos nosotros capaz de parodiar aquella frase famosa que todos conocemos… No. Nunca diríamos: “¡Oh, BENDITA UNIDAD, cuántos crímenes, cuántas estafas, cuántas trácalas, cuántos contubernios malditos y funestos cometidos en tu nombre!” NO, jamás diríamos eso.

Y en todos los corrillos, a partir de lo que ha pasado con Henry Falcón, nadie quiere mentar la soga en la casa del ahorcado. Falsón cogió la Villadiego más directamente porque nunca había estado en el PSUV. O mejor dicho había estado allí temporalmente, provisionalmente, como muchos que están de paso, a ver que cogen, a ver dónde les ponen, a ver que consiguen.

Esperaremos poco a poco a que esto se depure.

Yo tengo paciencia. El pueblo tiene paciencia. El pueblo es sabio y sólo cree en Chávez. Yo particularmente soy un pobre diablo del PSUV que no quisiera que me vayan a poner en el terrible papel de decirle tajantemente NO, en las elecciones de septiembre, a algún monstruoso maula que salga elegido “por la base de nuestro partido. Durante 10 años, por disciplina y hondo respeto al Presidente Chávez, siempre he votado a “chavista”, incluso por candidatos que púbicamente por la radio me han mentado la madre. Esos “insultos” para mí son minucias, aunque luego me he dado cuenta que aquellas mentadas tenían un sentido profundo de autoconfesión... Ya estoy asqueado de cometer mariqueras, ustedes entienden, verdaderos camaradas. Ustedes entienden.


jsantroz@gmail.com


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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