El millonario Tompkins es el operador del imperio norteamericano en la Patagonia

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation

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A fines de los años 80 el millonario norteamericano Douglas Tompkins realizó un viaje de reconocimiento a Siberia. No ocultaba sus intenciones en el sentido que estaba buscando para seleccionar un “espacio adecuado” para crear a escala gigante un parque natural con vistas a implementar un proyecto de “ecología profunda”. Tompkins abandonó la opción de Siberia luego de complicaciones específicas con los rusos. “La situación no estaba aún madura”. Luego de visitar Alaska y Canadá volvió su mirada hacia Chile con sus espacios deshabitados en el sur y Argentina donde la crisis económica facilitaba la compra de tierra cultivable.

El extenso territorio conocido como la Patagonia había permanecido como una tierra de nadie hasta que fue dividida entre Argentina y Chile. La Patagonia se extiende desde el Río Colorado al norte y al sur limita con Tierra del Fuego, al este el Océano Atlántico y el piedemonte de los Andes al oeste. El desarrollo del área ha sido difícil debido a su lejanía, falta de carreteras y clima inestable.

Por primera vez en los últimos 30 o 40 años del siglo pasado, la Patagonia ha sido incluida en las manipulaciones geoestratégicas. Es a partir de esta base que el Tercer Reich planificó la conquista y colonización de América Latina y de ahí que emisarios nazis visitaran regularmente estos lugares. Bajo las actuales condiciones en que se desarrolla la lucha por recursos biológicos, reservas de hidrocarburos y agua dulce con creciente ferocidad, el valor de la Patagonia ha crecido de manera inconmensurable. Ahora es el momento de otros emisarios igualmente peligrosos.

¿Quién es Douglas Tompkins? No es fácil hablar de todos los aspectos y actividades de este empresarial y aventurero individuo con una vena temeraria. Es bueno conspirando y también embaucando. Nunca habla demasiado de si mismo. La información biográfica disponible acerca de Douglas Tompkins está “preparada” por él mismo. Nació el año 1943 en el estado de Ohio, no terminó sus estudios y fue expulsado de la escuela por “reiterada mala conducta”. Es aficionado al montañismo y fue instructor. Fundó una empresa productora de equipos para escalar y posteriormente una compañía fabricante de ropa para turistas. En la cúspide de su éxito comercial, Tompkins vendió sus empresas y decidió dedicarse al problema de implementar la idea de la “ecología profunda” –eminentemente anti civilizatoria—del filósofo noruego, Arne Naess. La interpretación radical de estas ideas incluye la expulsión de la gente de la tierra y que esta sea regresada a su “estado original.”

En 1990 Tompkins estableció la Fundación Ecología Profunda la cual promueve el activismo para proteger el medio ambiente. En 1992 estableció una fundación para la conservación de la tierra denominada Fondo para la Conservación Agraria y su caracterización oficial señala que sus actividades apuntan a proteger la vida silvestre en Chile y Argentina. Al implementar los proyectos para la expropiación de territorios en Argentina y Chile, Tompkins cuenta con el apoyo de fuerzas poderosas, incluyendo al clan Rockefeller. En la publicación digital “Plan Andino, la lista de Tompkins” del 4 de agosto del 2011 se informa que Tompkins mantiene ocultos sus vínculos con el clan incluso a sus propios asociados en las organizaciones no gubernamentales ambientalistas. Sus contactos los realiza a través de intermediarios de confianza incluyendo algunos diplomáticos claves de la embajada norteamericana. El clan Rockefeller está empleado sus ilimitados recursos financieros y promocionales para influir en los políticos chilenos con el objeto de evitar cualquier acción de las autoridades para restringir a Tompkins.

En un período relativamente corto, Tompkins se hizo dueño de 300 mil hectáreas en la provincia de Palena en el sur chileno y 200 mil hectáreas en Argentina. Y esto no es todo. Tompkins tiene intenciones de acrecentar su imperio en la Patagonia a un millón de hectáreas. Los medios de comunicación de estos países han tocado la alarma: un norteamericano rico con el pretexto de ser “ecologista” está comprando tierra con bosques vírgenes en la región que cuenta con reservas estratégicas de agua dulce y recursos biológicos. En Argentina, Tompkins está implementando el “Proyecto Ibera” en la provincia de Corrientes y en partes de la Patagonia argentina. En la Patagonia chilena el norteamericano ha creado el “Parque Eco Pumalín” desde cuyo territorio y bajo pretextos diferentes, residentes locales han sido desalojados. La explicación fue que la presencia de ellos interfería con la pureza del experimento de “ecología profunda.”

El Parque Pumalín cortó a Chile en dos. Sin el permiso de Tompkins a los “forasteros” no se les permite ingresar al territorio. Esta situación ha agitado a los militares. Por primera vez una tesis de amenaza a la soberanía del país ha sido expresada por ellos. ¡Tompkins, siguiendo instrucciones del Pentágono y la CIA está expulsando a los chilenos de la Patagonia!

Los militares llegaron hasta la raíz de la operación. Durante la década del 60, David Rockefeller financió una investigación que fue iniciada por Henry Kissinger en relación a métodos prometedores para el “ingreso legal” de Estados Unidos en aquellas regiones del mundo que son de interés estratégico. De este modo, iniciaron el “Plan Montaña de Hierro”. Entre sus proposiciones, los problemas ambientales están en primer plano, debido a que ellos son “generalmente apoyados por diferentes círculos sociales y no causan sospechas innecesarias entre la población.” En consecuencia, en Chile existen docenas de organizaciones no gubernamentales y un Partido Ecológico “verde” que aseguran la realización del “Plan Montaña de Hierro.” Las organizaciones controladas por Tompkins, Fundación Ecología Profunda, Fondo para la Conservación Agraria y el Fondo Agrario de la Patagonia, están registradas en Estados Unidos con el mismo domicilio: Fort Cronkite, Sausalito, California. En caso de demandas contra Tompkins en Chile, el juicio se realizaría en Estados Unidos. Las actividades políticas de Tompkins en Chile están protegidas por la embajada de Estados Unidos que defiende sus intereses.

Los “enclaves de Tompkins” en Argentina están igualmente protegidos. La profesora Elsa Brussone, que trabaja en el Centro de Militares por la Democracia caracterizó la situación como “campaña de intimidación y terror” de parte de los diplomáticos norteamericanos en la “defensa” de los intereses de Tompkins. Brussone señaló con claridad la situación: ¿Por qué Tompkins no se dedica a hacer este trabajo en su propio país, donde el 40 por ciento del agua está envenenada, los depósitos subterráneos de agua están agotados y 40 millones de personas viven en la extrema pobreza? Estas preguntas provocan una sonriente y arrogante reacción de parte de Tompkins: “Estados Unidos nunca sufrirá escasez de agua.” Para Brussone resulta obvio, “el país que no controle sus recursos naturales, tierra, agua, bosques, yacimientos minerales y energéticos, empleándolos para beneficio de su pueblo, está condenado a ser un país de rodillas ante las instituciones financieras y las potencias imperiales. Solo aquellos países y aquellos pueblos que son dueños absolutos de sus recursos naturales pueden ser considerados como autónomos y soberanos.”

El presidente chileno, Sebastián Piñera, uno de los favoritos de Washington, los ex presidentes, Frei, Lagos y Bachelet fueron públicamente presionados y en repetidas ocasiones declararon su intención de tomar “acciones decisivas” contra el “Imperio Tompkins”. Nada se ha materializado. Nadie quiere lidiar con el poderoso “ecologista” y sus apoyadores en Estados Unidos.

Esta es la razón por la que el proyecto de construcción de la Carretera Austral a través del Parque Pumalín, carretera estratégicamente importante para el sur del país, se ha paralizado. Tompkins ha resistido todos los intentos de invasión y si circunstancialmente cede en algo es por razones tácticas.

Es desde este punto de vista que lo que propone Tompkins de transformar sus propiedades en “parques nacionales” debería ser considerada. La documentación legal está acompañada de muchísimas reservas y condiciones que en realidad establecen el derecho de liquidar los acuerdos con el millonario bajo la condición de “uso inapropiado” de la tierra en violación del dogma de la “ecología profunda.”

Expertos de Argentina y Chile creen que Douglas Tompkins es el “encargado” de la conservación de los recursos biológicos de la Patagonia por cuenta de las agencias financieras de Estados Unidos. A menudo se señala que el Pentágono y la CIA son los operadores de un proyecto a largo plazo para la creación de una base de apoyo para la evacuación de VIPs de Estados Unidos en el caso de un desastre natural o de una hipotética Guerra Mundial. Con el objeto de clarificar las reacciones de Tompkins y su equipo a esta opinión y las de otros, el servicio secreto chileno de manera regular desliza informaciones en la prensa acerca de supuestas construcciones secretas en marcha en los dominios del millonario.

Vale la pena notar que el ejemplo de Tompkins, quien está firmemente afincado en la Patagonia, está siendo imitado por otros personajes de la oligarquía empresarial y financiera de Estados Unidos y Europa Occidental.

Los nombres que se escuchan con mayor frecuencia son el de Ted Turner, George Soros, Henry Paulson (ex director de Goldman Sachs) el empresario británico Joe Lewis y otros. Los métodos son los mismos: creación de fondos con enfoque ambientalista y proclamar la noble meta de proteger el medio ambiente. Se trata de una elemental apropiación enmascarada de los recursos naturales de otros países. Quizás se oculten también otros motivos con el “desarrollo” de la Patagonia: la oligarquía norteamericana deliberadamente se está preparando para “La Hora Final”. Catástrofe que no ha sido vaticinada por Nostradamus ni por el Calendario Maya.

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Nil Nikandrov

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

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