El gobierno del pérfido y criminal presidente Juan Manuel Santos, tiene personalmente en los actuales momentos dos objetivos estratégicos, el primero es lograr la reelección presidencial, algo que la mayoría de los colombianos saben, y el segundo, es acabar con toda la insurgencia en armas de Colombia, especialmente con las FARC-EP, lo que también sabemos la mayoría de los pueblos revolucionarios de América Latina. Para ello les ha convocado a un "Dialogo por la Paz", que se efectúa en la capital de la hermana república de Cuba, con el apoyo de varios países amigos, entre ellos Venezuela.
De manera incongruente y demostrando su verdadera intención guerrerista, Santos, el Lacayo Mayor del Imperio Yanqui no ha aceptado el "Alto al Fuego" sugerido por las FARC, por lo menos mientras se desarrollan dichas conversaciones, por el contrario, sigue manteniendo el cerco militar y las hostilidades del ejercito colombiano, en todo el territorio contra todos los grupos guerrilleros; en cuyas acciones bélicas, sigue incrementándose el numero de hermanos muertos de ambas partes, en un conflicto armado que ya podríamos denominarlo el "Holocausto Colombiano".
Por cierto es menester e importante recordar, que el ejercito de la "culta" burguesía colombiana, fue a combatir en la guerra de Corea en el año 1950, por mandato de sus nuevos amos Imperiales.
Mientras el "exquisito" Juan Manuel Santos, criminal de Sucumbíos e invasor del territorio de la hermana república de Ecuador, mantiene un "Frente Diplomático" en la Habana, con el propósito de cautivar al electorado colombiano y de facilitar su camino para lograr su reelección presidencial, le solicita a la genocida y corsaria OTAN, la nueva cofradía de los modernos Cruzados Europeos, la membresía a su perversa institución, para poner a su disposición todo el territorio y las armas de Colombia, para desde allí y con la aprobación de sus antiguos amos coloniales, propiciar la buscada desestabilización política y a continuación lanzar los ataques militares, contra los gobiernos progresistas y los pueblos Bolivarianos de Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Ante estos hechos que demuestran el talante genocida, servil y lacayo, del "perfumado" inquilino del Narco Palacio de Nariño, ¿tiene sentido que el "ejercito del pueblo obrero y campesino" de Colombia, las valerosas y sacrificadas FARC, continúen manteniendo diálogos de paz, con el arrogante gobierno de los ruines oligarcas, herederos del traidor y magnicida Francisco de Paula Santander? En mi muy modesta opinión Si, ese marco conversatorio debe mantenerse, para insistir de manera intransigente (como lo han hecho hasta ahora), en la solicitud de un proceso constituyente que pueda desarrollarse, fuera del campo institucional de las clases dominantes de Colombia.
Las FARC-EP deben lograr que esa solicitud de Constituyente, trascienda el marco de las conversaciones de paz, para que se convierta en una fuerte y unánime demanda política, de todos los sectores patrióticos y revolucionarios del pueblo colombiano, que tenga como objetivo único y estratégico, la refundación política, social y económica de la república de Colombia, a través de una vía pacifica, participativa y electoral, que permita desalojar definitivamente del poder, a la sanguinaria y explotadora oligarquía y eliminar también a su corrupto estado burgués.
Los procesos de cambio político y social, que se manifiestan hoy en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Argentina, Brasil, Surinam y Guyana, necesitan derribar la alcabala, que representa el poder de la oligarquía colombiana y su estado pro yanqui, para poder sumar al pueblo colombiano y a un gobierno soberano, al conjunto de las fuerzas Bolivarianas, progresistas y revolucionarias de Suramérica.
En la eventual y oportunista aceptación, por parte del reaccionario gobierno colombiano de ir a una Constituyente, habría que asegurarse con todos los sectores patriotas y democráticos de la sociedad colombiana, que dicho proceso no sea de nuevo otra maniobra gatopardiana, como la que urdió y ejecuto a finales de los años 80, la "cultísima y letrada" clase política de Bogotá, que devino en una nueva constitución que reforzó el poder del estado burgués colombiano, en detrimento de las legitimas y sentidas aspiraciones de poder popular, para las inmensas mayorías de la hermana Colombia, hija amada del padre Simón Bolívar.
Si la propuesta de refundación del oligárquico estado colombiano, no es aceptada en estas conversaciones, por la paz del sufrido y sacrificado pueblo de Colombia, debido a la soberbia de Juan Manuel Santos, Lacayo Mayor del Imperio Yanqui en América Latina y de su prepotente entorno presidencial, las FARC-EP deberían retirarse de esa mesa de dialogo, para continuar con mas vigor y con mas audacia su lucha revolucionaria, al lado del insurgente pueblo colombiano de campesinos, trabajadores, estudiantes y otros grupos sociales, que hoy en día están luchando abiertamente en el catatumbo y en muchos rincones mas de la geografía colombiana, contra un gobierno autoritario, genocida y macabro que se entroniza en el poder, gracias a la muerte de decenas de miles de patriotas y a la expropiación de las riquezas de su pueblo.
La paz que anhela el "refinado" Juan Manuel Santos, el nuevo Virrey de Santa Fe, la paz que desea la "perversa y engreída" oligarquía colombiana, es la paz de la capitulación de las luchas del pueblo colombiano, es la paz lograda con la muerte de sus mejores hijos e hijas patriotas, asesinados y masacrados en las calles y en los campos de Colombia, por luchar contra el sistema capitalista y la dominación yanqui.
Constituyente o Nada!
Bolívar y Chávez Viven. La lucha sigue.
Hasta la Victoria Siempre, Comandantes.