Colombia, país de innumerables contrastes, hermano de Venezuela por sus raíces históricas y por la vecindad que comparten, siempre está presente en el acontecer venezolano y viceversa.
Tres acontecimientos recientes tienen a Colombia en el tafetán latinoamericano, el haberse convertido en el primer país Latinoamericano en ganar el Giro de ciclismo de Italia con Nairo Quintana, campeón, Rigoberto Urán, sub campeón y Julián Arredondo, el rey de la montaña, en 3.446 kilómetros de distancia y 21 etapas; hito que jamás alguien pudo imaginar en las lides deportivas, conocidas las capacidades del ciclismo Europeo.
Su participación en el campeonato mundial de futbol Brasil 2014 que arranca este mismo jueves y donde Colombia estará integrando el grupo C, con Costa de Marfil, Grecia y Japón, esperando todos, una decorosa participación.
Y por último, la Elección Presidencial en segunda vuelta, que será el venidero domingo 15 de junio, proceso electoral muy cerrado al tenor de las más recientes encuestas de opinión, donde se presenta prácticamente un empate técnico entre Juan Manuel Santos y Oscar Iván Zuluaga, los dos candidatos presidenciales opcionados.
Vive hoy Colombia, al decir de los entendidos, la más alta polarización política jamás conocido en proceso electoral alguno de ese país, amén de los acontecimientos políticos desarrollados en la primera vuelta, con el agravante de la siempre alta abstención que hoy ronda, el 60 por ciento de sus 32 millones de electores.
Es, particularmente importante para Venezuela como país vecino y unido a Colombia por un cordón umbilical de indestructibles lazos de hermandad histórica, este proceso electoral que se avecina, dadas las realidades políticas, sociales y económicas que ambos países viven en estos momentos.
Sea quien sea el ganador, Venezuela tendrá que entrar en una fase de reedición y reformulación de sus relaciones internacionales con Colombia, pues uno de los candidatos plantea desde ya que si gana la presidencia, solicitará inmediatamente a la OEA que active la Carta Democrática a Venezuela, además de solicitarle al país que le entregue los guerrilleros de las Farc, que según él, están en este territorio y colateralmente, suspenderá los diálogos de paz que Colombia adelanta con las FARC en La Habana, Cuba.
Eso le espera a Venezuela en un eventual triunfo en Colombia del partido político Centro Democrático, por lo tanto ahí están definidas sin ningún cortapiso ni tapujo, acciones inmediatas de esa fórmula presidencial, lo cual trae a la memoria a aquel ex presidente Venezolano ya fallecido, habrá que “comprar alpargatas porque lo que viene es joropo” de ganar esa candidatura.
Indudablemente que con el respeto que se merece todo el pueblo Colombiano y particularmente el que vive y comparte con Venezuela vecindad, amistad y familiaridad, este será un episodio electoral crucial y determinante para el devenir de ambos países, a lo cual debe abonársele la mejor de las suertes y que el pueblo escoja el camino que considere más conveniente.
Lo cierto es que sea quien sea el elegido Presidente de Colombia este domingo, tendrá que mirar hacia la frontera y junto a Venezuela definir políticas sociales, económicas y hasta culturales, que ayuden a aliviar la carga de quienes día a día comparten una frontera común y que están generalmente a expensas de las políticas que definen Bogotá y Caracas; es probable que a partir del próximo domingo, a Colombia le toque un tercer tiempo.
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