El día de hoy, 25 de Octubre de 2011, los 193 miembros que conforman la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas se reunirán nuevamente para condenar por vigésima vez el bloqueo económico contra el pueblo cubano impuesto por los Estados Unidos desde los inicios de su revolución. La Sesión tendrá lugar en la Ciudad de Nueva York, en el seno de la Asamblea, ubicada a pocos metros del salón donde sesiona el desacreditado Consejo de Seguridad de la ONU que legitimó el magnicidio del líder libio Muammar Al Gaddafi, el genocidio de su pueblo y la destrucción de la Jamahiriya Libia.
Nuevamente la Asamblea General, órgano donde verdaderamente se representa la Comunidad Internacional, pretende aprobar una Resolución que condena las políticas y practicas terroristas del gobierno de los Estados Unidos de América contra el pueblo cubano a través del bloqueo económico, comercial y financiero. Estas voces de condena por parte de la Comunidad Internacional vienen repitiéndose desde el año 1992 cuando la Asamblea General vota por primera vez una Resolución de condena a las políticas y practicas de los Estados Unidos de América contra la República de Cuba, siendo en el año 2010 cuando se registra la más alta votación cuando un total de 187 países condenaron el bloqueo estadounidense y sus implicaciones extraterritoriales.
El bloqueo económico y comercial contra el pueblo cubano se inicio apenas triunfa la Revolución Cubana, pero las medidas fueron recrudeciéndose cada vez más con la profundización de la revolución, y fue en 1962 cuando se impuso la prohibición de importaciones y exportaciones de todos los productos, materia prima, medicamentos, etc. entre Cuba y los Estados Unidos, así como las transacciones en divisas estadounidense; los barcos y aeronaves cubanas además no podían tocar territorio norteamericano. Posteriormente, en 1992, aprovechando la caída de la Unión Soviética, el gobierno de los Estados Unidos aprobó la infame Ley Torricelli que interrumpió las importaciones cubanas de medicamentos y alimentos procedentes de subsidiarias estadounidenses en terceros países.
Pero el bloqueo no causaba el efecto deseado en el pueblo cubano y la Revolución cubana, por lo que en 1996 se acentuaron estas medidas y se promulgó una nueva Ley criminal contra Cuba, esta vez la infame Ley Helms Burton que persigue y sanciona a los capitales extranjeros que deseen realizar inversiones en Cuba. No bastando con ello Estados Unidos autorizó públicamente el financiamiento de grupos terroristas, a través de las desprestigiadas fundaciones como la USAID y la NED, para impulsar acciones subversivas dentro de territorio cubano.
En el año 2004 se promulgaron nuevas medidas contra Cuba que restringieron aún más el turismo, las inversiones, los flujos financieros, las remesas familiares y los viajes de los cubanos residentes en los Estados Unidos.
En el año 2010 se anunció la extensión de la Ley de Comercio con el Enemigo que supone en la práctica la continuación del bloqueo a Cuba. Obama sustentaba tal acción expresando que "la continuación de estas medidas referentes a Cuba conviene a los intereses nacionales de Estados Unidos". De acuerdo al derecho internacional, específicamente a la Declaración de la Conferencia Naval de Londres en 1909 se establece que el bloqueo es una acción que se aplica sólo en tiempos de guerra, de la misma forma reza la Ley del Comercio con el Enemigo de los Estados Unidos, pero al parecer estas leyes no funcionan al tratarse de Cuba.
Estados Unidos ha demostrados en reiteradas ocasiones que el Bloqueo y su paulatino recrudecimiento responden a una política exterior dirigida a destruir la economía cubana y su revolución.
En 1991 fue desclasificado en un Informe del Departamento de Estado en el que se reconocía lo anterior: “el objetivo único del Bloqueo era la destrucción de la Revolución cubana provocando hambre y desesperación por las dificultades económicas al pueblo cubano”. Y es que el bloqueo económico contra Cuba no sólo afecta el comercio de ese país con otros países del mundo, sino también golpea al resto de los sectores restringiendo el acceso al mercado mundial para adquirir los alimentos que consume el pueblo cubano, a los medicamentos, e influye negativamente sobre los sectores como la salud, educación, deporte y el acceso a las tecnologías para el pueblo cubano.
Cuando una acción política es perpetrada con la clara intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, el mismo se califica como genocida, tal como lo establecen los acuerdos de la Convención de Ginebra para la prevención y la sanción del delito de genocidio. El Bloqueo económico contra el pueblo cubano, además de ser genocida, es terrorista, mucho más tomando en consideración el apoyo económico y todas las acciones de desestabilización apoyadas por las 11 administraciones de los Estados Unidos de América.
Se calcula que el daño económico propinado a Cuba producto del Bloqueo supera los 104 mil millones de dólares.
El Bloqueo económico, financiero y comercial contra Cuba es el mayor impedimento para el desarrollo económico y social de ese país, ello sin contar los catastróficos huracanes que afectaron a la Isla caribeña.
El Bloqueo contra Cuba es una política absurda por parte de las diferentes administraciones estadounidenses que no ha logrado cumplir su propósito de destruir a la revolución cubana, ni mucho menos ha doblegado la decisión patriótica de su pueblo a seguir construyendo su revolución.
El día de hoy seremos testigos nuevamente de cómo la mayoría de los representantes diplomáticos de todos los países que conforman la Asamblea General de la ONU exigirán, una vez más, al Gobierno de los Estados Unidos dejar sin efecto el Bloqueo económico, financiero y comercial contra el pueblo cubano y de cómo el gobierno genocida de Barack Obama se opondrá a las voces de esos países.
Es hora de que los indignados del mundo reviertan tal actitud.
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