El crítico momento histórico que estamos viviendo, podríamos catalogarlo como una etapa transitoria de extrema dificultad para lograr el desarrollo de los planes estratégicos revolucionarios; que se caracteriza por una oposición obstruccionista por parte de los contrarevolucionarios, aunada a una indefinición de los cuadros directivos del gobierno en el seguimiento de los postulados y directrices ordenados por el máximo y hasta ahora único líder del proceso. Esto incide como factor principal en la no concretización del poder popular, que si bien es cierto que da pequeños pasos por la iniciativa del Comandante-Presidente, se ve frenado por la falta de decisión de los círculos de poder del gobierno, que entienden que la transferencia de ese poder les identifica con ese pueblo del que siempre han querido diferenciarse. De esta manera por la acción de los cuadros de dirección del gobierno se va acrecentando día a día entre Chávez y el pueblo, una contradicción que socava directamente la relación biunívoca de identificación existente entre ellos.
La Asamblea Nacional no es una excepción al planteamiento arriba esbozado y como quiera que en este momento también se está cumpliendo la conclusión de su período con el consiguiente lapso de elecciones parlamentarias para la escogencia de un nuevo cuerpo legislativo, es de primordial importancia para la salud del proceso obtener una mayoría que garantice la continuidad del Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista –PPS- de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2.007-2.013. Es necesaria la renovación casi total de este Poder Público que ha tenido una concepción liberal- burguesa, que permitió que una muy flaca oposición venida de las propias filas, menoscabara la eficiencia palamentaria, dando como resultado la aprobación de menos leyes, con el agravante de que algunas de ellas tendrán que ser modificadas para poder cumplir con las necesidades dinámicas y apremiantes de un sistema socialista.
Es el momento de reflexionar muy bien por quienes vamos a votar como Diputados a la Asamblea Nacional, está en juego no solo la vigencia del proceso, ni la del Comandante-Presidente; está en juego el futuro de la humanidad, aunque parezca una exageración.
Valencia 08-04-10
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