En menor tiempo que el esperado, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, FARC-EP, con la cooperación de los gobiernos de la República de Cuba y el Reino de Noruega, países garantes del actual Proceso de Negociaciones de Paz que se realizan en La Habana y, la facilitación del Comite Internacional de la Cruz Roja,CICR, hicieron efectiva la oferta de entrega del prisionero de Guerra General de Brigada Darío Alzate, Comandante de la Fuerza de Tarea "Titán", del Ejército de la República de Colombia, junto a un soldado profesional y la abogada Gloria Urrego (empleada civil) de ese esa importante unidad militar, en las condiciones optimas de salud de los prisioneros y sin que se hubiesen producidos enfrentamientos militares para su liberación; resultado que favorece el restablecimiento de las negociaciones suspendidas unilateralmente por el Presidente Juan Manuel Santos, en violación de su propia condición de mantener ese proceso en medio de la Guerra y sin importar los hechos que se produzcan en el escenario de la Guerra.
Aunque todavía puede resultar temprano para hacer un examen completo sobre la extraña y desautorizada incursion del general Alzate a una zona bajo el control militar de unidades de las FARC-EP, violando todos los protocolos propios del desplazamiento de los Altos Oficiales de las Fuerzas Militares y de Policía en zonas de combate, no resulta dificil presumir que se trató de una operación de inteligencia motivada, más por razones políticas que por razones militares y de inteligencia, seguramente dirigida a afectar el curso de las negociaciones de Paz; objetivo muy temporalmente alcanzado con la decision precipitada e inconsulta del Presidente Santos de mantener en Bogotá a Humberto de la Calle, su vocero en tales negociaciones de la Habana, con el fin de presionar al Comandante de las FARC-EP, Timochenko, para que entregara rapidamente a los prisioneros de Guerra y a la empleada civil.
Sin embargo; todo parece indicar que la decision de la Comandancia de las FARC-EP de acceder a la petición del gobernante colombiano, en lo fundamental, no tuvo que ver con la estridencia verbal del gobernante colombiano sino la convicción de la dirigencia insurgente de que la sorprendente captura del alto oficial militar fue una operación de inteligencia, chapuzera, mal diseñada y peor ejecutada, que estuvo orientada por sectores del Alto Mando Militar que responden a la vision guerrerista del expresidente narcoparamilitar Alvaro Uribe Vélez que, de esta manera, pretendían sabotear la aparente voluntad de las partes de acelerar acuerdos importantes en material de Alto al Fuego, Armisticio o Regularización de la Guerra, con el fin de crear condiciones más propicias para la cesación definitiva de hostilidades; acuerdos contrarios al interés de los “Perros de la Guerra” vinculados a los mandos de las Fuerzas Militares, del entorno politico de Uribe Vélez y de los organismos de la inteligencia de los Estados Unidos de América involucrados en el conflicto armado interno colombiano, quienes comienzan a asociar ese escenario con la situación política interna venezolana del calendario electoral del año 2015: objetivo central de su estrategia subversiva en el norte de la América del Sur y la región del Caribe.
Y es que una Colombia con un acuerdo de Paz con vigilancia internacional tiene que suponer un amarre en la ubicación y desplazamiento de las unidades militares, policiales y de inteligencia colombianas durante la fase de inicio del pos-conflicto, lo que, en cierta manera, neutralizaría la capacidad de tales fuerzas de intervenir en un escenario de Golpe de Estado o convulsion política y social importante en Venezuela en éste próximo año 2015, en el cual se celebrarán las importantes elecciones de la Asamblea Nacional y en donde la derecha contrarevolucionaria y sus soportes de las agencias de espionaje de los Estados Unidos de América, desarrollaran, al mismo tiempo, diversas formas de luchas, tanto electorales, como de calle y terroristas, siendo solo la fuerza militar y policial de Colombia, la única posible para incursionar, ocupar territorio, apoyar las acciones armadas de la derecha fascista y suministrarles la logística necesaria para sostener en el tiempo su intento antidemocrático de derrocamiento del gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros. No por casualidad el muy bien informado periodista José Vicente Rangel, ex Ministro de la Defensa del gobierno del Comandante Hugo Chávez Frías, ya previene, desde su programa televisivo “Jose Vicente Hoy”, que se transmite por el canal privado TELEVEN, que existe un proceso de organización, asentamiento y preparación de fuerzas paramilitares (que harían de "quinta columna") en la zona fronteriza con Venezuela, las cuales mantienen nexos con grupos en el interior del país.
Lo importante es que, como bizoños en el arte de la guerra y la política y con las oportunas sugerencias de gobiernos cercanos al proceso de negociación, la Comandancia de las FARC-EP no “mordió el peine” de la conspiración de los generales uribistas y espias imperialistas y decidió entregar, sin Gloria ni Honor, al General de Brigada Dario Alzate y sus dos (2) circuntanciales acompañantes que, en otras circuntancias políticas y militares, hubiesen tenido en elevado valor politico negociable pero que, en el escenario actual, no solo podría dañar el objetivo estratégico de Paz con Justicia Social, Democracia y Soberanía trazado por las FARC-EP, sino favorecer los planes dispuesto por el Comando Sur del Ejército de los Estado Unidos y sus incondicionales del Alto Mnado Militar colombiano de intentar una intervención militar como la pretendida por Uribe en el año 2011 contra el territorio venezolano, en esta oportunidad en apoyo a la subversion de la derecha fascista, con el pretexto de ejercer el curestionado “Derecho de Proteger” a la población de origen colombiano, como ya lo aplicó Estados Unidos, Francia y el Reino Unido para derrocar al gobierno libio en 2011. Amanecerá y veremos
