Con el fin de fortalecer su economía la Unión Europea (UE) llegó a un acuerdo para sancionar el próximo mes el “Tratado sobre Disciplina Fiscal”. El tratado busca mantener un equilibrio presupuestario de las cuentas públicas y evitar nuevas crisis financieras como las que han sacudido muchas naciones los últimos años.
Dentro de los ajustes se establece un freno al endeudamiento, un control más estricto de sus presupuestos por parte de la UE, así como sanciones más fuertes contra los que no cumplan con lo establecido.
Contempla tal equilibrio que el déficit estructural anual de un país, descontando los efectos coyunturales y extraordinarios, no debe sobrepasar el 0,5 por ciento del producto interno bruto (PIB). Con esta medida los países de la Unión Europea (UE) estarían estableciendo límites al gasto público que es una espada que tienen muchas naciones, incluidas por supuesto las de nuestro continente. Si se logra controlar y reducir el gasto público sería un gran avance y ojala nuestros gobiernos pudieran hacerlo para tener la libertad de hacer mejor uso de nuestra enorme riqueza.Estas medidas no son de fácil aplicación, pero cuando se cuenta con la voluntad y unión necesaria son muy eficaces, a pesar de ser anti populares, pero a mediano plazo se pueden apreciar sus resultados.
Por supuesto como la cosa no es tan fácil cumplir, la UE establece sanciones si el déficit de un Estado supera la barrera fijada (límite máximo del déficit no puede ser superior a 0,5% del producto interno bruto), automáticamente se aplicarán las sanciones sugeridas por la Comisión Europea, además el Tratado obliga a los socios a que incorporen en sus Constituciones Nacionales el principio de equilibrio presupuestario, estableciendo en estas los límites al endeudamiento nacional.El Tribunal de Justicia de la Unión Europea debe evaluar si los Estados han introducido a nivel nacional este límite al endeudamiento, y quien no lo haya hecho, puede ser denunciado. Entre las sanciones que se estipula tenemos que no se podrá contar con auxilio financiero de la UE, además de una sanción monetaria de hasta el 0,1 % del PIB.
En nuestro continente y especial en Latino América sería mucho más difícil aplicar esta iniciativa europea, pero los países del Alba deberían analizar la posibilidad de una alianza en este sentido, con mayor flexibilidad, que en vez de establecer sanciones busque el apoyo y auxilio mutuo de los Estados miembros para fortalecer nuestras economías, hacernos menos dependientes de las grandes potencias y de los Organismos Internacionales, y luchar por la consecución de una mejor calidad de vida para nuestros pueblos.
