El Tribunal Supremo Español de corte Franquista-Falangista-Fascista, ha tomado una decisión inicua, muy acorde con las características que le son propia, ha ilegalizado (No ha permitido legalizar ante el organismo electoral Ibérico).a un nuevo partido político que se quería legalizar de la izquierda abertzale (Izquierda vasca independentista por un país vasco autónomo como en efecto lo deben ser), el cual se denomina SORTU, alegando que este partido es la continuación de Batasuna, otro partido que buscó la vía de lucha política electoral, pero fue acusado y condenado de ser “agentes de la ETA”, en un juicio al estilo inquisitorial del Medioevo, en donde no se trataron cuestiones penales-delictuales (Que son cuestiones de hecho) sino declaraciones de “fe antiterrorista” al igual que en el tribunal de Torquemada.
Esta decisión demuestra el estilo inquisitorial de la justicia Española, la cual es una Monarquía y no una Republica y mucho menos democrática, que es modelo no solo de nuestro escuálidos derechistas sino de altos funcionarios “bolivarianos”, muchas de las “grandes credenciales” de actuales Magistrados (as) del TSJ, electos en la pasada administración de Maduro-Cilia de la Asamblea Nacional, son “Doctorados”, “Posgrados” y hasta diplomados (Cursitos, bien caros por cierto), obtenidos en el Reino de España, lo que demuestran el neocolonialismo mental aun “metido en la cabeza” de nuestros pumalacas. España, con esta decisión, y otros hechos, no tiene nada ni que enseñarle ni que decirle a Venezuela ni en materia de democracia ni en materia jurídica, ni allá hay nada que aprender a no ser que sea como ser fascista y tener acepciones de personas por razones étnicas, culturales y política, cual es el caso de los Vascos, y la demostración es el caso de SORTU.
Aunque la decisión no ha sido publicada en su totalidad, solo se ha dicho la parte ejecutiva o dispositiva ante la prensa, esperaremos a tener la decisión para hacerle un análisis jurídico-político, aunque la decisión es de naturaleza inquisitoria.
Esta decisión demuestra no solo el carácter fascista y no democrático del estado Español sino la naturaleza de venganza de sangre y no de justicia de la judicatura hispánica, la cual es un instrumento político de la ultraderecha que chantajea permanentemente al estado bolivariano de Venezuela (Y este se deja chantajear) con el “cuentico” del terrorismo de ETA, claro no va a “funcionar el chantaje fascista Español” si altos cargos de Venezuela, sobretodo en el poder judicial, sus únicas credenciales son cursitos y otras especialidades hechas en la madre patria precisamente. SORTU es satanizado y condenado por ser de la ETA, en el momento que ETA, ha manifestado públicamente que abandona la lucha armada y declara una tregua unilateral, a la que pide verificación internacional por organismo neutral, es decir, que ya en España, de hecho, no hay terrorista (ETA, no es terrorista, pero eso es otra discusión), no obstante un estado vengativo y no justiciero le pide a la ETA, rendición incondicional y que vayan todos presos (Donde son torturados), es decir que no aprovecha una ocasión de paz, sino lo que quiere es la venganza de sangre, típico de los neo-inquisidores Españoles.
Ahora este fallo de la máxima instancia judicial Hispánica, deja sin derechos políticos tanto en el voto pasivo como activo a 200.000 vascos, esta cantidad, hoy es superior, debe andar por los 500.000, pero 200.000 votos fueron los obtenidos por Batasuna, que serian los votos duros Abertzales, antes de su inquisitorial anulación; es decir, que no pueden ni postular ni votar por partidos o candidatos que por la vía cívica planteen la independencia de la nación vasca (Idioma, cultura diferentes a la Española y etnia de origen no Ibérica) y que esa nueva nación vasca (Como debe ser) sea socialista, que diría Leopoldo López, quien es inhabilitado, solo él, y solo en el voto activo (Ser postulado), por corrupción (El corrupto al igual que al comerciante negligente y felón deben ser inhabilitado para el ejercicio del cargo), pero le queda el voto pasivo, puede hacerlo por el candidato de su preferencia; al contrario de 200.000 vascos a quienes, el estado inquisitorial español, los ha despojado de sus más elementales derechos políticos, ni pueden postularse, postular ni votar por el o los partidos y candidatos de sus preferencias. Esto es un “genocidio político”, que es diferente a genocidio por razones política; si es que esta palabra cupiera aquí.
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