El mejor homenaje que se le debe rendir al Comandante Ernesto “Che” Guevara es continuar la lucha por la emancipación de Nuestra América, construir la sociedad socialista, formar al hombre nuevo bajo parámetros éticos y morales al servicio de la patria.
A 47 años de su caída en combate, en Bolivia, aquel 8 de octubre de 1967, el ejemplo del Guerrillero Heróico sigue presente. Practicó las más altas virtudes del ser humano, se desprendió de una vida cómoda para asumir la lucha a favor de los oprimidos, explotados y olvidados de siempre. Fue un internacionalista revolucionario en pro de la liberación de los pueblos sometidos al neocolonialismo, a la rapiña y al saqueo del imperialismo yanqui.
El Comandante “Che” demostró que es posible servir a los pueblos a conquistar un mundo mejor, dejando de lado el egoismo y el individualismo que son los “valores” a los que induice el sistema capitalista, que son los males que incuba toda sociedad donde impera el odio y la muerte.
Su ejemplo de lucha por la felicidad de los pueblos tuvo como respuesta de los enemigos de la humanidad y del progreso su eliminación física, pero se equivocaron sus perseguidores, sus asesinos, hoy el “Che” es el ícono mundial contra la explotación y por el socialismo.
Tras su huella y de la columna guerrillera, el imperialismo yanqui lanzó el Ejército interventor, conocido como los “Boinas Verdes”, dirigidos por la CIA, que utilizó como “perros de presa” al ejército de Bolivia bajo el gobierno militar derechista de la época.
El asesinato del Guerrillero Heróico no amilanó a los pueblos que hoy se levantan contra la explotación y el saqueo. El socialismo sigue en ascenso como el sistema que salvará a la humanidad de la barbarie.
A 47 años de su caída en combate el mejor homenaje es seguir sus pasos por la redención de los excluidos de siempre.
