Los “judíos”, específicamente los judios proimperialistas y agentes del Departamento de Estado y de la CIA, que conforman el terrorista Estado sionista de Israel, cuando quieren dar lástima, invocan las agresiones genocidas del nazi-fascismo que exterminó a muchos de sus compatriotas, en procura de la raza aria.
Resulta que ahora ellos, agrupados en un Estado rastrero, miserable, terrorista y genocida, aplican los mismos métodos que aprendieron de sus victimarios nazi-fascistas, en contra del pueblo palestino, amuñuñado de agresiones en la Franja de Gaza, luego de que estos hayan sido despojados progresivamente de su memoria, de sus vidas, de sus niños, de su esperanza de libertad.
Lo menos que pudiese parecer es irónico, el que una forma social pase de ser víctima a victimaria. El que se utilice el nada eufemístico término de “limpieza étnica” en vez “raza aria” para avanzar de agresiones contra el pueblo palestino, porque se le considera o califica de étnicamente inferior o “perverso”. En estos tiempos de revoluciones en el mundo y, en particular en Nuestramérica, donde el socialismo es meta indeclinable hacia la que avanzan los pueblos en una construcción constante, hace falta acorralar de ideas nuevas y de amor, al enemigo voraz y terrorista que, en pleno siglo XXI sigue amenazando y destruyendo en nombre del gran capital, del pensamiento único y de sus exterminios de la humanidad y de la naturaleza.
Hoy se hace necesario, más que nunca alzar como bandera el tema de la solidaridad con el pueblo oprimido y diezmado de Palestina, convocando a las personas de espíritu humanista y, mucho más si se trata de las y los revolucionarios, pues ésta es la escala más alta dentro del género, para organizar un frente mundial de paz y de amor.
Hace falta que los pueblos sensibles, dignos y comprometidos del mundo se expresen a favor de la causa del pueblo palestino a través de su poesía y de sus himnos limpios, vuelcando sus versos, como plegarias infinitas, para soñar la paz como realidad posible ante el genocidio premeditado, alevoso y frío, que ejecuta Israel por órdenes expresas, desde su nacimiento como “Estado”, del gran capital y del imperio estadounidense.
Palestina necesita vivir, como la humanidad toda, la naturaleza y el universo, necesitan vivir. El equilibrio de la vida no puede depender de las decisiones y ejecuciones de una banda de degenerados, que escondidos tras la figura de un Estado, terrorista y represor, pretende obtener una “limpieza étnica” eliminando a sus pares a quienes jamás asumirán como tales sino como inferiores.
El Estado sionista de Israel no tiene razón sino armas y no tiene ideas sino amos, a quienes quiere servir de la manera más rastrera, aspirando a que algo del poderío económico mundial quede en sus manos, a la hora del reparto “victorioso” entre los “elegidos de la raza aria”.
Pero la humanidad tiene amor, tiene resistencia y esperanza. Sabe que le asiste la razón de la verdad y está llamada a vencer, hoy, en Gaza, al lado del pueblo de Palestina. Por eso es de suma importancia, que desde este pueblo digno, bolivariano y chavista, surjan iniciativas donde la palabra se haga grito estridente de contención, escudo de paz en contra de la fusilería, la metralla, el horror y los misiles de exterminio.
Desde los distintos ámbitos donde se expresan las culturas de Venezuela, voces, versos, pinturas, movimientos indetenibles y rítmicos, cantos y orquestaciones, escenificaciones teatrales de calle y todas las infinitas manifestaciones de nuestra alma de pueblo puro, indómito y libertario, deben hacerse sentir hoy, por la paz en Gaza, que es por la paz de la humanidad. Convoquemos una fiesta del grito rebelde en calles y plazas de nuestro país. Que se oiga por el mundo nuestra inmensa solidaridad con el agredido pueblo palestino amuñuñado de sangre y dolor en la Franja de Gaza.
