El triunfo aplastante de Cristina Fernández, resistiendo el fuego cerrado de la campaña de desinformación del grupo “El Clarín” & CO, reeditó el fenómeno vivido en Venezuela bajo el gobierno del Presidente Hugo Chávez.
Cuando las promesas se van traduciendo en hechos tangibles, las expectativas de cambio se consolidan y tienden a crecer. El pueblo va pasando de la “conciencia ingenua” a la “conciencia crítica”, reconociendo las causas estructurales de su situación social e identificando los actores que sustentan el sistema que le oprime y niega el bienestar. Por ello, se va haciendo impermeable al bombardeo mediáticos de la oligarquía.
En 9 años, la dupla Néstor-Cristina levantó la Argentina de las ruinas en que la dejó el huracán neoliberal. Iniciaron la travesía remando en contra de las prescripciones del FMI, al declarar la cesación de pagos de $ 95 mil millones de deuda. Ese mismo organismo reconoce hoy que ese país ha tenido un crecimiento promedio anual de 9.4 % del PIB (2002-2011). Este duplica al de Brasil y es el mayor del hemisferio. Al contrario de lo ocurrido en Chile y Perú -fieles seguidores de la ortodoxia neoliberal- ese crecimiento se tradujo en inversión social y no en más riqueza para unos pocos privilegiados. El gasto social se triplicó, la pobreza se redujo de 50 % a 15%. El desempleo cayó a la mitad (8%) y también la desigualdad social. Si bien la inflación es de 20 %, sigue estando por debajo de su tasa histórica y sus efectos han sido compensados por el crecimiento del ingreso real. Después de cancelar la mayor parte de su deuda externa con el uso parcial de sus reservas internacionales, éstas casi se quintuplicaron al pasar de $10.501 millones a $ 48.261 millones en ese período.
La orientación nacionalista y popular del gobierno de Cristina se perfiló, cuando metió en cintura a la poderosa oligarquía agro-exportadora al imponerles mayor tributación fiscal. Fortaleció su liderazgo al aplicar el impuesto a las exportaciones de soja y nacionalizar los fondos de pensiones ampliando su cobertura y alcance. Sin duda, su gestión eficaz a favor de las grandes mayorías le dio una victoria contundente.
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