La decisión de la Corte Constitucional de la República de Ecuador de aprobar cinco (5) preguntas propuestas por el Presidente Rafael Correa para la realización de un referendo popular sobre la reforma del sistema judicial y otros temas, sin duda, es una nueva victoria política de las fuerzas progresistas ecuatorianas en su confrontación con las rancias oligarquías quiteñas y guayaquileñas, los viejos liderazgos desviados del indigenismo y las operaciones desestabilizadoras del gobierno imperialista de los Estados Unidos de Américas.
Apenas cuatro (4) meses después del abortado Golpe de Estado e intento de su asesinato, el compatriota presidente Correa ha tenido la valentía política de convocar al pueblo soberano con el fin de producir importantes reformas en el Poder Judicial, en la ley de comunicaciones y en la ley de bancos; tres sectores en donde se concentran parte importante del esfuerzo de los grupos de la oligarquía ecuatoriana que se resisten al proceso de cambio democrático, soberanista y de Justicia social que vive el hermano pueblo ecuatoriano.
Por eso, contra la propuesta de convocatoria al Poder Constituyente Originario para que decida sobre tan importantes materias, se conformó una alianza integrada por “las viudas” del viejo Poder Oligárquico, los “patrioteros” de Lucio Gutierrez y sus aliados del indigenismo desviado, que miran con desesperación la consolidación del de Socialismo del Siglo XXI asumido por la acción de gobierno del compatriota presidente Rafael Correa.
El referendo promovido por el compatriota presidente Correa es, políticamente hablando, una medición de las fuerzas democráticas acumuladas luego del abortado Golpe de Estado y una convocatoria a tales fuerzas a unirse alrededor del proyecto de país expresado en el articulado de la Constitución, en momentos en que las maniobras desestabilizadoras internas y externas han sido derrotadas en su intento de derrocar su gobierno y con ello, frenar los procesos de cambios que se viven en Nuestra América.
Pero, en el plano de la realidad concreta ecuatoriana, la segura victoria popular en este referendo tiene el objetivo estratégico de golpear los monopolios y mafias que controlan los medios de comunicación y los bancos, quienes utilizan tan poderosos instrumentos para ponerlos al servicio de la desestabilización del gobierno, el saboteo de la economía y la división del pueblo ecuatoriano.
Para las fuerzas democráticas, patrióticas y revolucionarias de Nuestra América, el nuevo referendo ecuatoriano debe confirmar la importancia estratégica de seguir convocando al Poder Constituyente Originario como instrumento de transformación de las relaciones entre el Estado y los Ciudadanos y base de la democracia participativa y protagónica que debemos impulsar para derrotar, en las ideas y en la acción política, el agotado modelo representativo defendido por las elites privilegiadas del pasado y su sistema capitalista hambreador del pueblo, explotador de los trabajadores y trabajadoras y depredador de la Naturaleza.
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