A pesar
del silencio de las grandes cadenas de medios internacionales y de su esfuerzo
por banalizar la protesta de los indignados estadounidenses, tanto en sus
dimensiones como en las verdaderas razones que los motivan, el movimiento
“Ocuppy Wall Street” (OWS) se ha regado como pólvora por la geografía de EEUU a través de las redes sociales y medios
alternativos.
En
lugar de enfocar
sus demandas exclusivamente hacia el Capitolio o hacia la Casa Blanca,
centros
del poder político, como hizo en los 60´s el movimiento contra la
guerra de Vietnam, OWS le puso el ojo a Wall Street, emblema del Poder
Económico
global, asumiendo de entrada la vocería
del 90 % de sus conciudadanos por compartir, ésta mayoría de la
población, la
disminución progresiva de su nivel de vida, debido a la cada vez más
injusta distribución de la
riqueza bajo el amparo de un estado secuestrado por las cúpulas del gran
capital corporativo y financiero.
No se trata de
un movimiento coyuntural que pueda ser disipado por una decisión gubernamental
puntual, porque está apuntando al corazón mismo del sistema capitalista y de la
dictadura bipartidista que sirve a los intereses del 1 % de los hogares que
concentraron en el 2007,el 57% de la
riqueza y el 224% de los ingresos
después de impuesto. El 90 % restante solo percibió en ese año una remuneración
del capital del 20% y apenas el 42% de los ingresos totales. Según el último Censo Nacional (2010), la
pobreza en EEUU alcanzó la cifra record de 46.2 millones y el número de
personas que carecen de servicio médico llegó a 49.9 millones, mientras que
paradójicamente, entre el 1979 y el 2007,
el 1 % de la población más rica redujo sus impuestos en 7.5%.
OWS
está
haciendo visible la verdadera situación de la sociedad estadounidense,
sometida
a la dictadura de una plutocracia fundada en la especulación financiera y
en la
industria de la guerra la cual, mientras en lo interno conculca
libertades y DDHH, anda por el mundo haciendo guerras genocidas por
el petróleo en nombre de la “democracia”
y la “libertad”, como las de Irak,
Afganistán y Libia. Aplicando esa
geopolítica del terror ahora le toca a Irán y Siria.
gamarquez2@yahoo.com