Cuba preservará los logros de la revolución

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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En la mañana del 26 de julio de 1953 un grupo de revolucionarios encabezados por Fidel Castro asaltó las dependencias del cuartel Moncada en Santiago de Cuba. Se trató del primer ataque contra la dictadura de Fulgencio Batista que, aunque fracasó, había sonado la señal de inicio de la lucha contra el régimen.

Pocos años pasaron y un pequeño grupo de patriotas dirigidos por el Comandante Fidel Castro lanzaron operaciones en la Sierra Maestra. La guerra de guerrillas finalizó con la marcha triunfante de los insurgentes entrando en La Habana el 1º de enero de 1959. Batista huyó hacia Estados Unidos llevando maletas llenas de dólares y monedas de oro. Muchos miles de personas saludaron a los héroes.

La atmósfera de fiesta no impidió a Fidel Castro confeccionar nuevos y precisos planes y de lanzar la advertencia que el futuro no sería un paseo fácil. Señaló que el triunfo no significaba la solución de todos los problemas de Cuba, sino que habían ganado el derecho para iniciarla.

La característica específica de la Revolución Cubana fue que su dirección a pesar de los errores y omisiones nunca olvidó los intereses estratégicos del país, su independencia nacional y soberanía.

Ha habido y todavía los hay muchos ejemplos en que los gobernantes actúan contra los intereses de sus estados nacionales con el objeto de preservar su poder y sus privilegios coludiéndose con los “poderosos del mundo tras bastidores.” Fidel Castro y su equipo jamás permitieron semejante posibilidad ni siquiera durante los días más duros de la revolución. Durante muchos años la Cuba socialista fue el único país en América Latina que hizo escuchar su opinión defendiendo sus intereses nacionales y aquellos de América Latina sin mirar hacia atrás, al Imperio y su capacidad para realizar acciones represivas y punitivas.

El bloqueo económico de la isla encabezado por Estados Unidos fue una manifestación de represalia en contra del “régimen comunista” que apuntaba a estimular rebeliones de hambre y contrarrevolución. Fracasó. El equipo de Fidel fue incondicional. La mayoría de los cubanos aguantó el curso impuesto a la economía de los recursos, apretarse el cinturón y a combatir las acciones subversivas de la red de agentes contratados por la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana. Organizaciones no gubernamentales de todo tipo trataron de exacerbar la situación, montaron acciones publicitarias en forma de protestas, difundieron calumnias acerca de la dirección cubana (por ejemplo, el rumor acerca de una cuenta de 40 mil millones de dólares de Fidel Castro en un banco suizo se difundió con especial diligencia). Los disidentes fracasaron en tomar la calle. Los cubanos se levantaron para rechazar los esfuerzos subversivos, actuando por su cuenta sin órdenes superiores. Los especialistas políticos brindan una sencilla explicación sobre la consolidación pública: la revolución cubana descansa sobre bases nacionales y su meta es el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo, brindándole lo que necesita para su desarrollo integral individual, brindando oportunidades para la auto-realización y hacer que el pueblo y sus hijos enfrenten el futuro con confianza. Esa es la razón por qué el estado cubano no escatima fondos para una educación y salud gratuitas.

El desplome de la Unión Soviética y del campo socialista perjudicó enormemente el desarrollo cubano.

Los enemigos de la revolución predijeron el inminente colapso del “régimen de Castro” esperando con impaciencia una “revuelta de todo el pueblo” e inflamaron algunos episodios separados de descontento popular en relación con el grupo de burócratas que socavaron el programa de acciones destinadas a mantener vivo el socialismo en la isla. Me vienen a la mente algunos de mis colegas, periodistas que visitaron la isla en tiempos soviéticos, que elogiaron los éxitos del socialismo en Cuba. Los tiempos cambiaron de manera abrupta y ellos con gran facilidad se “reformaron” y comenzaron a denunciar “los horrores de la dictadura de Castro” tratando de imitar a los profesionales anti-comunistas de Occidente. Bailaban at ritmo de aquellos que pagaban la música. El gobierno de Yeltsin redujo el comercio y las relaciones económicas y recortó los lazos científicos y culturales al nivel más bajo sin detenerse a considerar la rica historia de las relaciones soviético-cubanas. Posteriormente, en el 2001 la Estación de Radar Lourdes fue cerrada. Un “gesto de buena voluntad” adicional para con el socio norteamericano y sin duda, una acción ofensiva para con los cubanos debido a que la decisión se tomó de manera unilateral.

Hoy en día la dirección cubana considera minuciosamente cada paso en su política interna y externa. De ningún modo abandonar el socialismo –escogencia que se hizo durante los primeros días de la revolución. Nadie en las filas del Partido Comunista de Cuba abriga dudas que el país necesita mejoras, modernización, enfoques más realistas en torno a cómo se utilizan los recursos materiales y financieros. Una de las consignas actuales dice “Vivir según nuestros medios.”

Está fuera de toda consideración un sistema multipartidista. De acuerdo con la constitución, el partido comunista es la única organización política, pero no se trata de la única razón. Cualquier desviación de este principio pone en peligro la independencia y la soberanía del país, dadas las circunstancias de permanente chantaje y presión de parte de Estados Unidos.

La crisis económica y financiera global junto con el bloqueo norteamericano han influido significativamente en Cuba. Fue particularmente duro para su situación financiera, los problemas de liquidez. Antes, el precio de una tonelada de níquel fluctuaba entre 50 y 54 mil dólares la tonelada, actualmente se cotiza entre 6 y 7 mil por tonelada. Los precios del azúcar también cayeron de manera significativa y el consumo de ron y tabaco se redujo y aunque más y más turistas visitan Cuba, los ingresos crecen lentamente. El gobierno tomó algunas medidas para dar empleo a la parte productiva de la población (por ejemplo, créditos a partir del presupuesto de gastos). Estimula las cooperativas y el desarrollo de un sector privado.

Se levantó la prohibición de vender automóviles o patrimonio. Impedir la concentración de propiedad en una sola mano es una cuestión de principio para la dirección cubana. La amenaza del surgimiento de “oligarcas” al calor de tendencias anti-socialistas se considera que es real a menos que se ejerzan fuertes controles públicos y estadales,

Bajo la carga de los problemas económicos y financieros, Cuba tiene que mantenerse alejada de muchos programas de solidaridad con otros países. Docenas de doctores cubanos trabajan en América Latina, Asia y África. Solo dentro del marco de la Misión Milagros, se realizaron más de dos mil intervenciones médicas para restablecimiento de la visión.

Niños ucranianos dentro del marco del Programa Chernobil recibieron tratamiento médico en sanatorios y casas de pensión en Cuba. Quince mil doctores provenientes principalmente de países en desarrollo se han graduado en instituciones educativas cubanas durante los últimos 18 años. Aún ahora, existen alrededor de 40 mil estudiantes extranjeros en Cuba que obtendrán sus diplomas de educación superior. Todo esto es gratis.

La transición hacia “misiones” comerciales y entrenamiento de especialistas son opciones sin futuro por la razón que la propaganda occidental trata de inculcar a los cubanos la idea de “Uds. son los que pagan todo eso.”

Según el presidente Castro, ellos están modernizando el país sin apuro pero de manera incesante. El gobierno gradualmente se está rejuveneciendo, los servicios son un sector privado que prospera, los campesinos obtienen tierra y las restricciones del “período especial” durante los años 90 quedaron en el pasado y la transición hacia una moneda única interna está llegando a su fin, etc.

La condición de aliados con Venezuela garantiza la seguridad energética. La dirección cubana lo paga: no menos de 25 mil doctores, maestros para liquidar el analfabetismo y entrenadores deportivos fueron a trabajar a Venezuela. Los medios de comunicación adictos a Estados Unidos pusieron el grito en el cielo: Hugo Chávez está “cubanizando” las fuerzas armadas venezolanas y el servicio de inteligencia puesto que los doctores y los maestros son asesores militares y agentes de inteligencia disfrazados. La mentira murió de inanición. El gobierno bolivariano nunca obstaculizó la libertad de prensa. Sencillamente no existe ninguna evidencia que las instituciones venezolanas estén siendo “infiltradas por los cubanos.”

La política norteamericana que apuntaba hacia el aislamiento de Cuba, hace rato que vergonzosamente ha fracasado. Evidencia: la votación anual en la Organización de Naciones Unidas, ONU sobre los problemas del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, solo Israel y Estados Unidos votan por mantenerlo. La Habana es un activo miembro en la mayoría de las organizaciones internacionales del hemisferio occidental. Los cubanos rechazan ser miembros de la Organización de Estados Americanos, OEA debido a que esta nunca ha tomado una decisión concreta en defensa de los intereses de Cuba. La segunda razón es por su incapacidad para operar debido al sofocante control norteamericano. La Habana con éxito desarrolla relaciones mutuamente ventajosas con organizaciones latinoamericanas como la CELAC, UNASUR, Mercosur y ALBA. El ALBA constituye una prioridad. Se trata de un nuevo modelo de cooperación económica. Sus metas son exclusivamente comerciales, pero crea espacios para una amplia interactividad económica. Venezuela es un miembro destacado en la cooperación con Cuba.

Los lazos multilaterales con China están en alza. La isla está siendo empleada como una cabeza de playa para la expansión china en el Caribe, versus Vietnam y otros países. A mediados de julio pasado, Raúl Castro completó una gira al exterior y estuvo en Moscú. Vladimir Putin tuvo cálidas palabras para referirse a Cuba, viejo socio y amigo y solicitó a Raúl transmitirle sus cálidos saludos a Fidel…

Según Putin, ha habido diferentes períodos en las relaciones bilaterales. Hoy en día, estas se están haciendo más pragmáticas pero han acumulado un acervo común. El aumento y la diversificación en el intercambio comercial, proyectos energéticos y proyectos importantes en transporte, investigación espacial, productos farmacéuticos y telecomunicaciones fueron los puntos más importantes de la agenda. También discutieron las perspectivas para empresas conjuntas.


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Nil Nikandrov

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

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