Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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La llegada del Tte. General Vicente Díaz de Villegas, quien alegó estar retirado y viajando por Venezuela como un turista común y corriente, puso al servicio de inteligencia del país, el SEBIN, en alerta. Villegas mencionó el turismo como el propósito de su visita y el periodismo como su profesión en el formulario de entrada al país y se quedó en el hotel ALBA, antiguo Hilton que ahora es empleado por el gobierno venezolano para alojar a huéspedes importantes y realizar convenciones de izquierda.
Conocido desde la época de Franco en España por odiar cualquier cosa que de algún modo se atribuyera al comunismo, el general español se convirtió momentáneamente en una figura visible en la vida política de Venezuela al margen de sus intentos por mantener un bajo perfil y demostrar que el propósito de su viaje era la recreación y la recolección de impresiones para ser publicadas en su columna del periódico conservador “La Gaceta”. No trató de burlar el radar del SEBIN aunque Villegas vino a Venezuela en el mes de octubre del año pasado y en ese tiempo se reunió con el embajador español y con el Agregado Militar. Si la actual visita era con fines turísticos y nada más, no quedó claro por qué el general optó por Venezuela y no otro país con más atracción turística o un lugar donde las tensiones políticas fueran menos intensas. ¿Quién organizó los viajes de Villegas y cuál podría ser el verdadero objetivo detrás de ellos? Y sobre todo, ¿quién fijó los objetivos y estaba a cargo? En cualquier caso, resulta imposible pasar por alto el hecho que el vacacionista general español de manera habilidosa evadió la vigilancia durante su estadía en Venezuela.
La historia personal de Villegas invita a echarle un vistazo en el contexto. Nació en 1948 en una familia de tradición militar, se enroló en la Legión Extranjera y participó en expediciones punitivas en el Sahara Español. Trabajó para el servicio de inteligencia del ejército durante los años 70 y 80 cooperando de manera estrecha con la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos, luego mejoró su competencia militar en el centro de entrenamiento del cuartel general y del Colegio de la Defensa de la OTAN. En diferentes fases de su carrera, las responsabilidades del general incluían la protección anti-terrorista de la Península Ibérica y misiones dentro del marco de la campaña de la OTAN en Bosnia y Herzegovina, esto último explica la rotunda antipatía de Villegas por los serbios. Villegas encabezó el grupo de enlace español en el USCENTCOM en Tampa, Florida y fue elogiado por mantener una coordinación permanente entre las fuerzas españolas y norteamericanas en Afganistán e Irak. Villegas fue asignado a un cargo en el servicio de inteligencia del ejército el año 2010 y aunque se desconocen los detalles relacionados con su trabajo en la agencia, la hipótesis que se maneja es que el general dirige las operaciones secretas de inteligencia contra Venezuela. Sin duda alguna, los viajes de Villegas por Venezuela constituyen misiones de reconocimiento, pero esto podría ser solo una parte de una historia mayor.
De acuerdo con medios venezolanos, Villegas parecía vivamente interesado en el tema de la evacuación de ciudadanos españoles desde países en crisis. En base a lo anterior, uno se inclinaría por concluir que Madrid considera que Venezuela es una zona de alto riesgo, donde las actividades antes mencionadas se tornarían necesarias en un futuro cercano. En relación a esto, valdría la pena notar que el mando del ejército español en una oportunidad realizó ejercicios para oficiales de la OTAN con un agenda de “restablecimiento del orden” en un rico país petrolero latinoamericano. El escenario correspondiente –estallido de disturbios, represión de protestas por parte de un régimen dictatorial, inminente desastre humanitario y el advenimiento de las fuerzas de la OTAN para hacer que la situación regrese a la normalidad—no señalaba nada que no se hubiese escuchado ya anteriormente.
Por el momento no existen síntomas de agitación grave en Venezuela, aunque la elección presidencial de octubre 7 se encuentra cerca y aunque los pronósticos alarmistas todavía se multiplican. El golpe de estado de mes de abril del 2002 contra Hugo Chávez fracasó estrepitosamente, pero la comunidad de inteligencia norteamericana ha realizado una gran tarea desde ese tiempo y habrá puesto a punto planes completamente nuevos. La embajada norteamericana en Caracas sigue siendo el centro coordinador de las actividades subversivas contra Venezuela. Sin duda alguna, su personal encabezado por el Encargado de Negocios, James M Derham, operativo de inteligencia de carrera se está preparando para un enfrentamiento con Chávez y su régimen popular y las capacidades de los aliados de Estados Unidos y la OTAN están trabajando al máximo. Los operativos de inteligencia estacionados en las embajadas de los países de la OTAN en Caracas reciben órdenes de sus colegas norteamericanos y el personal diplomático de Canadá, México y países centroamericanos (con excepción de Nicaragua) más o menos acatan las instrucciones y cuestionarios suministrados por el Departamento de Estado y la CIA. Para los gobiernos de Colombia y Chile, Venezuela es un opositor ideológico que ellos temen pueda inducir a sus pares de América Latina por la vía del ejemplo. En consecuencia, ambos se inclinan por alinearse con Washington contra Venezuela, aunque en realidad el presidente colombiano Juan Manuel Santos Calderón cambió la política de confrontación con Venezuela del anterior presidente Álvaro Uribe, por un enfoque más bien de buen vecino. Aun así, la oligarquía colombiana, su alto mando militar y la nueva generación de barones de la droga, manejados con rienda corta por la DEA y la CIA son acérrimos enemigos del régimen venezolano y ávidamente se unirían a una ofensiva contra Chávez si Washington la encabeza.
La colectividad española es una de las más influyentes en Venezuela. No pocos de sus miembros se hayan en la elite empresarial como banqueros, dueños de compañías y magnates de la prensa, quienes no escatiman esfuerzos para tratar de descarrilar el proyecto socialista y los amplios programas de bienestar social de Chávez.
Durante los días del golpe de estado del 2002, la embajada de España apoyó a los conspiradores quienes a cambio ofrecieron a Madrid tratar de manera preferencial las empresas españolas en la Venezuela pos-Chávez. Lo que sigue indica hasta qué punto España estaba involucrada con los golpistas que la banda presidencial de su líder Pedro Carmona fue, en un ridículo apuro, confeccionada en Madrid.
El gobierno español ha aprendido la lección y hoy en día se abstiene de apoyar abiertamente a la oposición en Venezuela. A cambio, Madrid se enfoca en la influencia internacional y las campañas mediáticas anti-Chávez que se lanzan por vía de la mayoría de las publicaciones españolas, incluyendo a la agencia EFE. La corresponsal de ABC, Ludmila Vinogradof cuyos progenitores –chino el padre y rusa la madre—huyeron de Harbin al norte de China luego de la Segunda Guerra Mundial, es una muy activa colaboradora en la guerra mediática contra Chávez, cosa que ella hace en venganza por su historia familiar. La señora Vinogradof distribuye materiales contra el régimen venezolano, la última noción que ella continúa publicando es que Chávez está al borde de la muerte debido a sus ampliamente discutidos problemas de salud. Deberá notarse que la realidad empírica es que el líder venezolano ha sobrevivido a numerosos y lúgubres pronósticos, se le ve más saludable, se presentó en la Asamblea Nacional para informar sobre la gestión de gobierno durante el año 2011 y aparece como un enérgico candidato adelantándose en la carrera presidencial.
En los círculos gobernantes españoles, Chávez es percibido como inamistoso y en consecuencia el gobierno de Mariano Rajoy apoya al abanderado de la oposición Henrique Capriles Radonski. Enviados españoles sostuvieron conversaciones con Capriles en Biarritz y se sabe que se reúnen regularmente con miembros de su equipo. Ya que Capriles podría beneficiarse de tener una imagen internacional convincente, una gran parte de los planes gira en torno a recabar apoyo para él entre las figuras icónicas pro-democracia de Europa. Villegas participó en esta actividad cuando visitó Valencia para encontrarse con el jefe de seguridad de Capriles y otros asistentes. El general español experimentó un aterrador incidente durante su último día de visita en Venezuela. De acuerdo con su propio relato, dos hombres lo detuvieron cuando caminaba cerca del hotel, se presentaron como miembros de la ETA y le dijeron que lo estuvieron siguiendo y que le permitían seguir vivo solo porque ETA había firmado una tregua con el gobierno español.
Luego de eso, ningún nuevo incidente se produjo que pudiera interpretarse como peligroso para Villegas. A su partida tuvo que pasar varias horas en el aeropuerto en compañía de agentes del SEBIN quienes brevemente tomaron prestado su computador, teléfono celular, documentos y valijas. Interrogado acerca del motivo de sus visitas a Venezuela, el general señaló que los costos de viaje fueron cubiertos por un amigo íntimo con la obligación de reunir información sobre perspectivas para compañías españolas fabricantes de aviones en este país. Teóricamente esto podría ser verdad, pero aparte de haber servido como paracaidista hace décadas, Villegas nunca tuvo nada que ver con la industria de aviación y sería por lo tanto un asesor muy improbable en esa esfera. El SEBIN sospecha que su misión en Venezuela era totalmente diferente, aunque el registro de sus pertenencias no reveló nada incriminatorio.
El general Villegas fue nuevamente interrogado, esta vez en Madrid por el Centro Nacional de Inteligencia, CNI. Sus explicaciones carecieron de coherencia y sonaron poco convincentes lo que ocasionó que medios españoles dijeran que mientras Villegas más hablaba menos se le podía creer. El cuento acerca de la amenaza por parte de miembros de la ETA, por ejemplo, era absurdo –estos recibieron asilo político en Venezuela antes que Chávez llegara el gobierno y este general con su carga de servicios para la OTAN sencillamente recicló el mito de la CIA acerca de vínculos entre el régimen venezolano y agrupaciones terroristas. Solo eso, agrega aun más credibilidad a la noción que la visita de Villegas a Venezuela fue dirigida por la CIA y el Pentágono.
La investigación del SEBIN sobre los viajes del general a Venezuela sigue abierta y más temprano que tarde surgirá la verdad. Los blogueros venezolanos sostienen el punto que el riesgoso viaje de Villegas fue con el objeto de reclutar a un piloto venezolano de la fuerza aérea de origen español. La CIA y la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos planificaron involucrar a pilotos implicados en pasadas conspiraciones contra Chávez para bombardear el palacio presidencial. La amenaza de bombardeo se le conminó a Chávez en abril del 2002 con el propósito que capitulara. Se supone que el bombardeo aéreo guarda un paralelo con el supuesto ataque por parte de mercenarios colombianos contra el Palacio de Miraflores en mayo del 2004 pero que el piloto contratado para la tarea fue neutralizado por la agencia venezolana de contraespionaje.
El SEBIN tiene conocimiento de la complicidad de un cierto número de elementos de la colectividad española en la gestación de una conspiración organizada por Estados Unidos. La publicación en Internet del nombre y las coordenadas de un operativo español de inteligencia de nombre José Antonio, residente en Los Palos Grandes en Caracas con números de teléfonos 0414-012 3039 y 0414-1160768 que está en contacto con varios empresarios españoles y una corporación financiera española, fue una movida evidentemente con el objeto de impedir que la situación escalara. El nombre completo del espía y las coordenadas de sus contactos no fueron publicados, lo cual significa que el gobierno venezolano sencillamente envió un mensaje de advertencia. Sacar las castañas de otro del fuego es un devaneo peligroso.
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