En el pasado reciente, salvo que se tratara de un conflicto entre países de diversos signos y calificación de potencias mundiales, el rechazo por parte de un gobierno de la nominación de unos de los “procónsules” enviados por el gobierno imperialista de los Estados Unidos de América, era motivo más que suficiente para que en su contra se desataran diversas medidas de expulsiones de diplomáticos, bloqueo de créditos financieros, congelamientos de ayudas y suspensión de facilidades arancelarias, con el fin de doblegar la digna actitud de país agredido por la conducta inamistosa, injerencista y agresora de los diplomáticos-espías norteamericanos.
En lo que se refiere a países de América Latina identificado con procesos de soberanización, independencia y Justicia Social, los hechos vienen demostrando que pese a las amenazas y a las medidas de represalias aplicadas por el gobierno imperialista de los Estados Unidos, los pueblos y sus lٕíderes, han sabido resistir tales descaradas presiones, como lo prueba la expulsión del embajador gringo en Bolivia y de sus agencias de espionaje, la DEA y la USAID, la expulsión del espía (con cobertura diplomática norteamericana”, que dirigía controlaba los servicios de inteligencia de Ecuador, el rechazo nicaragüense a la conducta injerencista y provocadora del embajador gringo durante las últimas elecciones municipales y, las decisiones soberanas de Dominica, Antigua y Barbuda y San Vicente y las Granadinas de ingresar al ALBA, resistiendo las amenazas y presiones del gobierno de los Estados Unidos.
El caso de Larry Palmer,
veterano agente de la diplomacia espía e injerencista de los Estados
Unidos, escogido por la Administración Obama para hacer avanzar
sus planes injerencistas en los asuntos internos venezolanos violando
tratados bilaterales vigentes entre los dos países y la Convención
de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, es más que demostrativo que
este “tigre de papel”, con sus garras y dientes bañados en sangre
de los pueblos de Asia, Africa y América Latina, ya no le es
fácil imponerle a los pueblo su odiosa voluntad, por cuanto, en Venezuela
hay un despertar de la conciencia del pueblo bolivariano y un
gobierno, como el del comandante Hugo Chávez Frías, dispuestos a asumir
todas las consecuencias derivadas de la defensa de la dignidad
y soberanía nacional y la revolución democrática, pacífica (pero
armada) en transición a la sociedad de los Justos: El Socialismo.
El que nuestro embajador Bernardo Alvarez se quede - por segunda vez - en Caracas aportando sus grandes conocimientos y experiencias a superar los daños causados por las inundaciones y que, el gobierno de Obama le encuentre a Larry Palmer otro destino de diplomacia de espionaje (fuente Wikileaks), para intentar mantener la hegemonía unipolar imperialista sobre el planeta Tierra, no es lo más lo relevante y trascendente de este conflicto político, sino la demostrada capacidad de confrontación directa que hoy tiene la revolución bolivariana con el imperio más sanguinario de todos los habidos en la historia de la Humanidad, lo cual solo es hoy posible por el nivel de fuerzas internas y externas que ha venido acumulando la revolución venezolana ( las cuales no se miden solo en votos electorales) y la crisis terminal de un avejentado y paquidérmico imperio, agotado en sus fuerzas por la debacle del sistema Capitalista e incapaz de recomponer sus fuerzas y sostener sus alianzas, por el surgimientos de nuevas y poderosas fuerzas que le restan espacios de poder y desafían su agrietada hegemonía mundial. Amanecerá y veremos!
yoelpmarcano@yahoo.com