1. El desayuno de López Obrador con el Embajador yanqui Tony Garza me vino a cerrar una idea que he expresado más de 50 veces en mis artículos: Que todos los candidatos presidenciales –sean del PRI, PAN, PRD y los pequeños, tienen que inclinar la cerviz ante el gobierno yanqui. Pensé que López Obrador fue una excepción, pero no; el maravilloso Wikileaks y La Jornada nos trajo hoy la noticia. Aunque no se quiera reconocer, la realidad es que el poder de los embajadores yanquis en México suele ser más grande que el de los mandatarios de la República. Es lo que se puede ver después de la lectura de sendas visitas de Calderón y López Obrador al embajador gringo Garza. Obviamente la visita del derechista Calderón fue entreguista y la dedicó a acusar a AMLO de ser un peligro para México; la de López Obrador fue seria, pero demostraron ambas que los gringos mandan en México; de ninguna manera son “visitas de cortesía”.
2. Nunca un candidato hace “visitas de cortesía” ni “desayuna” en plena campaña en las embajadas de Rusia, China, Francia o Alemania; las visitas sólo están reservadas a los yanquis que son quienes determinan las políticas en el país y tienen la fuerza para decir quien debe ser o quién no presidente de México. Los embajadores, además de contar con profundas informaciones acerca de lo que sucede en cada rincón de México, llaman a quien les de la gana, sea alto empresario o funcionario, alto mando del clero o del ejército, para que les informen con detalle acerca de lo que se registra. Por lo menos desde 1923, con los Tratados de Bucareli que reconocieron al gobierno de Obregón, ordenan y mandan en México desde la embajada que resguarda a miles de militares y agentes de la CIA, FBI, DEA y más personal de migración. Un bunker del Paseo de La Reforma vigilado por fuera por alrededor de mil agentes “armados hasta los dientes”.
3. La embajada interpretó así: “AMLO dijo que su diplomacia sería “prudente, consistente con los logros internos”. Interrogado por Garza sobre su posición frente a Cuba, Venezuela y Bolivia (temas que generalmente López Obrador no aborda en público), el candidato explicó que cada caso es distinto, que no existe una sola “izquierda” y que no había que olvidar que también Brasil, Argentina y Chile (en ese momento) eran gobiernos de izquierda. Ante la insistencia del embajador de que México, por su tamaño y su economía, tenía que ser fiel de la balanza en la región latinoamericana, López Obrador aclaró que no le interesaba encabezar iniciativas ni sumarse a los bloques regionales, “específicamente los bloques anti Estados Unidos o anti Mercosur”. Concluyó aclarando que para él no resulta especialmente placentero viajar y que no conocía en persona a Hugo Chávez, a Fidel Castro ni a Evo Morales.
4. Sin embargo en menos de un mes los consejeros de la embajada de EEUU se empezaron a poner nerviosos por el contenido de la campaña de AMLO, que en febrero de 2006 superaba por diez puntos a todos sus contrincantes. “Parece que se está inclinando por una retórica populista”, advierte un consejero cuando López Obrador descalifica las reformas fiscal y energética del foxismo señalando que son dictadas por los organismos financieros internacionales y de efectos regresivos. El candidato de la izquierda denuncia que la reforma fiscal favorecerá a los grandes evasores y la reforma energética pretende privatizar el sector. “Habrá que ver más adelante –dice el comentario del cable de la embajada– si éste es el verdadero AMLO o si se trata solamente de una táctica de campaña para consolidar su base popular.” Los EEUU no sólo se pusieron nerviosos sino que comenzaron a mover sus redes.
5. Leía ayer a alguien que decía: “Primero que llegue AMLO a la Presidencia y después vemos, porque lo primero es lo primero”. Eso no garantiza nada bueno, a pesar que López Obrador es el único que todavía da algunas esperanzas de cambio de proyecto político en México. Hay que combatir a todos los candidatos del PRI, del PAN y demás partidos porque representan la misma corrupción, a la misma burguesía y clase empresarial; pero aunque el trabajo de AMLO durante seis o siete años ha sido muy importante y honesto, nunca hay que esperar nada cuando se tiene conciencia de lo que ha sido y es la política, sobre todo en un país como México donde el imperio de los EEUU y el poder de la clase empresarial lo dominan todo. Es incorrecto plantear que AMLO es más de lo mismo, que es tan burgués como los otros candidatos; pero tampoco puede plantearse que debe darse toda la confianza y cerrar los ojos ante lo que suceda.
6. Según el artículo de Wikileaks bastó con que Muñoz Ledo –partidario de AMLO-haya organizado una reunión de intelectuales mexicanos de izquierda del PRD, incluso del PRI, con el fin de analizar un Proyecto Alternativo de Nación, para que en la embajada yanqui platearan que las propuestas llevarán al desastre y podrían llegar al radicalismo. ¿Cómo entonces podrá cambiar el país si los EEUU tienen toda la fuerza para acabar con cualquier política que no le guste y para oponerse a cualquier alianza con bloques latinoamericanos antiimperialistas? Recuerdo cuando Fidel Castro viajo en sus primeras semanas de gobierno a los EEUU para buscar apoyo a la nueva Cuba revolucionaria y al mismo tiempo tenía que expropiar tierras y grandes propiedades que estaban en manos de yanquis. Fidel vio que no hacía esto último la economía cubana no podría caminar. EEUU lo amenazó, lo mandó por un tubo y Cuba se sintió obligada a encontrar otros aliados.
7. La realidad es que mientras el imperio yanqui no se derrumbe como tal, ningún país latinoamericano podrá lograr su real liberación, mucho menos México que es su patio trasero. Podrá haber cambios, incluso importantes, pero ninguno de ellos rebasará los marcos del capitalismo, es decir, continuará la explotación, la acumulación capitalista y la miseria de la mayoría de la población. Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua y otros países han puesto toda su voluntad y de manera abierta han denunciado el saqueo imperial de los EEUU; sin embargo no han dejado de sufrir amenazas de invasión, bloqueos a su financiamiento, apoyos a los medios de información derechistas, así como a las oposiciones empresariales, todas apoyados por los EEUU. Es lo que nos indica que debemos buscar las mejores estrategias posibles que permitan que los pueblos de América Latina, entre ellos México, batallen de manera correcta contra los poderes que impiden su liberación.