La verdadera revolución de octubre

Uno de los meses del calendario que por la historia más ha estado vinculado a la palabra revolución es el mes de octubre. En Venezuela existe una etiqueta de “revolución de octubre”, (más bien golpe de Estado) que fue fabricada por los adecos y sus pseudo historiadores en el año 1945; sobretodo, inspirados en una verdadera revolución como lo fue la Revolución Rusa de 1917, también conocida como Octubre Rojo.

Este 1º de julio el pueblo venezolano enarbolando las banderas de una revolución pacífica, democrática y participativa se lanza a la conquista de un verdadero cambio revolucionario, al dejar atrás un sistema democrático liberal que está por morir para buscar un nuevo sistema socialista, bolivariano y humanista que está por nacer.

El reto es muy grande porque se trata de afianzar un proceso ya iniciado y al cual el imperialismo ha tratado de eliminar, de las más diversas maneras, para evitar el nuevo reto del pueblo a expresarse en las elecciones del próximo 7 de octubre.

Luego de haberse inscrito varios candidatos en el CNE, el pueblo venezolano sabe que las opciones están polarizadas y además, que no está en juego precisamente “Rosalinda”, sino el destino de un país que quiere ser libre para enterrar de una vez por todas al sistema neoliberal y capitalista.

Adornada con el traje de democracia representativa, con el cual había engañado al pueblo por muchos años, ahora da sus últimos bostezos en el mundo y acude a la fuerza y a la manipulación a través de sus mensajes por los medios de comunicación a su servicio.

El tiempo se ha encargado de señalar el camino a quienes buscan una auténtica revolución, así como lo soñaba la desaparecida Unión Soviética. No está malo, desde luego, evocar los principios allí enarbolados por Vladimir Lenin para superar los errores que condujeron a la guerra fría y a la caída del muro de Berlín.

Las revoluciones las encarnan los pueblos, pero su sacrificio y su caída a veces pueden estar en los hombros de un líder o en las decisiones equivocadas de un Estado, por no buscar a tiempo su rectificación. De ello hemos aprendido bastante en la Revolución Bolivariana gracias a nuestro líder, el Comandante Hugo Chávez Frías.

En cuanto a los partidos de la oposición venezolana, estos a través de la historia han vendido su alma al diablo, han traicionado sus principios, nuestra soberanía, nuestro sentido de Patria y hasta la fe de un pueblo por ponerse al servicio de intereses que lo han llevado al sacrificio.

Este es el espejo que nos ofrece el 18 de octubre de 1945, donde una mezcla cívico-militar encarnada en Rómulo Betancourt y Marcos Pérez Jiménez, echaron por la borda, una vez más, el gobierno democrático de Isaías Medina Angarita y los sueños del pueblo de Bolívar.

El tiempo ha transcurrido y los caminos han mostrado paso a una nueva búsqueda del soberano y de sus Fuerzas Armadas, al dejar la huella de un 4 de febrero revolucionario, sobre los fracasos del Pacto de Punto Fijo.

Hoy buscamos a través de unas elecciones libres y transparentes una nueva forma vivir, un nuevo destino y el auténtico camino hacia el socialismo. Este es el reto y el inicio de la verdadera revolución de octubre en Venezuela.


arellanomt@hotmail.com



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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