La geopolítica petrolera está inseparablemente ligada a las necesidades de consumo energético de las grandes potencias y mayoritariamente controlada por los consocios petroleros y financieros que dominan su procesamiento y comercialización, pues los países productores del crudo no son precisamente los que obtienen los mayores ingresos de dinero en el millardario negocio del “oro negro”.
Nuestra PDVSA, por ejemplo, estaba en el ranking de ventas globales, en el año 2000, en una ganancia de 96.242 millones de dólares lo que la ubicaba en el lugar de la quinta compañía más grande del mundo.
De acuerdo al ranking publicado por Petroleum Intelligence Weekly, la corporación pasó en 2008 del quinto al cuarto lugar entre las compañías más importantes del planeta, acumulando activos por el orden de los 131.832 millones de dólares en 2008.
Pero, para ese año 2000 la British Petroleum acusaba ganancias de 284.365 millones de dólares y los tres grandes consorcios estadounidenses, Exxonmobil, Chevron y Conocophillips, amasaban entre todas 819.951 millones. Se calcula que para el presente todas estas compañías han cuadruplicado sus ventas.
Los Principales Países Exportadores de Petróleo (crudo) están compuestos por 20 países en desarrollo de los cuales 11 países son miembros de la OPEP y 9 países no miembros de la OPEP, a saber:
Arabia Saudita*
Argelia*
Angola
Bahrein
Brunei Darussalam
Congo
Emiratos Árabes Unidos*
Gabón
Indonesia*
Irán, República Islámica del*
Iraq*
Jamahiriya Árabe Libia*
Kuwait*
Nigeria*
Omán
Qatar*
República Árabe Siria
Trinidad y Tabago
Venezuela*
Yemen
(* País Miembro de la OPEP)
Como vemos, ni Estados Unidos, ni el Reino Unido aparecen en esa lista porque sus compañías mediante guerras “preventivas”, capacidad industrial-tecnológica o extorsiones financieras, lucran con el crudo de los países más débiles y/o dependientes de su geopolítica petrolera. Ellos son “los que saben”, los que tienen mejor equipamiento, los más adelantados en ciencia y técnica. Como tales fanfarronean a los cuatro vientos.
Lo que uno no entiende, si esto es cierto, por qué la British Petroleum, causante del mayor desastre de derrame petrolero de la historia, no logra controlar esa hemorragia de contaminante negro que amenaza acabar con la flora y la fauna submarina y costera del Golfo de Méjico y del Caribe, mientras el jefe de la firma en un principio desestimó el desastre calificándolo como "pequeño".
"El Golfo de México es un océano muy grande. La cantidad de volumen de petróleo y dispersantes que estamos vertiendo en él es pequeña en relación al volumen total del agua", comentó Hayward, según citas publicadas por el diario The Guardian.
Eso sin contar que la explosión de su plataforma dejó un saldo de 11 trabajadores muertos (daño colateral de su desastre “pequeño”).
Los científicos gringos e ingleses declararon inicialmente que la “pequeña” fuga equivalía a cinco mil barriles de petróleo al día, y para estas alturas estiman que el crudo que mana del pozo alcanza entre los 15 mil y 20 mil barriles diarios… ¡Pequeño error de cálculo!
Obama, el presidente más mediático y de cambiante opinión en la historia republicana de USA, dijo estar "furioso" con BP, tras criticar a la petrolera británica por no responder con "la suficiente rapidez al desastre"… para transarse, en una reunión de 20 minutos con ocho altos ejecutivos de esa empresa, por unos 20.000 millones de dólares que serán pagados en cómodas y módicas cuotas de varios años, como indemnización a los pobladores costeros de todos los estados norteamericanos que resulten perjudicados en sus economías e intereses… excluyendo a México y a Cuba, por supuesto.
Para un ser humano con cuatro dedos de frente cualquier suma de dinero es una bagatela comparada con el daño irreparable que se le está causando a la naturaleza, toda vez que dos potencias que se declaran como las vanguardias planetarias de la tecnología y la ciencia.
¿Cómo es posible que no hayan podido clausurar un pozo cavado a 1.600 metros de profundidad cuando cuentan con la maquinaria y la tecnología para taladrar el fondo marino a 6.000 metros?
Es cuestión de dinero. Nada de precipitarse. Gringos y Británicos, siempre tan proactivos y optimistas, prometen que quizá, dentro de dos o tres meses, cuando se hayan derramado varios milloncejos de barriles en las aguas del Golfo de México, el problema estará resuelto.
Al fin y al cabo, dentro de unos cuantos siglos o milenios podrá recuperarse la Madre Naturaleza… Ni USA, ni la vieja Inglaterra, tendrán la culpa que esa “Señora” sea tan lenta…
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