Ganó la paz en Colombia. Lágrimas. Muchas lágrimas. Cisternas de lágrimas. La derecha radical quedó en terapia intensiva.
Leopoldo lloró. María Machado agotó el lexotamil. Antonio Ledezma, sumido en un sueño extraño. A Capriles se le fue el gallo. Chilló de la arrechera. Perdió su escrito. Bonitas palabras de felicitación a Uribe. Quemó la misiva. Se comió los cables de la embajada colombiana. Y botó un sombrero que le había regalado Uribe.
La MUD, en voz de Ramón Guillermo Aveledo, llamó a un velorio. Traje negro. Cero flores. Cero comentarios. Puro silencio. Colombia votó por la paz. Ganó el pueblo colombiano. Ganó la FARC. Ganó el ELN. Ganó, con muchas ganas, Santos. El hombre que un día fue uribista. Ahora no es. Es el campeón de la paz.
El Gobierno revolucionario, también ganó. ¿Por qué? Porque ganó Venezuela. Una lección para la derecha venezolana. Una lección para el imperio. Una gran lección. Sigan con la violencia. Sigan con las Guarimbas. Sigan con el golpe de Estado. Sigan con el intento de magnicidio. Sigan sacándole billetes verdes al imperio. La revolución continuará. Más sólida. Más fuerte. Más revolucionaria. Más socialista. Más chavista. Chao.
¡Volveré!