En los pasillos de las Naciones Unidas se corrieron rumores provenientes de políticos y periodistas Norteamericanos y extranjeros acreditados en los Estados Unidos, de fuertes confrontaciones entre los asesores más cercanos al Presidente Barák Obáma y grupos ultraconservadores, vinculados al lobby sionista.
El tema del norte del África ha puesto muchos presidentes y líderes mundiales en aprietos. Y lo que se decida y acuerde entre las potencias significara mucho para los más o menos beneficiados.
Las ambiciones desenfrenadas de los políticos norteamericanos, quienes ven al agonizando Kadafi además, quien fuese el fiel y aliado de las potencias europeas, como una oportunidad histórica para pasar la balanza al campo de los Estados Unidos, choca con opiniones de la misma administración, quienes ven con pesimismo y desconfianza total ante la clara tendencia nacionalista cargada además, de una orientación con carácter de liberación nacional, y una amplia participación popular encarnada en la conciencia de los revolucionarios, por un mundo árabe más justo y digno. Porque estas revoluciones en el fondo han demostrado ser una sola.
En todo momento los revolucionarios, exigen en primer lugar el reconocimiento de su levantamiento, como una verdadera revolución popular, para así poder sentarse con cualquier sector u organismo.
El otro es que rechazan cualquier intervención militar terrestre en territorio libio.
Algunos que han especulado sobre este levantamiento popular, deberían preguntarse; si se dijo en el principio que son elementos o agentes de la CIA. Eso significa que deberían contar con un importante respaldo y el reconocimiento solicitado por los líderes de la revuelta popular, al Consejo Nacional de Transición.
Después se dijo que son financiados por los servicios de inteligencia norteamericano y británico, afirmaciones hechas por el propio Kadafi, antes de cambiar su versión asegurando, que se trataba de células de Al Qaeda.
No solo en los Estados Unidos, El Parlamento Europeo ha instado a la Unión Europea (UE) a establecer relaciones con el Consejo Nacional de Transición libio y dar a la oposición libia que lucha por la democracia, el respaldo diplomático internacional que necesita. Pero la ministra europea de Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, se ha mostrado reacia a ello, lo que ha desatado las críticas de los eurodiputados. (Fuente-France 24).
Estados Unidos y el Reino Unido indicaron el martes que estaban considerando seriamente la opción de la zona de exclusión aérea, aunque la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, fue clara al afirmar que la decisión final sobre el tema le correspondía a Naciones Unidas y no a Washington. Vaya ambigüedad para quienes se vieron entusiasmados en las primeras semanas del levantamiento popular. “Le tiraste la pelota a las Naciones Unidas Hillary”.
¿O es que el espíritu de la autodeterminación que arropa la revuelta popular, no estaba en los cálculos? Por lo tanto le darías mas chance a tus compatriotas confrontados en la Casa Blanca, decidir los próximos pasos.
La medida cuenta con el apoyo de Francia y de la Organización de la Conferencia Islámica, que agrupa a la gran mayoría de países musulmanes.
Pero la posibilidad no parece entusiasmar ni a China ni a Rusia, países que tienen derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
“Y los expertos militares están divididos sobre la verdadera utilidad de la medida, así como sobre lo que es necesario en la práctica para su implementación”, según fuentes de noticias como la BBC.
El desespero de los grupos económicos mundiales, en tener garantías y asegurarse el futuro, ha generado intensos debates a todos los niveles.
El escenario es este, definitivamente Kadafi se va, pero los que vienen, han dejado claro, (que trabajaran con reglas más claras).
Estas frases se pueden interpretar de distintas formas:
Europa no aseguraría las concesiones otorgadas por Kadafi
Para los Estados Unidos, con la salida de Kadafi, se acabaría el monopolio de los europeos, pero a pesar de tener sus flotas cerca de las costas libias, no ha recibido invitaciones ni ofrecimientos, por parte de los revolucionarios.
Es decir, Estados Unidos entraría bajo condiciones, y ofrecimientos concretos. Por lo tanto jugarían por ahora, a la demolición mutua de ambos bandos.
Además, están considerando utilizar el argumento de Kadafi de que estaría combatiendo, células de Al Qaeda, para arrasar con la revolución después de la salida de Kadafi.
Ciertamente las agencias de noticias, le han dado últimamente, mucha difusión a ese argumento.
Esto si debería preocupar bastante a la opinión pública mundial, en especial a los defensores de los derechos humanos quienes acostumbran aparecer por conveniencia. Esto sería un verdadero genocidio, todavía peor que la ejecutada por los mercenarios de Kadafi.
Por otro lado, tanto China como Rusia no aceptan quedarse fuera del debate, en especial China quien aspira ser, la primera potencia para el 2020, y 47000 millones de barriles que se conocen por ahora como reservas probadas, sirven mucho estos propósitos.
Sin duda que la Casa Blanca hasta los momentos, y con una intensa diplomacia con los carteles, ni hablar de la creciente tensión entre los mismos aliados de la OTAN, ha evitado un escándalo de grandes proporciones.
Resulta bien grave el no haberse predicho esta situación, ante la opinión pública van dejando claro, que todo esto ha sido una verdadera sorpresa, y un profundo desconocimiento de la capacidad evolutiva de los movimientos sociales.
Para los demócratas, los resultados a futuro, de cómo quedaría el escenario económico y político en Libia de manera especial, podría decidir significativamente las próximas elecciones presidenciales, además comprometería la imagen hegemónica de los Estados Unidos en la región.
Con el triunfo de la revolución libia, se enlazan la revolución egipcia y la tunecina, y conformarían un poderoso bloque de alrededor de tres millones kilómetros cuadrados, y casi 100 millones de habitantes que contaría además de las importantes reservas petroleras, con el control del canal de Suez. Estas tres revoluciones podrían plantearse no solo una verdadera unión económica, sino política y estratégica. Estas últimas son las principales preocupaciones del imperialismo y el sionismo internacional.
Definitivamente las paredes si tienen oídos.
(*) Presidente de la Federación de Entidades Venezolano-Árabes