Hankins también fue detenido con armamento pero en San Fernando, otro aeropuerto de la capital argentina.
Durante la revisión de rutina en el puesto de guardia, el personal notó que el hombre que manejaba el carro con la placa diplomática RA-6837 estaba nervioso.
No portaba ningún documento que demostrara su condición de diplomático “estaba apurado y los dejó en casa”, dijo. El chofer dijo que quería ingresar al aeropuerto porque había la necesidad de preparar un vuelo de emergencia del avión de la embajada. Los centinelas no le creyeron y emplearon su equipo de rayos-X para revisar el compartimento de equipaje.
Cuando en la pantalla aparecieron los perfiles de fusiles de francotirador se hizo evidente porqué el norteamericano estaba tan nervioso. Tampoco tenía la documentación que demostrara la propiedad legal de este armamento.
Los fusiles Browning y Tikka T3 como también la munición fueron retirados del carro. Si algo similar le sucediera a un latinoamericano en EU seguro que le iría muy mal. Por lo menos recibiría varios años de cárcel. Ni Hankins ni la embajada norteamericana dieron explicaciones convincentes sobre el arsenal encontrado en el carro. No obstante, los reporteros argentinos lograron averiguar que en el mes de marzo el norteamericano había logrado internar en Argentina un fusil marca Benelli Rafaello. Nada se sabe de las razones que tuvo Hankins para no registrar los fusiles en el RENAR, registro nacional de armamento. Casi todos los medios de comunicación reaccionaron frente al incidente en el aeropuerto argentino. Periodistas y blogueros plantearon la pregunta ¿Cuál es el blanco de los disparos de Hankins? La identidad de Hankins también es dudosa. Ninguno de los periódicos norteamericanos publicó su foto. De acuerdo con una versión se trataría de un mecánico de la embajada y estaría en la lista del personal de mantenimiento. Pero también es posible que se trate solo de un disfraz. Algunos diplomáticos norteamericanos lo llaman “soldado contratado.”
Por lo general los soldados contratados norteamericanos se les asocia con empresas terroristas como Xe Services (ex Blackwater) ArmorGroup y otras, las cuales reclutan mercenarios para combatir en Irak, Afganistán y Libia. De acuerdo con Eva Golinger, comentarista venezolana-estadounidense que se especializa en la denuncia de las actividades de infiltración de los servicios especiales norteamericanos, los elementos de Xe Services-Blackwater están involucrados en el asalto al campamento de las FARC en la zona fronteriza de Ecuador. Los servicios de tales “contratistas” son ampliamente utilizados en Colombia y México para llevar a cabo actividades de inteligencia dentro de los servicios de seguridad con el propósito de neutralizar a los enemigos de EU al margen de los “procedimientos oficiales.”
En Colombia las operaciones de los “contratistas” han dejado miles de víctimas en tumbas secretas. En México los “contratistas” están luchando principalmente contra los “extremistas de izquierda” y los carteles “independientes” de la droga, los cuales no encuadran dentro de los planes de la DEA (agencia norteamericana de control de drogas). Los “contratistas” están actuando bajo la dirección del Pentágono y de la CIA. No se permite improvisaciones. Todas las operaciones se preparan con lujo de detalles. Ha quedado demostrado que el fomento de la guerra entre carteles ha sido eficiente en México. Mientras mayor es el poder de fuego de los carteles en conflicto, mayor es el daño que se causan entre sí. Esta es la razón del drástico aumento del contrabando de armas desde EU hacia México. La experiencia mejicana está siendo aplicada en otros países de América Latina.
Los incidentes relacionados con la droga se han tornado cosa común en la Argentina. En el mes de septiembre del 2008 la agencia de noticias del MERCOSUR distribuyó un material acerca del “largo brazo” de la DEA. En el artículo se sostiene que la embajada norteamericana estaba detrás de tres asesinatos. Los cuerpos acribillados a tiros de tres argentinos fueron encontrados en una acera en las afueras de Buenos Aires. La investigación demostró que Sebastián Forsa y sus socios en el narcotráfico fueron asesinados por competidores de México y Colombia. Forsa colaboraba con la DEA durante los últimos meses de su vida. Al hacerlo pensó que cancelaría su deuda con los señores de la droga. Inició contactos con la DEA a través de su guardaespaldas, César Pose, quien era soplón no solo de la DEA sino también para el servicio argentino de contrainteligencia SIDE. Parecía que el SIDE no confiaba mucho en él y controlaba su teléfono. No fue en vano. Al día siguiente que se encontró los cadáveres, Pose llamó a la embajada norteamericana para hablar con su supervisor de la DEA. El supervisor le aconsejó que tuviera mucho cuidado y agregó que el préstamo prometido le sería dado una vez que saliera de la Argentina. Él contestó, “si, necesito el préstamo (que significa otro salario por trabajar para la DEA) y un refugio en la ciudad de Miami” contestó el argentino. Pose tiene una larga historia de operaciones de contrabando de drogas.
De acuerdo con el periódico Crítica en el año 2004 fue detenido por el contrabando de 80 kilos de cocaína. Pero su detención no duró mucho. Pronto la DEA informó a las autoridades argentinas que este contrabando en particular, era un “experimento de comprobación”. Pose fue puesto en libertad y continuó trabajando para la DEA.
Se dice que la DEA utilizó a Pose y a otros agentes para comprometer a la presidenta argentina Cristina Fernández. Durante la campaña electoral del 2007 ellos hicieron considerables donaciones en dinero al fondo de apoyo, pero este escenario no siguió desarrollándose. Otro escenario resultó más productivo, esta vez utilizando a un empresario venezolano-norteamericano de nombre Antonini Wilson quien fue detenido en el aeropuerto con 800 mil dólares, supuestamente para la campaña electoral de Cristina Fernández.
Los medios de comunicación pro-norteamericanos dijeron que Cristina era la más probable destinataria del dinero proveniente de los “fondos secretos de Chávez”. Pero esos ataques informativos contra Cristina Fernández fracasaron y ella denominó estos esfuerzos de la CIA y otros servicios norteamericanos como una”operación basura”.
Actualmente los “americanos quietos” se enfrentan a una tarea bastante difícil en la Argentina. ¿Cómo impedir la reelección de Cristina en octubre de este año? De acuerdo con encuestas recientes, ella se encuentra muy por encima de otros candidatos potenciales de la oposición.
Washington sabe que Cristina Fernández no perdonará las declaraciones insultantes que diplomáticos norteamericanos hicieron acerca de ella y que fueron conocidas a través de una publicación de Wikileaks: “Cara doble”, “inepta”, “desequilibrada”, epítetos que han sido a menudo utilizados en intercambio de mensajes cifrados del Departamento de Estado a la CIA refiriéndose a Cristina Fernández. Se trata de un enfoque político estandarizado para todos los políticos independientes de América Latina, Fidel y Raúl Castro, Hugo Chávez, Daniel Ortega y otros de parte de funcionarios norteamericanos que emplean deliberadamente palabras humillantes y expresiones extraídas de textos de medicina sobre enfermedades mentales. Cristina es aun más irreconciliable con aquellos “americanos quietos” que tratan de difamar la memoria de su esposo, Néstor Kirchner. Resulta obvio el explícito odio de los diplomáticos norteamericanos por Kirchner: durante la Conferencia Cumbre de las Américas, celebrada en Mar del Plata el año 2005 Kirchner junto a otros presidentes suramericanos, incluyendo a Lula y a Chávez finalmente rechazaron el proyecto neocolonialista de integración al ALCA, el cual fue impuesto por EU a algunos países de América Latina. Posteriormente, George Bush hijo dejó Argentina antes de lo programado sufriendo una de las derrotas más apabullantes de su presidencia. El imperio no perdona semejantes cosas. Luego de la muerte de Kirchner los agentes norteamericanos no dejan sola a Cristina proyectando una imagen ensombrecida de ella, caracterizándola como política tan peligrosa para la Argentina como lo fue su marido.
El analista Manuel Freitas escribió un ensayo acerca de las actividades generales de la embajada norteamericano en Argentina. De acuerdo con él, “ellos están siempre presentes” e “invisibles”. Cuando un joven periodista comienza a trabajar para la página en Red de un medio impreso, se le advierte que él nunca debe mencionar “la embajada” en sus relatos. Existe una especie de código no escrito en cuanto a dejar a “la embajada” fuera de cualquier análisis o conocimiento público. No se debe tomar el nombre de esta poderosa fortaleza del imperio en vano. Freitas distingue las principales tareas asignadas a los embajadores norteamericanos en los países latinoamericanos: promover los intereses de las compañías transnacionales; controlar a las autoridades locales –desde el gobierno hasta las fuerzas armadas—neutralizar los procesos sociales que sean inconvenientes para la hegemonía norteamericana. Estas tareas son primero que nada realizadas empleando las capacidades de la CIA, la cual extiende su red a través de todos los centros donde se toman decisiones.
En el mes de diciembre pasado la revista Noticias publicó un artículo acerca de las actividades de la CIA en la Argentina. De acuerdo con el autor, la agencia local de la CIA comprendía un personal de diez agentes dirigidos por George Kenny de 50 años. Fue Kenny quien preparó la contestación acerca del “estado de salud de Cristina” siguiendo órdenes de Washington.
La publicación produjo gran indignación en la embajada norteamericana. La vocera de la embajada, Shannon Farrell, discutiendo con Alexis Ludwig, jefe de la sección política y el más informado funcionario de la embajada, dijo que se trataba de una mentira y que Kenny no existía.
Farrell acusó a la editorial Perfil de tratar de complicar las relaciones entre el gobierno y la embajada. En respuesta, la editorial publicó una historia diciendo que la embajada estaba criticando acremente a la revista luego de la publicación acerca de Cristina Fernández. Citaron la declaración de Farrell textualmente pero no seguida de una disculpa. Elocuente silencio con la consiguiente implicación, “ambos sabemos quien está detrás del pseudónimo George Kenny, ¿verdad?
A seis meses de la elección presidencial, la embajada norteamericana en Argentina trata de cambiar el desarrollo de los acontecimientos para su propio beneficio. “Los americanos quietos” está incrementando sus actividades de infiltración. Expertos locales alertan acerca de la formación de nuevas agencias de seguridad creadas por agentes del SIDE y de la CIA.
Organizaciones o gubernamentales también contribuyen al empeoramiento de la situación. Los medios de comunicación han vuelto a la “sospechosa indiferencia” de Cristina por la lucha contra el narcotráfico.
Se diseminan rumores en el sentido que ella y sus asociados están involucrados en el lavado de dinero. Fantasiosos escándalos de corrupción están siendo magnificados fuera de toda proporción utilizado evidencias incriminatorias a partir de “fuentes sumamente confiables”. La CIA financia docenas de páginas en la Red las cuales participan en la guerra informativa contra Cristina y no solo en la Argentina. Una de las páginas, SEPRIN, servicio informativo privado, es particularmente activa. Su creador es Héctor Alderete que está en guerra permanente contra el “kirchnerismo”, el “populismo” y el “chavismo”. Seguidores de Cristina sostienen que Alderete está obsesionado con los planes para derrocar el gobierno.
El caso del mecánico Hankins ha captado la atención de la sociedad argentina por las maniobras entre bastidores de los americanos quietos. Hankins es un simple mecánico que se aloja –de acuerdo con sus propias palabras—en el Hotel Alvear Palace, el hotel más lujoso de Buenos Aires. Tal vez Hankins sea solo un pseudónimo, como Kenny. La vocera Shannon Farrell interrumpió su partida de golf para hacer una declaración asegurando que las autoridades norteamericanas manejarán el incidente y que darían explicaciones.
Los días pasan y el acertijo de Hankins sigue siendo un acertijo. Es muy posible que él ya haya abandonado el país y se encuentre eligiendo nuevos blancos en otros países. El número de enemigos del imperio está creciendo.
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Traducción desde el inglés por Sergio R. AnaconaStrategic Culture Foundation