(Bondades capitalistas o Resabios medioevales)

Más sobre el Valor de Uso

En entrega anterior expusimos la trascendencia del valor de uso y tomamos la república de Costa Rica como un ejemplo viviente de su atemporalidad. Allí destacamos la diferencia entre unos valores de cambio rigurosamente mercantiles que    expresan la socialidad de los bienes producidos con mano de obra, y la utilidad  de los bienes satisfactorios de necesidades que se hallan presente en todas las formas de explotación de unos hombres por otros.

Recordemos que con Carlos Marx (El Capital) quedó develado el   fetichismo del valor formativo de la riqueza de las naciones. Esta riqueza se redujo al monto de mercancías valoradas en dinero, y este, usado primeramente como   intermediario,   luego permitió la subestima de los valores de uso de las mercancías y concomitantemente la sobrevaloración de su valor de cambio. El lucro hizo de la producción de valores de uso un simple medio para la multiplicación del dinero, la explotación salarial o capitalista   trastrocó el plusproducto por plusvalor.

Bien, aun así los valores de uso contentivos de plusproducto no pasan de moda, los artesanos libres, los profesionales y técnicos en general, deben su progreso personal y sus posibles ahorros al plusproducto que diariamente acompaña a su trabajo durante un horario que sobrepasa el tiempo de trabajo necesario para la simple sobrevivencia a dieta fija. Este hecho queremos evidenciarlo en la economía practicada con los trabajadores costarricenses.

Se trata  de una economía propia de un   país mesoamericano cuyo  el penúltimo Presidente fue galardonado como Nobel de la Paz, y sus candidatos presidenciales de la última contienda electoral acusaron una elevadísima media intelectual y académica que ya quisieran tenerla los parisinos, suecos, alemanes, árabes, ingleses y otros ciudadanos no menos civilizados

De Venezuela y otros países de América Latina hacemos mutis porque todavía sus economías no han pasado de ser mercados en pseudopaíses transculturizados o transcivilizados, salvedad hecha de los indígenas con cultura propia del tipo peruano o boliviano, azteca, mayas, paraguayo, o de algunos otros pueblos de mucha resonancia internacional como buenos y elásticos exportadores de recursos naturales, y hasta allí.

El gabinete ministerial costarricense guarda plena correspondencia con esa excelencia tecnoprofesional por la que sienten tanto desprecio los gobernantes del resto de los países latinoamericanos, particularmente los venezolanos de ayer y los de hoy mismo.

En la entrega anterior hablamos de una conducta social pluscapitalista que iba más allá del plusvalor. Efectivamente, más allá del plusvalor se halla el plusproducto y la reedición parcial de este tipo de explotación sería una variante de la conducta capitalista y por eso dimos en llamarla pluscapitalista. (Cónfer: http://www.aporrea.org/ideologia/a97995.htm)

 

Ahora pasaremos al detalle de estas inferencias económicas:

 ¿Acaso estamos frente a un laboratorio social donde se estaría ensayando una retoma con resabios medievales de la Servidumbre y el vasallaje?, aunque con unos trabajadores apreciados en su justo valor como personas útiles para servirse los unos a los otros, como colaboradores de todos y para todos, y no como paraanimales o cosas que ha sido el trato recibido hasta ahora por todos los trabajadores de los regímenes explotadores, esclavistas, feudales y capitalistas?

 

Porque en el actual régimen burgués    los asalariados, además de procesar  medios de producción para su transformación  en nuevas mercancías contentivas  de   cuotas de plusvalía que pasa al patrimonio de  los dueños de las fábricas, de los bancos, de las  tierras rentísticas, y a sus correspondientes gerentes estatales, estadales y municipales, además, decimos, les elaboran y fabrican todos los bienes no mercadeables, tales  como: obras de arte, buenas casas, mansiones, automóviles, aguardientes, alimentos, cigarrillos, vialidad, drogas varias, mujeres vírgenes y desvirginadas, choferes, jardineros, mensajeros, aseadores, escribientes, panegíricos, pintores, músicos, cantantes líricos, cocineros, sastres, zapateros, peluqueros, cirujanos y afines, enfermeros, docentes, asesores, militares, policías, sicarios, mercenarios, científicos, filósofos, corifeos, etc., en fin, todas las cosas y servicios  ordinarios y suntuarios que los capitalistas, como consumidores, disfrutan hasta la saciedad.

 Digamos que a los   trabajadores se los ha explotado como productores de un PPB (Producto Planetario Bruto)1/ contentivo del plusvalor mercantil mundial que enriquece a los patronos burgueses con mayor giro y elevada composición orgánica de capital, y así les repotencia su condición de explotadores, y los trabajadores aun dentro del sistema capitalista   también son explotados como equipos de servidumbre pareja y de primerísima calidad. 

En el primer caso hablamos de plusvalor, y en el segundo de plusproducto, habida cuenta de que el valor plustrabajo de la servidumbre, del vasallaje, de los artesanos, profesionales y técnicos en general, es usado por sus contratistas para satisfacciones personales y no para su atesoramiento ni enriquecimiento.

Ese curioso ensayo como formación socioeconómica (?) nos permite hacer las siguientes precisiones: 

1.- El actual modo burgués de producción asalariada da como superada la vieja explotación medieval y la de más atrás cuando, por ejemplos, los patriarcas, caciques y señores feudales vivían con cargo al plusproducto dejado por los siervos en las tierras de labrantío durante jornadas prolongadas más allá del tiempo necesario para la cobertura del valor de  e los bienes de la cesta básica de marras, y

2.- Sin embargo, el trabajo prestado por los   trabajadores o empleados domésticos, cocineros, lavanderos, aplanchadores, jardineros, chóferes, y otros, también hoy es trabajo explotado como en los tiempos precapitalistas. Ellos operan durante jornadas superiores al tiempo necesario para compensar el sueldo recibido hasta por las generosas amas de casa.

 

De resultas, estamos en presencia de una combinación desigual   de modos de producción pertenecientes a diferentes modos de explotación  donde una clase explota a la otra bajo modalidades históricamente diferentes según que el trabajador produzca mercancías cargadas de plusvalía (trabajo asalariado), o simples bienes de consumo directo cargados de plusproducto (trabajo  pre y medieval). 

  Así la clase aristócrata de los macedonios explotó a Aristóteles, de Estagira, y se explotó  a los filósofos, artistas  y “científicos” de aquellos tiempos bíblicos y prebíblicos. Al genial Aristóteles lo explotaron  como sabio consejero y como maestro del hijo del rey  Filipo (Alejandro Magno),   o sea como siervo citadino   bien pagado  pero explotado al fin. A  los artistas de esos arcanos tiempos se les explotó de manera semejante. El genio Mozart, según biógrafos modernos, mostró desacuerdos con la servidumbre politicorreligiosa que le aplicaban a su señor padre y a él mismo, pero no lo hacía por honrilla alguna, sino por lo poco que le pagaban.

Digresión importante: La servidumbre y plantilla de artesanos y técnicos en general que actualmente sirven directamente a los asalariados medios y bajos es de tercera y pésima calidad. Con esa conducta esos trabajadores fungen más bien de coexplotadores de los asalariados en función de consumidores.

Seguimos: Todo aquel  cuadro de reivindicaciones  laborales que aparentemente, han deshecho la pobreza de Costa Rica según sostienen los “pobres” de ese país, que luce como “bondades capitalsitas”, debe revisarse ya que el financiamiento de esa contrata nacional y  trato especial que reciben los trabajadores de Costa Rica tienen como fuente de financiamiento el patrimonio de sus empleadores. Este patriminio tiene necesariamente un origen burgués, y de perogrullo este tiene como fuente última la explotación del resto de los trabajadores del mundo aslariado. Además, en ese trabajo va inmplícita la explotación de los trabajadores mediante métodos precapilatistas, según acabamos de explicar  sumariamente.

Curiosamente, a raíz de la Segunda Guerra Mundial Costa Rica abandona su condición de Estado burgués cuando elimina el Ejercito   de su  Presupuesto Nacional. Al parecer, la burguesía costarricente y los inversionistas extranjeros son de bajo  peso institucional al punto de no necesitarse mayor defensa de los  intereses rentistas y patrimoniales privados burgueses nacionales e internacionales. Dejamos a salvo nuestra ignorancia respecto a si  Costa Rica condicionó, o no, a los países imperiales para que  sean ellos quienes doten y costeen directamente cualquier Servicio Público Castrense a manera de Ejército costas y fronteras afuera.

De manera que nos resulta  digna de mayores elucidaciones toda  esas bondades capitalsitas  y  armonía de clases ya que de partida y por defición   las clases sociales son  contrarias en sus personales  intereses, y una de ellas necesariamente explota a la otra. Este el rasgo más dintintivo que define el concepto de “clase social”: la comunidad, igualdad e identidad de la renta de sus miembros. Porque los empleadores de CR no trabajan, y  si otrora trabajaron ahora no lo hacen, y su renta tiende adesaparecer por agotamiento. Si esos empleadores reciben jubilaciones y subsidios varios del Estado al que pertenecen, entonces  la bondadosa fuente de aquellas es de naturaleza burguesa. Y sus terratenientes actuales podrían estar acondiconados a la explotación de plusproducto y no de plusvalía.

1/ http://www.aporrea.org/imprime/a97759.html 


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Manuel C. Martínez M.


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