Danilo en la Celac

Hay quienes han sido capaces de calificar al Presidente Medina como “Prócer de la Soberanía Nacional” por su respuesta en la CELAC al primer ministro de San Vicente.

La soberanía, sin embargo, no se defiende ni con mentiras ni frente a pequeños países caribeños. Tampoco se defiende reaccionando airadamente ante contundentes críticas a flagrantes violaciones a los derechos humanos.

La soberanía dominicana hay que defenderla con verdades y de frente a las potencias imperialistas, especialmente contra los EEUU que nos someten, saquean e intervienen.

Haití es un país súper empobrecido e intervenido por EEUU y fuerzas aliadas, sin condiciones para dominar a nadie.

San Vicente-Las Granadinas está conformado por un conjunto de pequeñísimas islas habitadas por solo 100 mil personas, que porque critique con razón las violaciones a los derechos derivadas de la sentencia neo-nazi del Tribunal Constitucional morado, no amenaza nuestra soberanía; por demás aplastada por EEUU y su globalización neoliberal.

Nada tiene que ver esa sentencia con el tema de la regularización de la migración procedente de Haití... Si con el despojo masivo de la nacionalidad a personas pertenecientes a cuatro generaciones dominicanas de ascendencia haitiana y piel negra.

Ese despojo incluso ha sido cruelmente ejecutado por la Junta Central Electoral peledeísta durante los últimos cinco años.

Los archivos de violaciones de los derechos de la población de origen haitiano y la emigración traficada por empresarios inescrupulosos con la complicidad del Estado, son enormes y espeluznantes. Aquí, además, la PN tortura y asesina cotidianamente.

Es mentira que todas las constituciones dominicanas dicen lo mismo sobre el derecho a la nacionalidad. La del 2010 limitó ese derecho a los nacidos/as de padre o madre dominicana y en lo adelante se la niega a los de otros orígenes, aun nacidos/as en esta tierra.

Pero aun así, esa Constitución no admite la retroactividad en ese tema; retroactividad que la sentencia racista del TC violó descaradamente.

La supuesta generosidad del Estado dominicano para con el pueblo haitiano es una ficción. Está demostrando que las migraciones le reportan muchísimos más beneficios a los países receptores, que los que éstos otorgan a los emigrantes.

El señor Goncálves, primer ministro de Santa Lucía, tiene razón en lo poquito que dijo del racismo y de la violación del los derechos humanos aquí. Es mucho más lo que puede y debe denunciarse, y es mucho más trágica la realidad en ese aspecto.


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Narciso Isa Conde


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