La Corte Interamericana de Delincuentes Horrendos


La CIDH declaró que “el Estado de Venezuela es internacionalmente responsable por la violación del derecho a la integridad personal y por los tratos inhumanos y degradantes en perjuicio del señor Raúl José Díaz Peña”.
El resumen del caso, tomado de la página oficial de la CIDH, agrega que: “El 12 de noviembre de 2010 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sometió a la jurisdicción de la Corte Interamericana el caso Díaz Peña Vs. Venezuela. Los hechos presentados por la Comisión Interamericana se enmarcan en las protestas que se llevaron a cabo en Venezuela, particularmente en la Plaza Francia de Altamira de Caracas iniciadas en octubre de 2002 y que se extendieron durante parte del año 2003, y se relacionan con los hechos ocurridos el 25 de febrero de 2003 en que estallaron dos artefactos explosivos en el Consulado General de la República de Colombia y en la Oficina de Comercio Internacional del Reino de España, situados en Caracas, y específicamente con la detención del señor Raúl José Díaz Peña por su presunta responsabilidad en los mismos. Según alegó la Comisión, su detención habría sido ilegal y arbitraria y habría estado sometido a un régimen de detención preventiva que habría sobrepasado los límites establecidos en la ley penal, invocando una presunción de peligro de fuga”.

Como queda claro, la Comisión y la Corte actuaron con total sintonía. Ambas se han confabulado para atacar a Venezuela, y saben que han violado el principio del agotamiento de las instancias judiciales internas.
Este acto bochornoso constituye una provocación. Lo han hecho ex profeso para que nuestro país reaccione con el retiro inmediato de la CIDH. Ellos han calculado que esta decisión afectará la imagen de nuestro Gobierno, soñando algún efecto electoral contrario a la opción bolivariana.

El tiro les saldrá por la culata, como en la acción ilegítima del Congreso paraguayo de destituir al presidente Lugo, ya que fue ese Congreso el que vetó la entrada plena de Venezuela al Mercosur, y resultó que en el mismo instante que Paraguay fue suspendido por salirse del modelo democrático, nuestro país quedó aceptado por aclamación.

La derecha continental y la burocracia internacional a su servicio, siguen cometiendo un gravísimo error: subestimar a los pueblos. La gente está muy despierta al escrutinio de estos fenómenos políticos. Nunca podrán pasar el contrabando de favorecer a un terrorista que atentó contra dos sedes diplomáticas en Caracas.
El Gobierno Bolivariano ya había anunciado por voz del Jefe de Estado, Comandante Hugo Chávez, que estudiaría la posibilidad de retirarnos del sistema interamericano de Derechos Humanos por sus malos manejos y genuflexión proimperialista.

Si la CIDH ha resultado ser un proxeneta alcahueta de corruptos, como Leopoldo López, y cómplice de terroristas como Raúl Díaz Peña, todo con el fin de fastidiar a Venezuela, pues llegó la hora de emular al cisne de Rubén Darío.

Atravesamos el pantano y salimos limpios, sin mácula ni concesión.
Se trata de nuestra dignidad como pueblo. No hay nada que discutir.
Es de honor y razón tomar la ruta soberana de refundar un nuevo esquema continental de defensa de los derechos humanos, sin la oprobiosa tutela del imperialismo, quien suele convertir en falacia toda conquista democrática, cuando de sus mezquinos intereses se trata.

caciquenigale@yahoo.es


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Yldefonso Finol

Economista. Militante chavista. Poeta. Escritor. Ex constituyente. Cronista de Maracaibo

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