Cuando permitimos que la Razón sea sometida por la fuerza de la Sinrazón

¿Qué hace que el individuo sea doblegado por la fuerza de la Sinrazón? ¿Por qué el individuo se permite coquetear con la fuerza de la Sinrazón? ¿Es la Sinrazón una de las puertas que nos permite hacer uso de lo que entendemos por “Libertad” o “Felicidad”?

El ser humano suele caminar por las rutas de cierta Razón, y en su caminar suele encontrarse con atrayentes árboles de la Sinrazón.

Si bien, es parte de nuestra naturaleza de vez en cuando descansar bajo los árboles de la Sinrazón para volver a tomar el camino de cierta Razón, descansar de sobremanera bajo los árboles de la Sinrazón y edificar en ellos casas para cómodamente “descansar”, nunca ha sido parte de la naturaleza del ser humano. La naturaleza humana siempre ha exigido el constante avanzar.

El permitirnos caer de manera crónica a las fuerzas de la Sinrazón ha permitido de cierto modo ir en contra de nuestra naturaleza. ¿Nos podría dar confianza alguien dominado por las fuerzas de la Sinrazón?

El amor y el odio suelen ser las frutas supremas de la Sinrazón. Acostumbramos a tomarlas para tener en el camino las suficientes fuerzas para seguir por nuestro camino. Pero el vivir bajo la base de tragar amor y odio sólo es morir como ser humano. Sólo el avanzar o el construir nos hace ser seres humanos plenos.

¿Cuánto habría de ser lo permitido para poder descansar bajo los árboles de la Sinrazón y no caer bajo un descanso crónico?

Los árboles de la Sinrazón dominan el paisaje del Sistema de Producción Capitalista. Estas plantaciones planificadas abundan sobre el paisaje, difícil sería encontrase con pequeños residuos de un bosque natural.

¿La sobrepoblación de éstas plantaciones debidamente planificadas hace que el individuo esté más propenso a adquirir ciertos vicios?

El alcohol, las drogas, la pornografía, las apuestas, los juegos, la diversión, la entretención, etc, invaden el paisaje de los caminos de nuestra Razón. No obstante, la producción de Miedo sigue constituyendo una de las mayores plantaciones de la antigüedad que no ha perdido su calidad de dominante dentro del paisaje reinante.

¿Todo ese paisaje, dentro del Sistema de Producción Capitalista, está dispuesto para que el individuo piense lo menos posible? ¿Está dispuesto para que el ser humano pierda su propia naturaleza? ¿Está dispuesto para que el ser humano no pueda desarrollar su propia naturaleza? ¿Cuánto hay que disponer para que el ser humano no pueda ver más allá de un mero paisaje artificial y no los verdaderos objetivos de tal disposición? ¿Por qué los árboles del Conocimiento están significativamente dispuestos dentro de las máximas elevaciones?

¿Podríamos comprender ahora, de una manera algo aproximada, la preocupación existente por demonizar al instrumento que se encarga de desnudar toda la estructura del Sistema de Producción Capitalista?

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Nìkolas Stolpkin


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