Primer hecho
El año 2003,
el amigo y asesor del presidente Toledo en temas educativos, Carlos
Malpica, fue puesto como ministro de educación trayendo bajo el brazo
su flamante “Ley de “Educación 28044”, elaborada por una comisión
presidencial dirigida por él.
El nuevo ministro,
consuetudinario consultor de la UNESCO, quien no había podido concebir
una metodología para la Primera Consulta Nacional de Educación, con
alguna originalidad que no fuera la de inscribirla en la estructura
burocrática del ministerio, llegaba también pontificando sobre las
bondades que aparejaría para la crítica situación de la educación,
el “Programa Nacional de Emergencia Educativa” aprobado por DS 029-2003-ED,
en agosto de ese año, y que había sido elaborada por la misma comisión
que dirigía en palacio de gobierno.
Este “Programa”,
además de mostrar los yerros de sus hacedores, preveía en su Artículo
2, “Ejes, programas y proyectos estratégicos”(sic).
En el Eje 1, referido a “calidad y cultura de éxito educativo”, figuraba un “programa” que tiene mucho que ver con el anuncio de la actual ministra respecto del incremento de la jornada escolar hasta llegar a las 8 horas (como si los aprendizajes dependieran del mayor o menor número de horas de encierro tortuoso entre cuatro paredes, o de reeditar la concepción fabril de la educación de comienzos del capitalismo). Se trataba del “Programa de Fortalecimiento de Lenguaje-Comunicación, Ciencia-Matemática y Formación en Valores”. Este “programa” dio nacimiento al famoso “plan lector” que las instituciones educativas han venido aplicando desde el 2004, sin que hasta hoy se tenga algún resultado verificable en términos de efectos e impactos.
En el Eje 2, sobre “equidad y educación inclusiva”, preveía un “programa” de subsidio a familias de áreas rurales que podría equipararse al que hoy la ministra llama “alimentación”. Preveía igualmente, un “programa” de “educación bilingüe e intercultural” que hoy, en un alarde de inteligencia, la ministra ha llamado “interculturalidad de aquí para afuera”. También figuraba algo que sin ser programa o proyecto, anticipaba algo que aún no termina: la “Década de la educación inclusiva 2003-2012”, de acuerdo con lo que el BM entiende por inclusión.
En el eje 5, referido a inversión y financiamiento aparecía el “programa” de construcciones escolares que hoy la ministra ha bautizado como “infraestructura”.
Ciertamente, esto no es todo lo que contiene el Programa bendecido por el DS 029-2003-ED. Aquí sólo he dado cuenta de aquello que guarda estrecha relación con los anuncios de la ministra y que, como veremos, conducen a un mismo origen: el de las “estrategias de educación” del Banco Mundial. (Quien tenga interés por enterarse de todo lo que contenía el famoso DS, y que hoy se repite con lenguaje diferente pero no distinto, puede consultar la siguiente dirección electrónica: congreso.gob.pe/2002/discapacidad/ds029-2003-ed.htm
Segundo hecho
Tiene justamente que ver con las sucesivas “estrategias de educación” que el Banco Mundial ha impuesto para su ejecución en el Perú, como en el resto de América latina, el Caribe y el mundo. La que enmarcaba el contenido del DS que acabo de comentar, fue la estrategia educativa “ESE 2000”. Aquí está dicho todo lo que los ministros de educación del gobierno de Valentín Paniagua y de Toledo pusieron en marcha obedeciendo las previsiones del Banco.
En el 2005, a partir de los “aprendizajes” de la anterior estrategia pero, sobre todo, de acuerdo con las nuevas exigencias que el mercado imponía, y que los think tank del poder mundial tenían previsto para América latina y el Caribe, el BM impuso la estrategia adaptada “AESE 2005” que rigió el destino de la educación peruana durante la gestión de los inefables ministro y viceministros en la gestión de García. Una nota curiosa en el devenir de todas estas estrategias ha sido la permanencia en el vice-ministerio de gestión pedagógica del abogado Idel Vexler, y ex-secretario ejecutivo del CNE.
Para el 2011-2020, el BM aprobó en noviembre pasado su “Estrategia para la educación 2020”. Como es usual, en la metodología de las imposiciones del BM, se realizaron una serie de “consultas” en todos los países prestatarios del Banco, de las que no se exceptuó el Perú. Aquí la “consulta” se realizó en abril del 2010 y contó con la especial participación de las instituciones gemelas “Consejo Nacional de Educación CNE” y “Foro Educativo”.
En esta “nueva estrategia” el BM ha decidido imponer como objetivo, “el aprendizaje y las habilidades”. Esto, según afirma, “por una simple razón: el crecimiento, desarrollo y reducción de la pobreza dependen de los conocimientos y habilidades que las personas adquieren, y no sólo del número de años que se sientan en un salón de clases”. (En anteriores estrategias el mismo Banco había insistido en que se debería garantizar que los estudiantes permanezcan en la escuela hasta concluir sus estudios. Más allá de esto, lo dicho por el BM no es más que una aberración de las tantas que producen sus entendidos para seguir manipulando el entendimiento y la comprensión de la dualidad educación y desarrollo).
Para concretizar la nueva estrategia al 2020, el BM dice que “apoyará”:
(1) “Las escuelas de calidad”, porque (¡Oh, descubrimiento!), “las lagunas de aprendizaje son más evidentes cuando los niños y los jóvenes aprenden poco porque las escuelas son de mala calidad”.
(2) “El aprendizaje para todos”, porque “esto promueve las metas de ‘equidad’ que subyacen a los Objetivos del Milenio”1 (pero no a los del país, ahora y para el futuro).
(3) “Los resultados del aprendizaje no reducidos a la lectura y aritmética sino al conocimiento y las competencias que ayuden a las personas a vivir una vida sana, productiva y satisfactoria (porque) la educación no es sólo aprendizaje de la lectura, escritura y aritmética. La comunicación social, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico y la resolución de problemas, tienen un valor inestimable para que las personas ‘funcionen’ bien en casa, en sus comunidades, y en el trabajo”. (Esto no sólo contradice su objetivo primero, y lo definido en Jomtien y Dakar, sino que en el más rancio positivismo propone hacer funcional a la ignorancia).
(4) “Los conocimientos técnicos específicos y / o de formación profesional relacionados con una ocupación y el éxito en el mercado de trabajo (algo que se viene imponiendo desde AESE 2005).
(5)
“Las inversiones en la nutrición, la alimentación escolar y la salud
de los más pequeños. Del mismo modo, los programas para ‘mitigar’
el hambre, la malnutrición y las enfermedades entre los escolares”.
(Banco Mundial: “La nueva
estrategia educativa mundial 2011-2020”.
Los paréntesis y las comillas simples me pertenecen).
No hace falta
agregar que se trata más de lo mismo, pero “adaptado” a la “nueva
era” de una “educación más incluyente” y que el BM había perfilado
en el libro Un nuevo contrato social para el Perú publicado
en el 2006. Los originales de este libro fueron leídos y aconsejados
por la ministra, conjuntamente con otro “experto” del CNE, que forma
parte de la actual comisión de transferencia del sector.
Tercer hecho
Tiene
que ver con las “metas” adelantadas por la ministra y el orden de
lo existente en cuanto a proyectos educativos, políticas y objetivos
pre-establecidos y que, por lo dicho, permanecerán, tal y conforme,
para beneficio de los mismos agentes de siempre.
1.
Sabido es que el Perú es uno de los países signatarios del Marco
de Acción de Dakar que el BM, conjuntamente con el FMI, la UNESCO y
la OCDE, promovió y financió el año 2000. Este Marco, obligó
constituir, al 2002, en cada país, los llamados “Foros nacionales
de educación para todos”. Estos Foros deberían llevar a cabo “diagnósticos
nacionales” sobre los seis objetivos que el BM impuso para ser alcanzados
al 2015, como fecha límite. Sobre la base de estos diagnósticos cada
país debería elaborar su respectivo “Proyecto educativo nacional
de educación para todos”. Su implementación y ejecución contarían
con la “ayuda” del BM, el BID, la USAID y otras agencias financieras
de las NNUU. El Perú, cumplió con el primer mandato (constituir su
Foro) recién en el 2003, y con su “Proyecto educativo nacional de
educación para todos” en el 2005. Nunca se supo si realizó o no
los diagnósticos ni cómo, pero todo lo que Chang y Cia han hecho
durante la gestión de García, se inscribe en la perspectiva de este
proyecto (carrera magisterial, materiales, infraestructura, capacitación
docente, alfabetización…).
2.
Sabido es igualmente que el año 2007, el gobierno de Alan García aprobó
el “Proyecto Educativo Nacional PEN”, promovido por el CNE y la
ONG Foro Educativo (que no es lo mismo que el Foro Nacional aludido
en el punto anterior, pero es igual, porque quienes manejan una y otra
institución y también el CNE, son los mismos).
Este famoso PEN, es al que la ministra hace referencia como que “será el primer compromiso” del ministerio a su cargo. Originalmente, se planteó como el resultado de la Consulta Nacional de Educación durante el Gobierno de Transición, pero terminó siendo un errático armazón de lo que la ONG Foro Educativo y el CNE trasladaron del “Proyecto nacional de educación para todos” del BM, sin mayor consistencia, pertinencia y validez. Nunca se ejecutó, a no ser por los eventos que en su nombre realiza el CNE entre sus allegados e invitados extranjeros. No se conoce resultado verificable alguno. Cuando la ministra dice que el Proyecto Educativo Nacional (PEN), fue “construido con los esfuerzos, sentimientos, aspiraciones y sueños de miles de peruanos y peruanas, de maestros y maestras, de estudiantes, de intelectuales, empresarios, gremios y sindicatos”, posiblemente se refiera a los miles de peruanos que adhieren a Foro educativo o al CNE a través de sus páginas web o del twiter, pero el PEN, no expresa lo que sienten y piensan los millones de peruanos que son testigos del fracaso de la educación en los 40 años en los que el BM digita lo que se debe hacer y se hace. Los “esfuerzos y aspiraciones” de miles de peruanos se “perdieron” en los archivos del ministerio o en los de Foro Educativo, tras el fracaso de la Primera Consulta Nacional del 2001. Esto es algo que la ministra debe recordar. Pero, debe igualmente recordar, que el encargo asumido no es para ejecutar, ni lo que el BM tiene diseñado y consultado con Foro Educativo y el CNE, las dos instituciones gemelas a las que pertenece, ni el remedo de lo mismo llamado Proyecto Educativo Nacional PEN. En este sentido, las “metas” que le “gustaría” alcanzar:
- “lograr un sistema adecuado y ‘digno’ de educación para áreas rurales y las zonas donde se habla diferentes lenguas al castellano, pues la interculturalidad es para todos y no sólo para los pueblos indígenas…sino de aquí para afuera”;
- “reducir la brecha de las competencias deseadas de los estudiantes en el sector urbano y rural”;
- “ordenar el sistema de administración del personal docente atacando la maraña administrativa de contrataciones, reasignaciones y permutas de docentes”, no sólo traduce los objetivos de las estrategias del BM, sino que no se ajusta a los desafíos de una “revolución educativa”, que tiene entre sus componentes conceptuales el de la inclusión social. No el del BM, sino el del nacionalismo.
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