El ataque a Siria provocará tal devastación, que ninguna guerra reciente ha tenido tanto rechazo. Hasta 70% del pueblo de EEUU se opone y Obama no ha podido dar un argumento sólido para justificarla, distinto al cuento de las armas químicas. Los argumentos son tan impresentables, que no esperan una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, pues este puede decir no.
A diferencia de un industrial, que necesita estabilidad para invertir, el capital financiero depende del caos, de la guerra y tiene planeada la guerra nuclear.
Económicamente no podrá derrotar a China, pero mantiene el monopolio del capital y diariamente obtiene tal volumen de ganancias, que su poder sólo se consolida mediante la superioridad militar absoluta y más caos. Esto requiere consolidar el monopolio de las redes especulativas vinculadas al tráfico de drogas, armas, personas; de los mercados a futuro de alimentos, petróleo; de los paraísos fiscales…
La superioridad militar absoluta los colocaría en la posición de planear una guerra nuclear con la convicción de que ganarán asegurando el primer golpe, combinado con la robótica, la guerra cibernética para atacar los sistemas informáticos del enemigo y los escudos antimisiles para repeler los contraataques.
Con superioridad militar absoluta desafían la destrucción mutua asegurada y con la confianza en la ciencia y la tecnología, creen que los laboratorios pueden recrear la vida destruida. Pero, una cosa es crear un bosque transgénico y otra los equilibrios ecosistémicos.
Es una locura. Es la racionalidad del capital financiero cuya fuerza crece con el caos. Como siempre, es una geopolítica de la muerte. Sus procesos de auge están vinculados a catástrofes como la conquista y colonización de América. Pero el planeta tiene un límite y a lo mejor, así como el capital no puede desarrollarse en un solo país, puede ocurrir que tampoco le baste un solo planeta. Por eso los proyectos de colonización del sistema planetario solar. Si vivimos, no hablaremos de geopolítica sino de heliopolítica.
La estupidez cómplice de líderes de la oposición no los deja ver. Los patriotas debemos respaldar al presidente Maduro en su lucha por derrotarlos políticamente e impedir la guerra. ¿Qué nos protegerá de los efectos de la guerra nuclear?