¿Qué ha caracterizado esa estrategia?
-Una brutal transnacionalización del gran capital a través de las “áreas de libre comercio”, la “competitividad” sin límites del fuerte contra el débil, la privatización de los patrimonios nacionales, la “libre circulación de capitales” y las guerras imperialistas por recursos naturales deficitarios.
-La reducción del salario real, la precarización del trabajo, el desmonte de las áreas sociales, el individualismo extremo y el enriquecimiento a favor de pocos.
-La financierización del sistema y el predominio de la especulación y los servicios.
-La expansión del patrón de acumulación micro-electrónico, informático, robótico, biotecnológico. . .en favor de la productividad del gran capital, de la sobre- explotación del trabajo y la exclusión social.
-El aumento de los impuestos al consumo y la reducción de los impuestos a las grandes ganancias, fortunas y propiedades.
-La desregulación de los mercados nacionales.
-La creciente privatización de los partidos del sistema, la seguridad pública y social, las “industrias” de la cultura y la diversión, y los medios de comunicación.
Sus efectos devastadores están a la vista: concentración de riquezas, ingresos y poder; expansión del empobrecimiento, la corrupción y la delincuencia en gran escala; inseguridad, desertificación, contaminación y riesgo de vida planetaria.
El capitalismo -causante ahora de una multi-mega-crisis mundial- no tiene otros “modelos” a mano que no sean los derivados de esa estrategia neoliberal.
Los intereses creados por la clase dominante-gobernante, la partidocracia, las mafias empresariales, las cúpulas militares-policiales y las corporaciones extranjeras. . . impiden un cambio de “modelo” en el marco de su dominación.
Ese tipo de gobiernos -y el poder económico-social y político que lo sustenta- precisan ser desplazados del poder para avanzar en esa dirección, comenzando por la autodeterminación gubernamental frente a la hegemonía imperialista, la partidocracia y la oligarquía dependiente.
Así ha sido en Bolivia, Ecuador, Venezuela…y será en el mundo árabe
A los jefes del CONEP, del gobierno y del PRD, ustedes no lo escuchan hablar de soberanía, ni de desmontar los pilares del neoliberalismo, cuando algunos proponen “cambiar el modelo”.
Una cosa es la retórica oportunista frente a la crisis y otra la determinación de avanzar hacia una sociedad post-neoliberal.
narcisoisaconde@gmail.com