Resulta interesante seguirle la huella a la sociedad estadounidense, pues, se trata del país que aparentemente domina al resto del mundo, por lo menos desde el punto de vista militar. Ya que cuenta con una descomunal maquinaria capaz de destruir todo lo que se le atreviese. Buena parte de su ejército está entrenado para matar. Para destruir. Para borrar del mapa a cualquier país y acabar con su reservorio, no sólo económico, sino cultural. Estamos a criterio de unos verdaderos locos. Capaces de crear las condiciones para una tercera guerra mundial. Los soldados norteamericanos están entrenados bajo el lema del arrase total. Matar, destruir, arrasar, sin importarles las vidas de niños y niñas, mucho menos las de los adultos. Son unos verdaderos bárbaros.
La sociedad norteamericana calificó de bárbaros, terroristas, criminales, inhumanos, y pare usted de contar a los árabes que destruyeron las torres gemelas, un 11 de septiembre del 2001. Pero esa misma sociedad es permisiva cuando sus soldados, sus marines, invaden y destruyen, sin razón alguna, a pueblos como Irak, Libia, Afganistán, y pretendieron hacer lo mismo con Siria. Esos bárbaros resultan que son héroes. Como aquellos que violaron a detenidos en la cárcel Abu Gharaib, en Bagdad y jugaron con cadáveres, bailaron sobre ellos, reían como locos. Se tomaron fotos sobre los torturados y los muertos. Esos, no son criminales, ni nada que se le parezca. Son héroes. Esa es la calidad de sociedad que intenta dominar el mundo. Y que muchos, venezolanos, conscientes o no adoran.
Cuentan sólo con su maquinaria de la muerte. Pues, su sociedad, como tal, marcha hacia su destrucción. Veamos que dicen algunos autores sobre esta decadente sociedad. Empecemos por Al Gore, flamante vicepresidente del presidente Bill Clinton. El en su libro “El Ataque contra la razón”, señala que Estados Unidos domina a buena parte del mundo a través de la política del miedo (eso no es criminal, ni terrorismo). El paréntesis es mío. Al referirse a la política de la riqueza, afirma que “Esto es lo que ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad. Una y otra vez, la riqueza y el poder se han concentrado en manos de unos pocos que consolidan y perpetúan su control a expensas de la mayoría…”. Esa verdad la dice un gringo que fue vicepresidente de esa Nación. Cualquiera coincidencia con el pensamiento de un chavista, es pura coincidencia.
Lou Marinoff, autor de “Más Platón y menos Prozac”, va más allá en la descripción de la sociedad estadounidense. Habla de que estamos hablando de una sociedad impulsada por la avaricia. Por el “tener”, en vez de ser. Avaricia por el dinero y el confort que este permite. Avaricia por la comida chatarra o basura. Esto último está conformando un cuadro grave de obesidad entre los hombres, las mujeres y los niños y niñas. La competitividad está generando estrés inusitado. Y para colmo, ante tanta presión, ante tanto estrés tratan de escapar a través de la droga y el alcohol. Los grandes ganadores son las industrias farmacéuticas.
“…La depresión –afirma el autor- campa a sus anchas, y las personas deprimidas son mayormente mujeres. Los trastornos de alimentarios –sobre todo la anorexia y la bulimia- son endémicos, y la abrumadora mayoría de quienes las padecen también son mujeres…”. Y al referirse a los hombres dice que no es mera casualidad que los hombres sufran una epidemia de disfunción eréctil…”. “¿Por qué?”, se pregunta el autor. Y el mismo responde: “Porque nos hemos quedado psicológica, económica y políticamente castrados”.
Y viene algo más grave aún. “Al mismo tiempo –señala Marinoff, en su libro “El poder del Tao”, los estadounidenses son testigos de un desenfrenado hedonismo en sus hijos. Los niños y niñas se vuelven sexualmente activos y promiscuos a edades increíblemente tempranas, alentados por la lasciva cultural de los videos musicales. La pornografía es omnipresente; la castidad, obsoleta; el aborto libre se ha convertido en medio anticonceptivo. No es de extrañar que la depresión, los trastornos alimentarios y la infelicidad se manifiesten a edades cada vez más tempranas”.
Si esta no es una sociedad enferma, vía a la desintegración, dígame usted, cuál es. Mantenernos alejados de este tipo de sociedad, es mantenerse alejado del pecado y del mal. La perversidad, la crueldad y la destrucción. Nuestra revolución socialista está en vías de un nuevo hombre y una nueva mujer. Su consolidación nos va a permitir alejarnos cada día de la influencia de esta sociedad que se cae en pedazos. ¡Viva nuestra revolución! ¡Viva Chávez! ¡Vivan sus ideas!
¡Chávez vive, la lucha, por una mejor sociedad, sigue!