La lucha por los derechos humanos tiene por finalidad, permitir a todas las personas que habitamos el planeta tierra tener una vida digna, satisfaciendo los derechos básicos como la alimentación, la salud, la educación, y el trabajo. Esta visión son los ocho objetivos de Desarrollo del Milenio que se obligaron a cumplir los Estados en el año 2015. Faltan 27 meses y solo han cumplido 38 países el primer objetivo que es reducir la pobreza extrema a la mitad. En cuanto a la crisis mundial del agua el PNUD en su Informe del año 2006 lo dedicado especialmente al recurso del agua. Debemos de señalar con mucho orgullo que en Venezuela el 90% de la población tiene acceso al agua potable.
El informe establecía: "El acceso al agua para la vida es una necesidad humana básica al mismo tiempo que un derecho humano fundamental. Sin embargo, en nuestro mundo de prosperidad creciente, mas de mil millones de personas se ven privadas del derecho al agua potable y 2.600 millones no tienen acceso a un saneamiento adecuado. Estas impresionantes cifras reflejan tal solo unas de las dimensiones del problema. Cada año mueren cerca de1.8 millones de niños como consecuencia directa de la diarrea y otras enfermedades causadas por el agua sucia y por saneamientos insuficientes". La mitad de la población del planeta no tiene agua potable.
Ban Ki-moon el Secretario General de la ONU, dijo el 8/10/2013 en Budapest, al inaugurar la llamada "Cumbre del agua 2013" que se celebró en la capital húngara que es “vergonzoso” que más de una tercera parte de la población mundial tenga que consumir agua no potable y vivir sin sistemas de tratamiento de aguas residuales, y pidió “medidas urgentes” para mejorar esta situación.“Es una vergüenza que hasta el día de hoy haya casi mil millones de personas en el mundo que no cuenten con un sistema sanitario adecuado”, exclamó el secretario general en su discurso. Es de hacer notar que Ban Ki Moon maneja la misma cifra de mil millones de personas sin dotación de agua que existían para el año 2006.
“Nuestras sociedades no pueden vivir sin agua limpia y saludable”, recordó el secretario general de la ONU. Unos 1.500 participantes de todo el mundo analizarán esta semana en la conferencia de Budapest temas relacionados con la sanidad, el reparto y gestión de los recursos hídricos, la agricultura, la energía y el medioambiente. La ONU estima que para 2030 el 40% de la humanidad sufrirá escasez de agua, a raíz de una demanda que crecerá en un 40% en relación con la actual.
“El agua se desperdicia y es mal utilizada por todos los sectores en todos los países. Eso significa que todos los sectores en los países deben cooperar para lograr soluciones sostenibles. Tenemos que usar los recursos que tenemos de manera más equitativa y sabia“. Señaló que los gobiernos no pueden resolver el problema por su cuenta sin el “compromiso total” de todos, incluyendo las empresas. Recordó que la agricultura sigue siendo el mayor consumidor de agua dulce y que “existe una creciente urgencia en conciliar sus demandas con las necesidades de uso doméstico e industrial”.
El cambio climático aumenta el riesgo de escasez de agua en muchas partes del mundo y que, a su juicio, las naciones deben cooperar en este desafío. En el contexto político y económico internacional, en el siglo XXI está marcado desde su inicio por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, que fue el pretexto para el inicio de la llamada «Guerra contra el terrorismo» liderada por Estados Unidos. Esta campaña militar de los Estados Unidos y sus aliados tiene por finalidad apoderarse de los recursos petroleros e hídricos en el mundo.
Comenzó con el ataque a las Torres Gemelas y la Guerra de Afganistán y Pakistán en 2001 y fue la responsable de la invasión y posterior Guerra de Irak, en el año 2003. El nuevo siglo, también está marcado por la crisis económica mundial del 2008, de alcance global que se agrava todos los días; y por la trascendental Primavera Árabe, una serie de protestas, conflictos para desestabilizar los países de Oriente Medio, destacando las Guerra de Libia de 2011 y la sangrienta Guerra Civil Siria propiciada desde los Estados Unidos.
