Podrá salir a flote de la profunda crisis social en que encuentra sumergida la península ibérica? Seguramente lo hará a costa de la depauperación de su gente que observa con amargura el despilfarro que sus líderes políticos hicieron de la riqueza nacional. La derecha, de vuelta al gobierno con el PP de Aznar, fiel heredero del franquismo español, aplica no sólo severos recortes al gasto social sino que en paralelo incrementa impuestos como el IVA que impacta el consumo e impide el crecimiento del empleo en una sociedad que cuenta hasta ahora con 5 millones de desempleados. La ayuda que por este concepto se brinda a quien perdió su empleo también disminuye “y que” para incentivar la busca de puesto de trabajo, como si la falta de trabajo es culpa del español de a pie que a causa de esta crisis perdió hasta su casa a mano de las estafas inmobiliarias.
El mito de que España era el destino de quienes emigraban desde esta parte del mundo en procura de mejores condiciones de vida, muestra hoy su cruda realidad. Un país carcomido por la corrupción, en el que los partidos mayoritarios colocaron representantes en las juntas directivas de entes financieros, cajas, etc, con el único propósito de garantizarse financiamiento, como el caso del cuestionado Rodrigo Rato, ex presidente del Fondo Monetario Internacional y miembro del Partido Popular, que llevó a la quiebra a uno de los más grandes bancos españoles.
Un país en el que la Casa Real se ve estremecida por recurrentes escándalos de sus miembros, comenzando por el monarca quien a falta de oficio en lugar de “matar tigres” se dedica a la caza de elefantes en safaris presuntamente pagados por millones de euro de jeques árabes, mientras su yerno aprovechando el vínculo se despacha y da el vuelto al frente de una fundación de guisos que aún son investigados por una justicia demasiado maltrecha e igualmente sumida en el escándalo, gracias a que el presidente del alto tribunal pagaba viajes de placer a cuenta de la institución.
Y la gran prensa, que a diario publica las peores informaciones sobre el resto del mundo, principalmente Venezuela, mediante los despachos más infamantes de corresponsales carentes de ética, que manipulan los hechos para presentar a los gobiernos populares como dictaduras –Argentina, Bolivia, Ecuador, y Venezuela- entretiene a los españoles con novelones cursis como la desgracia de la “tonadillera” Isabel Pantoja juzgada por blanqueo de capitales o el drama de Ortega Cano, viudo de Rocío Jurado, también sentado en el banquillo por provocar un accidente de tránsito que costo la vida a otro conductor.
La realidad es que para superar tantos escollos los españoles deberán encontrar alternativas válida, desplazar a los rancios conservadores por líderes consustanciados con las necesidades de la gente, que conozcan sus necesidades y puedan, democráticamente, promover cambios profundos en el orden social y político, que exijan a sus gobernantes el fin de la agresiva política intervencionista de España en otras naciones y dediquen sus mejores esfuerzos a recuperar la gobernabilidad y la dignidad, que al igual que a Grecia les fuera arrebatadas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial en conjunción con los halcones que aún se mantienen en la Casa Banca y el pentágono.
La protesta de los mineros, los indignados y ahora la de los funcionarios públicos amenazados con mayores reformas y pérdidas de conquistas laborales, son apenas una campanada de lo que se avecina en España. Ojala encuentren la alternativa política que necesitan.
FREDDY PEREZ
freddyantonioster@gmail.com
Periodista.