Es evidente que la intervención del narcouribismo en la política del oposicionismo en Venezuela es cada vez más notoria y descarada. Se sabe de ello por las reuniones sostenidas con el capo y narcotraficante Álvaro Uribe Vélez por parte de factores de la Mesa de la Ultra Derecha (MUD), de Leopoldo López y del mismísimo candidato del imperialismo estadounidense, Henrique Capriles Radonsky.
Se sabe también por otros signos, pero especialmente se evidencia en estos días, luego de la captura del peligroso narcotraficante Diego Pérez Henao, conocido también como “Diego Rastrojo” en sus ámbitos delictivos.
El Rastrojo Pérez Henao fue capturado en Venezuela por los órganos de inteligencia y seguridad de nuestro país el pasado fin de semana. Hasta el momento de escribir esta nota se tiene la información pública de que las investigaciones parecieran estar conduciendo claramente a la determinación de vínculos directos entre el paramilitarismo y el narcotráfico concentrado en el poderío de uno de sus jefes más conspicuos, Pérez Henao y su compinche de fechorías, Uribe Vélez.
Pero en torno a este tema, es importante destacar hoy cómo el caso Pérez Henao, su trascendencia en la lucha contra el narcotráfico y sus consecuencias inmediatas, son silenciadas por los medios que maneja el empresariado de ultraderecha en nuestro país y que financia o posee medios de comunicación que están identificados claramente con la candidatura de Henrique Capriles Radonsky.
Es por eso que cabe resaltar la presencia del narcouribismo en el medio de los medios proimperialistas que apoyan la destrucción del proyecto revolucionario que nos conduce hacia la Patria socialista bajo el liderazgo del Comandante Hugo Chávez. Son los mismos que mantienen una permanente guerra de baja intensidad, propiciada por el Pentágono con el mismo guión previo que han utilizado recientemente en Libia y Siria, pero que tiene muchísimos otros antecedentes en países que han terminado invadiendo a sangre y fuego, con la excusa de que es que “andan por el eje del mal”, lo cual no significa otra cosa sino que son antiimperialistas y democráticos.
Son los mismos que, en Venezuela, colocaron su anzuelo de pescar incautos con un “gusano de paz y amor” como Capriles Radonsky. Que apoyan su candidatura y que apuestan a que el mismo les ayudará a convocar a un clima de caos, que luego del 12 de octubre, encienda llamas de protestas callejeras, acentúe los escenarios mediáticos y procure la posterior intervención militar, para la cual recurrirían –en lo inmediato- a las fuerzas paramilitares que encabeza Uribe Vélez y su recién detenido cómplice, Pérez Henao.
El tema es complejo pero cada vez más se pone al descubierto. El narcouribismo está en el medio y los medios de ultraderecha contribuyen a direccionar la guerra que el imperio yanqui quiere. Por eso, hace falta que los patriotas nos mantengamos alertas.